El seleccionador brasileño oxigenó su once con hasta nueve caras nuevas. Entre ellas, un Rodrygo Goes que se estrenaba como titular con la absoluta. En cualquier caso, el jugador del Madrid tiene ya el cuajo suficiente como para no arrugarse ante ningún desafío. Jugando por dentro, en la posición de Neymar, firmó las mejores acciones de Brasil en el primer acto, en especial un par de arrancadas que sólo pudieron frenar los africanos a cambio de sendas amarillas.

Con todo, fue Martinelli el que gozó de las mejores ocasiones, en el primer acto y también en el segundo. Pero Epassy, el portero movilizado a última hora tras el turbio caso Onana, le negó el gol de todas las formas posibles. Poco ortodoxas la mayoría de las veces, pero efectivas al fin y al cabo.

Los errores en la definición del plan B de Brasil, casi el C en la última media hora, permitieron un final abierto en el que Aboubakar fue el más listo de la clase. Su gol permite a Camerún regalarse un fiestón de despedida, nada menos que una victoria ante Brasil, que no puede permitirse ser tan blandita en los cruces.