Expertos del Hospital Clínic de Barcelona han llegado a un consenso sobre la cantidad de cannabis que constituye un mayor riesgo para la salud. Han tenido en cuenta los grupos de población más vulnerables a los efectos de los porros.
María Sánchez-Monge
¿Cuántos porros se pueden fumar a la semana sin poner en riesgo la salud? Ninguno. No existe ningún consumo seguro de cannabis, como tampoco puede considerarse la existencia de una ingesta saludable de alcohol o de otras drogas. Lo que sí es posible establecer es un punto de corte a partir del cual el riego empieza a ser alto o muy elevado.
Grupos especialmente vulnerables
Para López, el mensaje más importante es que hay “unos grupos de población de especial riesgo”, que son los siguientes:
- Personas con problemas de salud mental (psicosis, depresión, trastorno bipolar, trastornos de ansiedad o adicciones, entre otros).
- Menores de 21 años.
- Quienes presentan patologías que se sabe que empeoran con el consumo de cannabis, como enfermedades cardiacas o respiratorias.
En estos colectivos, cualquier consumo, por poco frecuente e intenso que sea, implica un riesgo significativo para la salud.
En el resto de la población, hacerlo de forma esporádica no supone tanto peligro, pero “el consumo diario o casi diario de cannabis puede estar poniendo en riesgo de sufrir otros problemas de salud”, apunta López, quien precisa que el consumo “diario o casi diario son esos cinco porros a la semana”. Se trata de una manera de estratificar el riesgo para que, a partir de las evidencias científicas disponibles, cada persona decida el riesgo que está dispuesta a asumir.
El experto anima a interpretar correctamente los resultados del consenso: “Si alguien consume cinco porros o más a la semana, su riesgo es muy alto”, pero eso no quiere decir “que por debajo de ese consumo no haya riesgo; claro que lo hay, pero es menor”.
Baja percepción del riesgo de fumar porros
Actualmente, según los estudios Edades y Estudes, un 3,7% de los españoles consume cannabis a diario o casi a diario, lo que implica implica que este porcentaje de la población tiene un patrón de consumo de elevado riesgo para la salud. Además, un 15% de la población española de entre 15 y 64 años, así como un 11% de los adolescentes (entre 14 y 18 años), piensa que consumir cannabis no tiene consecuencias sobre la salud.
Los participantes en el consenso sobre consumo de cannabis consideran que esta baja percepción de riesgo, a la que hay que añadir la consulta de fuentes de información poco fiables con intereses comerciales -relacionados, por ejemplo, con la venta de semillas de cannabis-, dificulta el acceso a mensajes basados en la evidencia científica.
Cannabis cada vez más potente
En el riesgo para la salud relacionado con el cannabis no solo influye la cantidad, sino también la intensidad. Los expertos en adicciones afirman que cualquier consumo de cannabis con más del 10% de THC (tetrahidrocannabinol) es un consumo de riesgo. Se ha constatado que el principal componente activo del cannabis, el THC, es ahora más potente que hace 20 años. “Esto tiene implicaciones importantes, sobre todo, en lo que se refiere al impacto sobre la salud mental”, asevera López.
Se ha establecido como punto de corte el 10% de THC a la hora de considerar que se trata de un cannabis de alta potencia porque, según el experto del Clínic, así lo señalan la mayoría de los estudios al respecto, pero se trata de una mera referencia. “Nuevamente, el mensaje es: cuanto menos potente, mejor”. En este sentido, aclara que es conocido “que hay variedades que tienen tendencia a tener una potencia mayor que otras”. Además, en algunas situaciones, como en las asociaciones de usuarios, “se informa de la potencia del cannabis”. En todo caso, López matiza que desconoce “si esas informaciones son muy precisas o fiables”.
Efectos del consumo de cannabis a largo plazo
Según informa el Plan Nacional sobre Drogas, estos son los principales efectos del consumo de cannabis a largo plazo:
- Problemas de memoria y aprendizaje.
- Trastornos emocionales (ansiedad, depresión) y de la personalidad.
- Psicosis y esquizofrenia (especialmente en individuos predispuestos).
- Peores resultados académicos.
- Abandono prematuro de los estudios.
- Dependencia (7-10 % de los que lo prueban).
- Enfermedades bronco-pulmonares y determinados tipos de cáncer.
- Trastornos del ritmo cardiaco (arritmias).
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El Pepazo/Marca/Cuìdate