Cuando fue manager de Petroleros de Cabimas, iba a jugar contra Cardenales, en Barquisimeto. Estando allí se percató que su uniforme se había quedado en Maracaibo por culpa del encargado de la vestimenta. Entonces Aparició se negaba a salir al terreno. La solución fue que a una chaqueta que tenía el número uno (1), le agregaron otro 1 , y así ya era el 11. Faltan 4 días para su cumpleaños 90
Orlando Bohórquez Parra
Corresponsal Chile
Luego de que Luis Aparicio junior se posesionó del número 11 en todos los equipos donde jugaba, tanto en los Estados Unidos como en Venezuela, se convirtió en guardián muy celoso de ese «doble uno», porque literalmente era su cedula de identidad peloteril.
Llegó a ser tan cierto eso, que en cualquier estadio donde le tocará jugar, necesariamente salía al terreno con el mágico 11 en su uniforme. O era así, o no salía del dugout.
Algo anecdotico ocurrió, de lo que les adelanté, cuando lo nombraron manager del equipo Petroleros de Cabimas, divisa que sólo tuvo cuatro años de vida entre 1991 y 1995.
El caso fue que su equipo iba a jugar contra Cardenales, en Barquisimeto. Estando allí se percató que su uniforme se había quedado en Maracaibo por culpa del encargado de la vestimenta. Entonces Aparició se negaba a salir al terreno. La solución fue que a una chaqueta que tenía el número uno (1), le agregaron otro 1 , y así ya era el 11.
De esa manera resolvieron ese asunto con Luis Aparició, y su posición de defender su identidad peloteril, de ese misterioso y triunfador 11.
NOTA: estas son informaciones que le suministra Nelson Aparicio Llorente al profesor José Domingo Romero. El redactor es Orlando Bohorquez.
El Pepazo