Si así serán los Playoffs hay un problema en Los Ángeles. Los Lakers cedieron en lo que era tanto un partidazo, por nombres y rivalidad, como una buena prueba de lo que pasará en post-temporada. Porque todo hace indicar que se repetirá el choque ante los Golden State Warriors y la sensación angelina no es del todo buena. Los de la Bahía fueron mejores y se llevaron una victoria (121-128) que no pasará a la historia.

Y si lo hace no es por algo del todo positivo. Ya que se registró el final más lento de un partido de la NBA. Los dos últimos minutos de reloj se jugaron en ¡20! Surrealista. El motivo fue un problema con el reloj de posesión que venía dándose desde antes y que falló totalmente en el final. Hasta arreglarlo pasó un buen tiempo y los jugadores no daban crédito. «Estoy demasiado viejo para esta mierda», decía un atónito LeBron James. Derrota y un desenlace cómico. ¿Para qué más?

Estoy demasiado viejo para esta mierda

LeBron James

En cancha, los Lakers remaron a contracorriente mucho tiempo. Neutralizaron las primeras tentativas de Curry (que empezó con 0 puntos en el primer cuarto). El 30 rozó romper el partido con una racha de las suyas en el tercero, pero LeBron fue la gran oposición para dar aire final a los Lakers (112-116, 43′). Pero no resistiría otro acelerón de Curry. Definió con bandeja, encontró a Draymond Green y el propio Green invirtió esos papeles para evitar que otro acelerón del Rey abriese el partido. Un robo de balón de Curry a LeBron cerró el choque.

El público de Los Ángeles no se hizo notar

Klay Thompson

Porque más allá de LeBron y con un Davis fuera de juego pronto por un problema en su ojo, los Lakers tienen carencias. Cosas que unos Warriors muy competentes aprovecharon. Solo Draymond Green, con 6 puntos aunque 13 asistencias, se quedó como titular de los de la Bahía sin pasar de 10 puntos anotados.