La potencia no es lo único que los dos contendientes de anoche en Las Vegas tienen en común; también su capacidad para encajar. Dos muros de granito con mentalidad ganadora frente a frente, ingredientes suficientes para regalar a los espectadores uno de los combates del año, y no exageramos al afirmar esto aunque estemos a 2 de febrero. Benavidez fue más intenso, cimentó su triunfo en en un trabajo constante -en gran parte con golpes al cuerpo-, mientras que Morrell optó por buenos disparos, pero esporádicos. Un gran golpe del cubano era siempre respondido con furia por el ‘Monstruo’. El defecto de este último cuando se siente dominador es que descuida su defensa y por eso besó la lona en el undécimo. Es muy bueno y no debería dejarse llevar por el triunfalismo, pues torres más altas han caído en un deporte que penaliza como ninguno las distracciones.

Después de la pelea, el ‘Bandera Roja’ llamó al ganador del duelo entre Artur Beterbiev y Dmitry Bivol. ¿Se lo merece? Por supuesto, algo que atestiguan los dos títulos interinos del semipesado que ya atesora. El boxeo debe ver a Benavidez enfrentándose a uno de los colosos de esta división o a Canelo en en el supermedio. Ya ha vencido a Morrell, Gvozdyk, Andrade, Lemieux, Dirrell (aquí ganó el título del supermedio) y Caleb Plant. Se ha ganado disputar un título. En UFC ya estaría en la pole position.

«Morrell pegó más fuerte que cualquiera al que me he enfrentado, pero yo también pegué más fuerte. Mostré el nivel al que estoy. Yo era más grande y más fuerte y bailé mejor. Tuve el control de la pelea desde el principio», aseguró el ganador. Morrell achacó su derrota a la falta de experiencia en el campo profesional: «Fue sin duda uno de los factores principales”, dijo. Dejó muy buen sabor de boca el cubano. En la sala de prensa hubo mucha tensión entre Benavidez y Luis Decubas, el mánager de su rival, hasta que este último abandonó el lugar. Entre los púgiles, respeto tras una durísima batalla, y es que no era para menos.

Gran duelo Isaac Cruz y Ángel Fierro