Hasta el 20% de los adolescentes de 15 años se ha emborrachado al menos dos veces en su vida, según un nuevo informe de la OMS. Un estado de embriaguez significativo puede llevar al coma etílico, un cuadro que pone en serio peligro la salud.
Alicia Cruz Acal
La relación de los adolescentes con el alcohol preocupa. Y si esta alarma viene de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inquietud es todavía mayor. El organismo acaba de publicar el informe Health Behaviour in School-aged Children (HBSC) y, desde luego, sus datos apremian a hacer algo. Según el mismo, el alcohol es con diferencia la sustancia más consumida por este grupo de población.
En concreto, el HBSC es una encuesta que se realiza cada cuatro años a niños de 11, 13 y 15 años con el fin de conocer diferentes parámetros de salud y bienestar en estas edades e informar de nuevas estrategias que busquen mejorar su calidad de vida. La investigación incluye 50 países y regiones de Europa y América del Norte.
Según el estudio, más de la mitad (57%) de los jóvenes de 15 años ha probado el alcohol al menos una vez, y casi el 40% de los encuestados admitió haberlo consumido en los últimos 30 días. Asimismo, uno de cada 10 adolescentes ha afirmado haber estado borracho al menos dos veces en su vida, una tasa que crece del 5% en aquellos con 13 años hasta el 20% con la edad de 15. “Estos hallazgos resaltan cuán normalizado está el alcohol, lo que muestra la necesidad urgente de mejores medidas políticas para proteger a los niños y jóvenes de los daños causados por esta sustancia”, advierten desde la OMS.
Las cifras arrojadas por este informe dan una idea de que cada vez son más los jóvenes que no sólo beben alcohol, sino que llegan a un estado de embriaguez significativo. Y, entre los diferentes cuadros clínicos que se presentan con una sobredosis de alcohol, hay uno especialmente grave que puede acabar con un desenlace fatal: el coma etílico. En estos casos, la persona entra en un estado comatoso debido a una ingesta excesiva de esta sustancia. Pero, ¿cuál es la tasa de alcohol en sangre para que alguien corra el riesgo de llegar a este escenario?
De acuerdo con la legislación actual, la tasa de alcoholemia para los conductores permitida es de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre (g/l). En este sentido, la Dirección General de Tráfico (DGT) informa que a partir de 3 g/l la conducción se hace imposible, pues el individuo entra en un estado de estupor y embriaguez profunda, así como en una progresiva inconsciencia. Si la tasa de alcoholemia sobrepasa los 4 g/l, es cuando ya la persona entra en riesgo de coma; y, con más de 5 g/l, de muerte.
Claro que, estas cifras no son absolutas, ya que son algunas variables las que hay que considerar, como la velocidad de absorción del alcohol, que depende de, entre otros factores, de la cantidad de alimentos que se hayan ingerido o de con qué bebida se haya mezclado el alcohol (las carbonatadas aumentan la velocidad de absorción). Aparte de la velocidad, otros factores a tener en cuenta son la capacidad del hígado para metabolizar el alcohol, el peso, la composición corporal, el sexo, el grado de tolerancia o ciertos medicamentos.
¿Cuántas cervezas, vinos y cubatas?
De acuerdo con el organismo, un hombre que pesa entre 70 y 90 kilogramos presenta una tasa de alcoholemia que oscila entre los 0,21 y 0,28 g/l bebiendo un tercio. Volviendo a la advertencia de la DGT de que a partir de los 4 g/l hay peligro de coma etílico, un varón con estas características estaría en riesgo de sufrir este estado con 14 cervezas. En el caso de la mujer (de entre 50 y 70 kilos y con una tasa de alcoholemia que se calcula que puede llegar a alcanzar los 0,48 g/l con un tercio), esta amenaza se presentaría a partir de los 8 cervezas.
En cuanto al vino, el riesgo de entrar en estado comatoso estaría desde las 20 copas en el hombre y en 12 en la mujer (con las mismas características mencionadas). Un ejemplo más: un combinado o cubata de 50 ml y 38 grados de alcohol. En el caso del hombre, tendría que consumir alrededor de 12 copas y, en el de la mujer, serían 7. Claro que, hay que recordar que estos datos no son fiables, pues como ya se ha indicado, son distintos los factores que influyen para que se produzca antes o después un coma etílico, por lo que se puede llegar a este estado bebiendo menos.
Además, es importante recordar que esta sustancia daña la salud en el mismo momento en que se empieza a consumir. En este punto, el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de Estados Unidos alerta de que cualquier persona que consume mucho alcohol demasiado rápido puede estar en peligro de una sobredosis y señala cuáles son los síntomas más preocupantes de esta:
- Confusión mental.
- Dificultad para permanecer consciente.
- Vómitos y convulsiones.
- Respiración lenta (menos de ocho respiración por minuto) o irregular (10 segundos o más entre respiraciones).
- Ritmo cardíaco lento.
- Piel húmeda y fría, así como una temperatura corporal extremadamente baja.
- Falta de reflejo ante náuseas, algo que previene la asfixia.
- Alcohol
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