Otro sorpresón. Portugal se despide en cuartos de final ante una Marruecos que, haga lo que haga ya, pasará a la historia de los Mundiales. Un chispazo decantó la balanza en unos cuartos de final en donde Portugal fue mejor en cuanto al juego, pero peor en efectividad (¿os suena de algo?). Partidazo de Bono, que en octavos y en semis dejó su portería a cero. Cristiano jugó casi toda la segunda mitad pero no pudo ser el revulsivo que buscaba su selección. Por edad, posiblemente sea su última Copa del Mundo. Y no se mereció este final.

Dieron igual el once titular de Portugal en los cuartos de final de un Mundial y las caras de estos al escuchar el himno del país. Casi todos los fotógrafos apuntaron sus objetivos hacia el banquillo. Allí estaba Cristiano Ronaldo, que volvió a ser suplente como ocurriera ante Suiza. La estampa de toda la masa de fotógrafos señalando hacia CR7 es un claro ejemplo de la magnitud de su persona.

Como bien sabe el lector, una cantada en el fútbol es un fallo grosero del guardameta. Bueno, pues eso es lo que protagonizó Diogo Costa en el primer tanto de Marruecos. Mide mal, no se entiende con Ruben Días y En-Nesyri, más alto que un árbol de Navidad, aprovechó a mala salida para rematar de cabeza en un espectacular salto.

Achraf Hakimi se tiene ganado un puesto en el mejor once del Mundial de Qatar. Pero eso se le va a quedar corto. La exhibición que está dando el lateral tanto en defensa como en ataque está siendo una de las mejores noticias en Doha. Fíjate que hasta el PSG ya se le está empezando a quedar pequeño.

La afición de Marruecos volvió a ser clave el nuevo e histórico triunfo de su selección. Gritaron, animaron y pitaron al rival para dar ese punto extra a los de Regragui.