El pasado jueves Luka Doncic se dio un baño de masas en el Drazen Petrovic Memorial Game, el partido homenaje a Drazen Petrovic que reunió en Croacia a un buen número de estrellas del baloncesto europeo y mundial. El jugador franquicia de los Mavericks y uno de los mejores de la NBA ni siquiera se vistió de corto, pero su sola presencia provocó la locura en el Zagreb Arena y en sus aledaños.
El esloveno se llevó gran parte de las ovaciones de la noche, especialmente cuando en el descanso, acompañado por Felipe Reyes y Alberto Herreros, entregó una camiseta del Real Madrid firmada por todos sus jugadores y por él mismo a Aza Petrovic, hermano de la leyenda croata.
Tratamiento de celebrity
A donde quiera que vaya le dispensan un tratamiento de ídolo y cada vez que pisa territorio europeo desata pasiones entre los aficionados y es perseguido por tierra, mar y aire por los medios de comunicación, que apenas tienen oportunidades a lo largo del año de acercar un micro al crack. Y esa atracción que genera fuera de la cancha, como si fuese una celebrity de la música o el cine, es lo que peor lleva de su carrera.
No me gusta ser famoso, las cámaras sólo me gustan en el partido, fuera no
Luka Doncic (Jugador de los Mavericks)
Lo confesó recientemente en su viaje a Croacia, reconociendo que le gustaría poder jugar sin todo el dramatismo adicional que conlleva para él, para los fans y para los medios. Así, a una pregunta concreta de un periodista que le ‘atracó’ en plena calle fue muy sincero. “Luka, ¿te gusta ser famoso?», le dijo. Y el respondió con un contundente “No”. Insistió el entrevistador: “¿Te gustaría poder jugar al baloncesto sin tener cámaras?”. Y Luka tampoco lo dudó: “Sí. Solo en el partido”, respondió entre risas pero dejando entrever que no le hacía nada gracia ser tan mediático.
Es el precio que hay que pagar por ser uno de los mejores jugadores del mundo, aunque las contraprestaciones son enormes, sobre todo en el plano económico. Luka ya ha ganado más de 109 millones de dólares hasta ahora y esa cifra aumentará exponencialmente en los próximos años. Y emocionalmente debe ser un orgullo el hecho de sentirse tan querido y admirado por los aficionados, aunque eso a veces le ocasiones molestias y cercene algo su vida personal.
Pero por encima de todo eso el mayor beneficio para Luka Doncic es poder practicar al más alto nivel el deporte que ama y para el que ha demostrado ser un privilegiado. El exmadridista no reniega de ser uno de los mejores jugadores del mundo, faltaría más, pero sí del estatus de celebridad y de todo lo que eso conlleva. Odia ser siempre el centro de atención allá donde va.
De hecho, intenta restarle importancia a ese aspecto. Al contrario que otras celebridades del balonesto, Luka casi nunca aparece en anuncios publicitarios, rara vez dice algo polémico o con opiniones que susciten controversia, y casi no hace nada para llamar la atención cuando acaba sus partidos y sale de los límites de la cancha.
Mismo ‘modus operandi’ que Jokic
Y esa forma de hacer las cosas le está granjeando un éxito formidable. Promedia en su carrera 28,7 puntos, 8,7 rebotes y 8,3 asistencias por partido con un 47,0% de acierto en tiros, y ahora mismo pocos pueden poner en duda que es uno de los tres mejores jugadores de la NBA. Y lo demostró definitivamente llevando a los Mavericks a jugar las Finales la pasada temporada. Y aunque no le guste, mientras siga brillando de esa forma tan descomunal seguirá siendo centro de atención allá donde vaya.
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El Pepazo/Marca