Taischi Molina
En la inmensidad de tus tierras se esconden ancestrales arraigos
tradiciones que en bicentenario despiertan la grandeza de tus héroes,
para refrescar con el Chilascó la victoria de los pueblos centroamericanos.
A cuatro vientos susurraron los designios, de no ser más esclavos del tirano,
desenlazando los eslabones de la opresión del llanto de las cadenas.
Pueblo indígena, pueblo rebelde
desafiante del etnocidio que no logró quebrar tus raíces vernáculas
y eternizo la cultura de cinco naciones hermanas.
Se eleva la majestuosa Guatemala, hasta el crepúsculo del Tacaná,
y un manto de bendiciones baña sus tierras, al son de la marimba libertaria.
Bendita tu gente, querida Honduras, que de gala te vistes a cinco estrellas,
con estandartes de viejos sueños de naciones unitarias.
El Salvador ferviente, qué dolorosa y sangrienta fue tu historia.
Hoy sigue brillando entre la bondad de Dios, la unión y la libertad.
Nicaragua cuna de poetas que huele a jocote tronador y guayabita madura,
que endulzan la agüita fresca corriendo por tus venas bajo el cielo azul.
Se preservan en el corazón del Irazú la sangre viva de los héroes de Costa Rica
cual símbolo de una paz libertaria que habita en sus pueblos alegres.
¡Oh!, Centroamérica, bañada de mares y adornada de volcanes,
hoy cortejamos la gloria de tus luchas emancipadoras.
Honramos tu sangre derramada por la independencia.
Que en su parto nacieran cinco naciones
que los sueños mayas anhelaban unidas.
A doscientos años el quetzal posee en su pecho teñido de rojo a Tecún Umán.
Y recorre con su colorido plumaje los senderos mágicos de Centroamérica,
vigilando su vibrante independencia.
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El Pepazo
