Thaischi Molina
Faroles encendidos en medio de dos
montañas esculpidas de lado a lado, iluminan un largo camino desolado.
Las aguas recorren los surcos
que vienen desde las cimas,
y se juntan a las orillas de las más imponentes.
se dejan ver desde lejos entre arbustos y follajes
los faroles que pronto no encenderán
más el rostro pensante de la dama sin figura.
Las bravías aguas se contienen en un instante,
y de pronto un muro apareció
para que las aguas no inundaran los faroles del alma.
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El Pepazo