De una tacada, los Celtics llegaron a las 60 victorias, se garantizaron ser el mejor equipo de la temporada regular y, por tanto, tener el factor cancha en todas las eliminatorias de playoffs y, de paso, lanzaron el enésimo aviso a la NBA sobre su extraordinario potencial. Aplastaron por 135-100 a los Thunder, que compiten por liderar el Oeste.

Fue la undécima victoria de los Celtics en los últimos 13 encuentros. También suman 11 triunfos seguidos en casa, donde su balance es de 33-3, el mejor de la NBA, lo que invita al optimismo en Boston con el factor cancha en la mano. Esta vez, el líder fue Kristaps Porzings con 27 puntos y 12 rebotes. Al descanso ya llevaba 17+9.

El pívot letón es un factor decisivo en los Celtics por su capacidad para proteger el aro con sus intimidantes 2,18 metros y, a la vez, abrir el campo en campo ofensivo gracias a sus triples. Sus cinco tapones y su 3/3 desde el arco volvieron a demostrar su importancia en una futura lucha por el anillo.

Los Thunder volvieron a echar de menos a Shai Gilgeous-Alexander, que ha jugado sólo uno de los últimos cinco encuentros, y a Jalen Williams. Josh Giddey metió 17 puntos y Luguentz Dort sumó 15 en un equipo que tuvo una mala noche desde el perímetro. Su 5/24 contrastó con el 17/40 de los Celtics, el equipo que más triples anota en la NBA.