No era el mismo partido, no significa lo mismo y, desde luego, no había lo mismo en juego, pero Colombia se ha tomado su pequeña venganza personal con Argentina por la final de la Copa América con una victoria en Barranquilla. Lo ha hecho a través de un espectacular James Rodríguez, que ha sido el gran protagonista con un gol, una asistencia y un error garrafal. Sonríe el ex del Real Madrid con la mirada puesta ya en su nuevo club.
La fuente inagotable de talento que tiene James Rodríguez en sus botas nos ha dejado una nueva actuación para el recuerdo. Cuando todos daban por muerto al ’10’, resurgió de sus cenizas en la Copa América. Parecía su último truco, pero a este futbolista todavía le quedan varios conejos en la chistera. Se frotan las manos en Rayo Vallecano, que miran con deseo cómo su nueva zurda vive una segunda juventud. Lo cierto es que, a excepción de una, mejoraba todas las pelotas que pasaban por sus pies y como haga lo mismo en España, se va a poner muy bonita LaLiga.
Argentina, incapaz de trenzar jugadas ofensivas, ha ofrecido una de las peores versiones que se le recuerdan desde que Scaloni llegó al banquillo de la albiceleste. Julián y Lautaro estuvieron muy solos durante todo el partido, con un centro del campo inoperante y una defensa que poco pudo hacer en los goles.
En general, poco fútbol sobre el césped del Metropolitano Roberto Meléndez, que presentaba un aspecto paupérrimo. Las ganas de triunfo de los locales se impusieron a la calidad de los argentinos, que solamente generaron peligro con errores de Colombia. De hecho, hubo varios al comienzo, sobre todo del portero, que le regaló a la ‘Araña’ una pelota a puerta vacía. La falta de ángulo para el golpeo evitó el gol del colchonero.
Solamente las jugadas a balón parado permitían a ambos equipos acercarse a la meta. Lo que pasa es que Colombia tiene a todo un experto sacando. Navidad adelantada para la delantera colombiana, que veía como James les ponía auténticos regalos en forma de pases para intentar perforar las redes del ‘Dibu’. En una de esas llegó el primero, con un centro espectacular del ’10’ para que Mosquera solo tuviera que poner la cabeza. Uno puso el envoltorio y el otro solo tuvo que colocarle el lazo a este nuevo obsequio para la afición colombiana, completamente entregada a la causa.
Una sombra entre muchas luces
El partidazo de James queda empañado por un grave error en el gol visitante. Nada más salir del vestuario, dio otra preciosa asistencia, pero esta vez a Nico González. El de la Juventus corrió solo para batir a Camilo Vargas por debajo de las piernas e igualar el marcador. Lo celebraba Scaloni, consciente de que a sus chicos les estaba costando mucho finalizar jugadas.
Pero no se iba a quedar tranquilo el zurdo, que lejos de venirse abajo siguió cogiendo las riendas del equipo. En una jugada aislada, una caída dentro del área provocó las protestas locales. El árbitro se tomó con calma la revisión en el VAR, pero señaló penalti. La pelota buscaba al ’10’, que tenía un duro rival antes de la gloria. El ‘Dibu’ hizo sus clásicos juegos psicológicos, pero nada pudo apartar a James de su destino. Golpeo a la escuadra y baño de masas. Celebración por todo lo alto para una selección que no pudo culminar su gran Copa América.
Solo quedaba defender y esperar y eso hicieron los colombianos. Sin sufrir en exceso y aprovechando el límite del reglamento en cuanto a pérdidas de tiempo, lograron batir a la campeona del mundo con autoridad. Incomparable esta victoria con la argentina en la final de la pasada Copa América, pero nada les quita la alegría a unos cafeteros que celebraron los tres puntos como si de un título se tratara. Un paso más cerca del Mundial de 2026 con venganza incluida y con la sensación de que su mejor futbolista ha vuelto a renacer. James recupera la sonrisa y Colombia, la ilusión.
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El Pepazo/Marca