Con mucha paciencia y sentido pedagógico moldeó su equipo: la familia, amigos, colegas, la música con sus momentos sociales, y su pasión, el baloncesto.
Luis Carlucho Martín
Cuando el “Cumpleaños feliz” se conjuga con el tango “Caminito” y las zarzuelas “Los gavilanes” y “Luisa Fernanda”, se trata, sin dudas, de alguien muy especial. Y ese es don Armando Naranjo, el amigo, el periodista, el basquetbolista, el futbolista, el dirigente…el profesor de todos. Salud y larga vida, querido “Cachicamo”, como le conocemos cariñosamente en el deporte nacional. Felices 91 con mucha salud.
Y es que don Armando, quién sabe si emulando al pescador de “Los Gavilanes”, tiene rato surcando mares, pero no para pescar, sino para sembrar huella de valores familiares, su bonhomía y sus sabias y pausadas sugerencias, para rescatar el extraviado valor que representa la paz, como lo sugiere “Luisa Fernanda” …para seguir sin prisa en su largo “Caminito”, pero no del despecho ni el desamor, sino de la esperanza, la vida y su mayor tesoro acumulado en el largo trayecto: la unión familiar como núcleo de sus éxitos. Brindemos.
Algunos detalles de sus gustos musicales salieron de las memorias de uno de sus pupilos, el colega Fernando “Rebotero” Peñalver, quien asegura que: “Naranjo es el papá que muchos quisiéramos haber tenido”. Exalta sus cualidades de hombre muy social que aprendió a disfrutar y celebrar, sin desbordar límites en el tentador mundo sibarita y de la buena cata y la liba, con sus amigos españoles en La Candelaria, actividad que siempre compartió con la entrega al trabajo, al punto de la extenuación en la redacción de un diario o en su cátedra del IPC”, expone muy orgulloso.
Antepone la familia. Es lo primordial. Su eterna compañera, la profesora Omaira Villalobos, sus hijos Augly, Aurisabel y Armando Antonio, quien “no pudo escapar del gusanito del periodismo deportivo aun cuando es arquitecto. Es el conductor del muy exitoso espacio Naranjazos, dedicado al fútbol, deporte que su padre jugó con Dos Caminos en sus años mozos”. Ese cálido entorno lo completan los tres nietos, agrega.
«De La mano de Gastón Portillo y el grupo de Los Caobos, fue el pionero del baloncesto con sistemas de juego, haciendo de la defensa su marca distintiva», explica «Rebotero», quien agrega que Naranjo fue parte fundamental de la directiva del Colegio Nacional de Periodistas, CNP –tiene uno de los primeros carnets–, con previa militancia en la pionera Asociación Venezolana de Prensa, AVP.
Asegura también Peñalver que “cuando Naranjo va a escribir sus notas periodísticas registra datos en su memoria y de manera impecable, sin grabadora ni libretas, solo de memoria, insiste, redacta sus aleccionadoras columnas. Como curiosidad, asegura que hace 60 años el profesor fue testigo de excepción del 10 flat de Horacio Estévez, record mundial. También estuvo en la mítica final olímpica de baloncesto entre USA y URSS en Munich 72…
Cómo obviar su determinante paso por el circuito radial y la jefatura de prensa de Guaiqueríes de Margarita, junto a Juvencio Ramos. Y destaca su amistad con Agustín Lisbona, empresario pionero de la industria editorial, deportiva y musical en los años 60.
Sonora cultura
En inequívoca coincidencia con Peñalver surge otra versión acerca del gusto, conocimiento y pasión de Naranjo por la música: «Tenía un cuarto absolutamente repleto de discos de los más variados ritmos. Allí pasaba largo tiempo alegrando a sus visitas y mostrando, sin pretensión alguna, más que la del disfrute, pleno dominio de una amplia diversidad rítmica. Sabe de todo y lo explica con paciencia, muy didáctico y con pleno gusto. Un intelectual completo y un amigo como pocos. Feliz cumpleaños». Así se expresó la periodista Genoveva Magaly Issa de Rodríguez.
Un jugador insigne
Armando Naranjo fue un jugador insigne de baloncesto. Buen lanzador, con su estilo propio y buen pasador. Hombre de equipo que entendía a la perfección la filosofía del deporte. Fue figura determinante en el baloncesto distrital, en la categoría adulto, en la selección nacional, pero además fue pieza clave en el baloncesto estudiantil universitario. Antes de sus días en el Instituto Pedagógico formó parte del multicampeón Santa María, donde sembró huella y estimuló para que otros siguieran sus pasos. Así lo contó otro histórico del deporte y del básket criollo, don Luis Gómez Logiodicce, hacedor del baloncesto apureño junto a sus hermanos Roberto y Rubén.
Campeón multifacético
A decir de Paco Diez (quien fue su admirador y luego rival como jugador en aquel baloncesto incipiente y romántico del Distrito Federal y de selección nacional; además, fue su alumno en el Pedagógico, su jefe en el IND, su apoyo en diversas fases como dirigente y su lector y oyente), Naranjo significa mucho para el deporte nacional, para la docencia, la formación de jugadores, la estabilidad del baloncesto y su desarrollo y con inconmensurable aporte al periodismo deportivo. En todas esas facetas ha sido excepcional y merece mayor reconocimiento y respeto absoluto.
Relata Paco Diez que Naranjo –con su certero lanzamiento a dos manos, porque aún no existía el tiro en suspensión– jugó en la selección en los Panamericanos de México 55, luego en DF y posteriormente en el equipo adulto de Beverlly Hills. Fue pionero en la Asociación de Baloncesto de DF, así como de la Federación. Con excepcional pedagogía dictó la cátedra de baloncesto en la escuela de Educación Física del IPC y la historia lo colocó en el momento cumbre del nacimiento de la Liespecial. Mucho facilitó gracias a sus excelentes relaciones públicas, entre otros, con José Beracasa, a lo que se unió el trabajo de Leonardo Rodríguez e Israel Sarmiento.
Fue pilar para el reinicio de las actividades luego de la suspensión internacional que dejó a Venezuela sin actividad durante seis años, por un conflicto del COV y el beisbol –con el que se había solidarizado el baloncesto.
Paco, por una agresión verbal a un rival en un torneo distrital, recibió una suspensión. Naranjo fue quien aplicó el reglamente y dictó la sentencia. «Esa rectitud y transparencia le acreditó seriedad y respeto», dijo Paco.
En el Pedagógico entrenó a históricas como Luisa Alvarado, Enma Labrador, Luisa Caraballo, Omaira Villalobos (luego su esposa), Fanny Coleman, Cecilia Ovalles, Elena Farfán, Maritza Soto, Zaida Rangel, Olivia Ramírez, entre otras. “Esas confrontaciones con Victoria M, Hermandad Gallega, eran de excelente nivel”, acotó Diez, quien insistió en que como docente y entrenador dejó una magnífica trayectoria, por sus conocimientos, por su capacidad de organización y su paciencia.
“Tuve la suerte de estar en el aula de baloncesto bajo su conducción. Entendió la necesidad de que varios fuéramos a terminar nuestra formación en Estados Unidos y nos apoyó”, aseguró.
Asegura Diez que Naranjo es el constructor de la información periodística del baloncesto, donde dejó unos cuantos alumnos que continuaron su labor. Dio cátedra cómo se debe hacer una nota o una entrevista. Fue motor primario en cuanto a la divulgación del baloncesto. Eso favoreció a todos. “¿Quién no recuerda la columna Quinteto? Fue jefe de deportes de El Nacional. “Me acompañó como director de prensa en el IND cuando estuve en la presidencia y debo reconocer públicamente que fue un apoyo extraordinario, porque debido a mi carácter volátil, ante varias situaciones, de orden político, me aconsejó acerca de cómo reaccionar y responder ante la prensa”, puntualizó.
Siempre usted…
Uno de sus pupilos del periodismo, ícono del diarismo deportivo, don Julio Barazarte, también formador de nuevas generaciones, indica que desde siempre Naranjo fue un colega respetuoso, del consejo oportuno y didáctico, desde sus días juntos en El Universal y luego en El Nacional en esos andares de los años 70 y 80.
Rememora que luego de una pelea de Luis “Lumumba” Estaba fueron invitados al Tranvía de Coche. Pasadas las horas y los tragos, se le acercó para consultarle cualquier cosa. “Mire profesor, usted…” y Naranjo de una vez lo invitó a llamarlo Armando, sin el “usted” que es muestra de máximo respeto. Luz verde para tutearlo. Barazarte le agradeció, pero hasta hoy, luego de miles de kilómetros de periodismo juntos, no ha podido vencer esa barrera del profundo respeto que Naranjo “se ganó con su accionar cariñoso, sabio, didáctico y paternal”.
Un amigo de excepción
El profesor Celestino Aellos, a sus 85 años, desde su querida Cumaná, exalta valores de Naranjo como la amistad y la entereza. “Es un gran amigo al que respeto mucho por su personalidad. Lo admiro como persona y en lo profesional. Es uno de los mejores periodistas de este país. Su carrera ha sido muy popular porque siempre ha sabido decir, con maestría, lo que sucede en nuestro ambiente que es el baloncesto. Lo leo, lo vivo y creo que todo lo ha hecho bien. De las grandes personas que me han entusiasmado e inspirado a lograr lo que medianamente obtuve como locutor y en otras áreas de la vida. El baloncesto ha sido mi vida y él ha tenido mucho que ver”, indicó emocionado.
Aellos agrega que “muchas victorias del baloncesto nacional se deben a sus gestiones y acciones. Todo lo que sea DF en el básket es gracias Armando Naranjo”.
Aura de excelso docente
Valoro de él su paciencia y su manera didáctica de explicar. Debo decir que la promoción nuestra (1968) se caracterizó por la rebeldía, el permanente cuestionamiento y todo lo que trajo por añadidura esa época; pues bien, Armando Naranjo con su bonhomía y manera de transmitir, unido al dominio de su área, copó nuestras expectativas y se ganó el respeto y admiración de un curso repleto de líderes ansiosos por cambiar el mundo. No todos los profesores de la época que, aunque eran muy buenos, tenían esa aura que rodeó el ejercicio docente de Armando Naranjo”, expuso resumidamente el profesor Alberto Centeno, ex director de deporte del DF. Elogiosos y justos conceptos, con los que coinciden plenamente –palabras más, palabras menos– el profesor Ángel “Zurdo” Flores y otro eterno del baloncesto distrital, Freddy Guerra.
Sin dudas, lo de Naranjo, desde la docencia es un asunto fuera de serie, en esa faceta que compartió por mucho tiempo junto a su compadre eterno, otro hacedor de gente valiosa, el prof Manuel Gallegos Carratú. ¿Cuántas generaciones formaron ambos?
La belleza de su intelecto
El maestro don Armando Naranjo, fue quien nos guio en el arbitraje en la universidad pedagógica. Un hombre que transmite humildad, capacidad, paternidad, conocimiento, paciencia. Es un gusto estar cerca de don Armando por su calma y magnanimidad edificante. Siempre con un comentario, una crítica constructiva, una sugerencia. Para don Armando tengo el más grande respeto, cariño, consideración y sobre todo, la admiración, porque es ese venezolano grande, maravilloso, que refleja la belleza del intelecto de su personalidad. Merece todos los elogios y las condecoraciones y reconocimientos. Para él mucha vida y salud plena. Quien así se expresa es el árbitro internacional Carlos Pamphill.
“Serena la claridad…”
Otro guerrero de mil batallas en el deporte y, sobre todo en la docencia y en el periodismo deportivo, como Jesús Cova, confiesa que de Armando Naranjo solo se puede decir cosas buenas, elogiosas, como él las merece porque se las ha ganado. “Puedo decir que Armando es un gigante de la crónica deportiva nacional. Puedo decir también que en más de medio siglo de amistad es una de las pocas personas a quien jamás le he oído hablar mal al referirse a un compañero de faenas, cosa rara esta. Puedo decir también que no conozco a muchos en nuestro medio que puedan escribir de atletismo, fútbol, voleibol, de todo, con la sapiencia con la que él lo hace. Que recuerde, solo he conocido a otro como él tan multifacético profesionalmente, llamado Rubén Mijares, quien ya no nos acompaña en este valle de lágrimas. ¡Carajo! Y ya iba a olvidarme de decir que ningún periodista deportivo en este país escribe tan deliciosamente y con tanta propiedad y conocimientos como lo hace Armando del deporte de sus tormentos, como lo es el basquetbol, disciplina que practicó de chamo y a la que ha entregado el corazón y la vida… A Armando Naranjo lo identifico con el dicho de don Rómulo Gallegos en referencia al gran Andrés Eloy Blanco: ‘un hombre bien construido por dentro, serena la claridad interior’. Un grande, estrecho, cariñoso abrazo, Armando, en esas 91 ruedas. Que la pasen de maravilla junto a tu Omaira y todos los tuyos. ¡Se te quiere por siempre!
Don Armando, comentando…
La voz de Juvencio Ramos, en el circuito de Guaqueríes, desde mediados de los años 80, se engolaba para ornar la entrada en los comentarios… ”Don Armando, comentando”. Frase que acuñó en el gusto del pueblo margariteño, que aún lo quiere y lo respeta mucho, por su gran huella en la isla y en su trabajo provechoso tanto en la radio como en la jefatura de prensa del equipo insular. Lo que complementaba con su columna “De a poquito”, publicada semanalmente en “El Sol de Margarita”. Una referencia obligatoria. Así lo recuerda el periodista David Nilo, quien lo sustituyó en la jefatura de prensa del equipo. “Lo oía, lo leía y aprendí mucho de él desde mis días de estudiante de bachillerato y de periodismo. Me hubiese gustado compartir más con él para seguir aprendiendo. En la actualidad, desde la distancia, me sigue enseñando, y le agradezco eternamente”, puntualizó Nilo, quien confiesa su admiración por aquella figura que conoció a través de la pantalla chica de Venevisión y luego le correspondió ser su compañero y alumno del periodismo, “todo un privilegio estar con Don Armando”.
Exitoso en cada puerto…
Como el pescador, protagonista de “Los gavilanes”, Naranjo ha conquistado con fina maestría y bonhomía los cargos y funciones ejercidas, los puertos transitados: DF, su génesis. Las canchas, la docencia, la dirigencia, las redacciones deportivas, luego Margarita y sus Guaiqueríes…y ahora allende fronteras. Siempre, con la constancia de su indetenible andar, guía de nuevas generaciones, cultivando la amistad y el amor por la familia y sus oficios, como valores fundamentales, conjugados con su paz interna luego de largo batallar cotidiano, materializando quizás el mensaje de “Luisa (guerrera) Fernanda (buscadora de paz)”. Y aunque las manos del tiempo borran huellas, las suyas están presentes y vivas como el brillo que implica todo retorno, ese del que no habla, pero seguro tiene muy pendiente. Otra vez felices 91. Nuestro más profundo respeto.
PD: Naranjo fue mi primer jefe en periodismo deportivo a principios de los 90 en el IND. Muchas cosas juntos. Siempre agradecido por su manera especial de enseñar y de hacer que a uno valorara lo hecho. No dudó en recomendarme y así empecé a andar por los medios…Gracias eternas. Le agrego a su particular coctel musical, la zarzuela-joropo –nuestro segundo himno– Alma Llanera, para cerrar el rumbón por todo lo alto, como se lo merece.
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El Pepazo