La mayoría de las personas que sufren migraña experimentan síntomas como fatiga, sensibilidad a la luz o problemas gastrointestinales hasta 48 horas antes de que aparezca el dolor de cabeza. La administración de un fármaco en esa fase premonitoria puede frenar las crisis.
La fase premonitoria de la migraña puede abarcar una gama muy amplia de manifestaciones: alteraciones anímicas (euforia, hiperactividad, tristeza, apatía, irritabilidad…), afectación cognitiva (por ejemplo, dificultad para concentrarse), fatiga, trastornos gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento) o del apetito, rigidez nucal, bostezos, alteraciones sensoriales (sensibilidad a la luz o fotofobia), afección dérmica, mareo, visión borrosa, aumento o disminución de la temperatura corporal, sudoración, etc.
Nuevos fármacos para la migraña
Muchas personas que sufren migraña conocen bien los signos -que unas veces son muy claros y otras más sutiles- que indican que van a tener un episodio en las siguientes horas. Otras no saben reconocerlos, pero pueden lograrlo con la ayuda de su neurólogo. De esta manera, se beneficiarán de las estrategias de tratamiento precoz que les permitirán reducir tanto el dolor como el número de crisis que sufren, así como el resto de síntomas que les dificultan enormemente su día a día.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Neurology esta semana, muestra la eficacia de ubrogepant, un fármaco de comercialización reciente. De momento no está disponible en España, pero forma parte de una familia, los gepantes, que junto con otros medicamentos de distintos grupos están contribuyendo a transformar el panorama terapéutico de la migraña.
La investigación se llevó a cabo con personas con migraña que podían saber cuándo estaban a punto de tener una crisis o ataque porque conocían bien sus síntomas premonitorios. Todas ellas habían sufrido esta enfermedad durante al menos un año, con entre 2 y 8 crisis al mes en los tres meses previos al inicio del estudio.
Los investigadores dividieron a los más de 500 participantes en dos grupos. Los del primero recibieron un placebo (sustancia inactiva) que debían tomar en la siguiente fase premonitoria que experimentaran y 100 miligramos de ubrogepant en el segundo episodio. El segundo grupo lo hizo al revés: tomó ubrogepant para el primer episodio y placebo para el segundo. Es importante señalar que se trata de un ensayo clínico controlado en el que ni los pacientes ni los médicos que les atendían sabían qué estaba tomando cada uno de ellos (doble ciego), con el fin de evitar el denominado efecto placebo (reacción positiva por la sugestión que produce saber que se está tomando un producto).
Los participantes valoraron las limitaciones en su actividad diaria utilizando una escala que iba de 0 a 4: 0 significaba “ninguna limitación, podía hacer cualquier actividad”; 1, “un poco limitado”; 2, “algo limitado”; 3, “muy limitado”; y 4, “extremadamente limitado”.
Al cabo de 24 horas de la toma de medicación, el 65% de las personas que tomaron ubrogepant no experimentaron ninguna limitación (puntuación 0) o se sintieron solo un poco limitados (1), mientras que únicamente el 48% de los participantes del grupo placebo anotaron una puntuación entre 0 y 1 en su diario de síntomas.
Es más, los investigadores constataron que solo dos horas después de tomar la medicación las personas que consumieron el fármaco tenían un 73% más de probabilidades de informar que “no tenían ninguna discapacidad y eran capaces de funcionar normalmente” que aquellos que tomaron el placebo.
“Según nuestros hallazgos, el tratamiento con ubrogepant puede permitir a las personas con migraña que experimentan señales de advertencia tempranas tratar rápidamente las crisis en sus primeras etapas y continuar con su vida diaria con pocas molestias y trastornos”, concluye Richard Lipton, investigador de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York y primer firmante del estudio.
Tratamiento del dolor y de la discapacidad
Los neurólogos ven con optimismo las nuevas opciones terapéuticas frente a la migraña, entre las que se encuentra ubrogepant. Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN), considera que el estudio que se acaba de publicar en Neurology es interesante por dos motivos: “Primero, porque revela que este tipo de fármacos funcionan frente a todos esos síntomas que acompañan al dolor de cabeza y, en segundo lugar, porque demuestra que, si el tratamiento se realiza de forma muy precoz -antes de que se desarrolle el dolor de cabeza-, es mucho más eficaz y consigue que la persona se reincorpore a su actividad de forma más rápida, que es lo que se pretende”.
El neurólogo advierte sobre una cuestión que hay que tener en cuenta en el tratamiento ultra precoz del dolor de cabeza: el peligro de que se desarrolle una cefalea crónica por un excesivo uso de medicación. Este problema se produce con los analgésicos habituales (paracetamol, antiinflamatorios…), pero no con los nuevos fármacos que están saliendo, como el ubrogepant. “En general, los neurólogos decimos a las personas con migraña que esperen a que el dolor comience a ser leve para iniciar el tratamiento”, señala Irimia. “Con estos nuevos fármacos se podría adelantar la toma de la medicación”.
El experto aclara que, en la actualidad, a algunos pacientes que son capaces de identificar con claridad la sintomatología premonitoria se les insta a iniciar la medicación un poco antes de que se inicie el dolor, “pero no es una práctica habitual”.
Con el fin de evitar la sobremedicación, mejorar la calidad de vida y reducir la discapacidad, cada vez se tiende más a que los pacientes sigan un tratamiento preventivo de forma continuada (para el que existen fármacos específicos) para reducir la frecuencia de las crisis.
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