Para empezar, por elegirle en el draft. Ningún novato seleccionado en puesto 55 tuvo el impacto y la repercursión mediática de Bronny. Los Lakers hacían realidad el sueño de LeBron de tener a su hijo en el mismo equipo pese a que es evidente que el joven no tiene nivel para la NBA. Sus promedios en la Universidad del Sur de California fueron de 4,8 puntos con un 36,6% de tiros de campo (26,7% en triples), 2,8 rebotes y 2,1 asistencias en 19,3 minutos.
Y no sólo eso, sino que le firmaron un contrato de cuatro años por un total de 7,9 millones de dólares. No se trataba tanto de la cantidad sino de la duración. No son muchos los novatos elegidos en segunda ronda que consiguen una vinculación semejante con una franquicia.
Ver a Bronny y a LeBron compartiendo pista en la pretemporada y en el primer partido de la Liga regular fue algo histórico. Nunca un padre y un hijo habían coincidido en la misma cancha en la NBA. Y, encima, en el mismo equipo. Y, además, no en un equipo cualquiera, sino en los Lakers, el más mediático de la competición. Hubo mucho envoltorio en aquellos partidos. Igual que en su visita a Cleveland, donde ambos nacieron. Más que un encuentro parecía el rodaje de un documental. Probablemente, también lo fuera.
No está preparado para la NBA
Bronny ha jugado seis partidos en la NBA con promedios irrisorios de 2,7 minutos, 0,7 puntos, 0,2 rebotes y 0,3 asistencias. Ha metido sólo uno de sus seis lanzamientos de dos y ha fallado los cuatro triples que ha intentado. Su porcentaje en tiros de campo es de un 16,7%. Al peaje que deben pagar todos los rookies en su primer año en la Liga, él une algo mucho más pesado: no está preparado.
Los Lakers le enviaron a la G League, donde debutó en la madrugada de este domingo. Sin mucho éxito tampoco. Las instalaciones de El Segundo, donde se entrenan los Lakers y juegan los South Bay, se llenaron hasta los topes. Hubo presencia del clan James, estuvo Anthony Davis, el mánager general Rob Pelinka… El protagonista del partido hizo seis puntos, tres rebotes, cuatro asistencias, dos robos y un tapón en la victoria sobre los Salt Lake City Stars.
La mala noticia es que perderá posibilidades de jugar. Con el primer equipo, como se ha visto, no lo va a hacer demasiado y se perderá los minutos que podría tener a domicilio con los South Bay. Para eso le destinaron a la G League, para estar en la pista y mejorar. Pero en otro ejemplo de nepotismo, sólo lo hará en casa. Una grave discriminación hacia sus compañeros. Ninguno más es el hijo de LeBron.
El Pepazo/Marca