La exposición continua al sol es el principal factor desencadenante del cáncer basocelular y otras neoplasias. ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo se trata?
El cáncer de piel es una de las formas más comunes de esta enfermedad a nivel mundial. En particular, el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas son los tipos más frecuentes de presentación.
Por lo general, todas las enfermedades neoplásicas son resultado del crecimiento anormal y descontrolado de un grupo de células. Este cáncer, también llamado «carcinoma basocelular», inicia en las células basales de la capa más profunda de la epidermis, encargadas de la regeneración cutánea.
La Sociedad Americana de Cáncer estima que 8 de cada 10 casos de cáncer de piel son carcinomas basocelulares, con una incidencia en Estados Unidos de más de 5 millones de personas afectadas. El diagnóstico precoz y el abordaje oportuno determinan un mejor pronóstico y calidad de vida.
El carcinoma de células basales es un tipo de neoplasia de crecimiento lento e indoloro, que en ciertos casos pasa desapercibido. De igual forma, suele desarrollarse con mayor frecuencia en las regiones del cuerpo expuestas al sol.
Estudios afirman que el 90 % de los casos ocurren en la cabeza y el cuello. De estos, el 10 % se presentan en los parpados, pues es el tumor palpebral maligno más frecuente. Por otro lado, un número reducido de casos se presentan en zonas de piel protegidas por el sol, como los genitales.
Ahora bien, la parte de las veces se manifiesta como una protuberancia, bulto o llaga en la piel que crece lentamente y no sana. No obstante, las características de la lesión varían según el tipo de cáncer basocelular. Algunas de las lesiones más comunes son las siguientes:
- Bulto brillante, nacarado y traslúcido con tendencia al sangrado y a la formación de costras.
- Protuberancia marrón, azulada o negruzca con bordes traslúcidos.
- Placa escamosa y roja de bordes elevados.
- Parche blanquecino y ceroso, de bordes poco definidos, similar a una cicatriz.
Con el paso del tiempo pueden aparecer pequeños vasos dilatados o telangiectasias acompañando las lesiones de piel. Esto último aumenta el riesgo de sangrado y de formación de úlceras.
Otros tipos menos comunes se presentan como pequeñas manchas superficiales de color rosado o rojo. Además, una lesión gruesa y carnosa de color nacarado en la piel también podría indicar su presencia.
Causas del carcinoma de células basales
El cáncer basocelular tiene su origen a nivel de la capa de células basales de la epidermis, siendo esta última la capa más superficial del cuerpo. Las células basales son las encargadas de producir nuevas células cutáneas y remplazar a la células viejas que se desprenden finalmente de la piel.
Investigaciones afirman que la radiación ultravioleta (UV) es el principal factor desencadenante de mutaciones en el ADN de las células cutáneas. En general, los rayos de sol son la mayor fuente de radicación UV, así como también las cámaras de bronceado. De todos modos, existen algunas formas de carcinoma de células basales que no están asociados a esta causa.
Factores de riesgo
A menudo, se manifiesta en adultos mayores como resultado de su crecimiento lento y poco evidente. Estudios estiman que este cáncer es 100 veces más frecuente entre los 55 y los 75 años que en menores de 20 años.
- Piel clara.
- Ojos claros y cabello rubio o rojizo.
- Exposición repetida a rayos X u otras fuentes de radiación.
- Tener muchos lunares y pecas.
- Antecedentes familiares de cáncer de piel.
- Historia personal de lesiones tumorales en la piel.
- Quemaduras solares a edad temprana.
- Profesiones al aire libre.
- Sistema inmune deprimido.
- Uso de medicamentos inmunosupresores.
- Exposición al arsénico.
A su vez, existen algunos síndromes hereditarios que aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel. Tal es el caso del síndrome del carcinoma basocelular nevoide —también llamado enfermedad de Gorlin-Goltz— y el xeroderma pigmentoso.
Por lo general, el mayor temor de toda neoplasia es su diseminación a otros órganos o metástasis. Cuando un carcinoma de células basales crece en la cara —cerca de los ojos, los oídos o la boca— las consecuencias de propagación pueden ser mortales. Por fortuna, rara vez suele hacer metástasis.
En cuanto a la probabilidad de reaparición, en muchos casos existe un alto riesgo, incluso luego de un plan terapéutico exitoso. Sumado a esto, el carcinoma de células basales aumenta el riesgo de padecer otras neoplasias cutáneas, como el cáncer de células escamosas.
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer de piel requiere una evaluación integral por parte de un médico especialista. Durante el examen, es posible que se hagan preguntas acerca de posibles cambios en la piel, la historia de enfermedades familiares y los antecedentes personales de otras patologías.
En caso de que exista sospecha de una lesión tumoral, el especialista puede solicitar tomar una muestra del tejido afectado. La biopsia es el método de elección para el diagnóstico definitivo del cáncer de piel, según estudios. Su elección depende del tamaño y del tipo de lesión.
Tratamiento del carcinoma de células basales
El tratamiento del cáncer basocelular está enfocado en extraer la lesión de la piel y evitar su diseminación a otros tejidos. La escisión quirúrgica suele ser el método más utilizado para extirparlo. En la misma se corta la lesión y un margen de piel sana para posterior análisis.
Por otro lado, existen varias técnicas para los casos en los que no se puede o no se recomienda la cirugía. El curetaje y la electrodesecación permiten extraer la lesión por raspado, para luego sellar con calor. Otros procedimientos incluyen la radioterapia, la terapia fotodinámica y la criocirugía.
Recomendaciones para prevenir el cáncer basocelular
En la actualidad, existen varios hábitos para reducir el riesgo de desarrollar un carcinoma de células basales. Algunas recomendaciones para prevenir este tipo de cáncer de piel son las siguientes:
- Evita exponerte al sol en las horas más fuertes, entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde.
- Emplea un protector solar de mínimo 30 FPS todos los días.
- Reduce las visitas a las cámaras de bronceado.
- Usa ropa protectora al estar al aire libre, como sombreros, pantalones largos y camisas de manga larga.
- Crea una rutina de revisión de la piel.
- Consulta con un médico ante la aparición de cualquier bulto o lesión extraña.
Como ves, el carcinoma de células basales es la forma más común de presentación del cáncer de piel. Por suerte, la mayoría de estas lesiones se curan al ser tratadas a tiempo. En raras ocasiones se diseminan más allá del sitio afectado.
Por tal motivo, no olvides buscar atención profesional ante cualquier lesión de piel con cambios en el tamaño, el color o la apariencia.
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