El mejor tirador de todos los tiempos venció el Concurso de Triples ante la tiradora más icónica de la WNBA, Sabrina Ionescu
El 20 de septiembre de 1973 se hizo historia del deporte. Bobby Rigss, un antiguo campeón de Wimbledon (1939) pero bocazas como ninguno, se citó en un partido de tenis a Billie Jean King, la histórica del circuito femenino. Fue un partido entre hombre y mujer, una conocida como ‘Batalla de los Sexos’ y ante 30.472 personas -y 90 millones en televisión-, y King, en mucha más forma y con motivación, pasó por encima de Riggs (6-4, 6-3 y 6-3). «Si perdía era retroceder 50 años», confesó. Fue historia… y la NBA, en un tono positivo y diferente, tuvo su capítulo parecido. Mucho más enriquecedor. Con Stephen Curry (Golden State Warriors) batiendo a Sabrina Ionescu (New York Liberty) en la pelea entre los mejores tiradores del mundo. Uno en la NBA, otra en la WNBA.
Si perdía [en la batalla de los sexos de 1973] retrocedía 50 años
Billie Jean King
Fue una pelea brillante. Ionescu pidió tirar también desde la línea NBA y no decepcionó. Sabrina facturó 26 puntos y obligó a Curry esperar hasta el último tiro. Firmó 29 y se llevó el ‘cinturón de campeón’. Una batalla gloriosa. «No sé si alguien podrá ocupar nuestros puestos, pero quizá sea algo que debemos repetir más a menudo», contó el líder de los Warriors.
No sé si alguien podrá ocupar nuestros puestos
Stephen Curry
Más allá del resultado, confirma que los tiradores no entienden de sexo o ligas. «Shooters shoot», dicen en el lenguaje de los Estados Unidos. Se aplicó. Con Ionescu arrancando de forma impresionante (13 de sus primeros 15 lanzamientos). Y Curry firmando, al menos, cuatro aciertos de cinco balones en sus últimos cuatro carros. Dos concursos tremendos. El de Curry sería campeón, con tres de diferencia, sobre el que ganó Damian Lillard en el tradicional. El de Ionescu, también. Aunque sus 26 fueron igualados por ‘Dame’, Trae Young, Karl-Anthony Towns o Tyrese Haliburton.
Y eleva a Ionescu, ya una estrella de la WNBA y protagonista de campañas de la multinacional Nike. Desde su línea de zapatillas, las Sabrina, hasta su juego en Nueva York. «Solo importa el corazón que tienes al querer ser mejor de lo que puedas ser», abrochó. Baloncesto para la historia.
El Pepazo/Marca