Un niño murió, otro se encuentra delicado y hay cinco heridos además. Ocupantes de la aeronave siguen en Santa Marta respondiendo sobre los posibles motivos del accidente.
Roger Urieles
Para EL TIEMPO Santa Marta
Milton Cabeza Peñaranda, un reconocido empresario de la aviación en Colombia, era el copiloto y propietario del avión que se estrelló el domingo en Santa Marta.
Cabeza Peñaranda pretendía desplazarse con su familia en la aeronave a la ciudad de Bogotá, de donde es oriundo.
Se trataba del avión tipo SF50 Cirrus, de propiedad de Mera Way Industries Inc, y explotado por Panamerican Training Center. Iban su esposa, Rosario Martínez; su hijo menor Miguel Ángel Cabezas y su nieta Ana María. Así como la niñera, Sandra Páez, y Camila Ustaris, hija de la niñera.
El plan de vuelo registrado y aprobado por la Aeronáutica tenía como piloto al mando al capitán Carlos Malaver, y como copiloto a Milton Cabeza, ambos con su documentación al día.
Lo que provocó que el avión (que hacía maniobras para el despegue) se saliera de la pista y terminara estrellado contra un árbol en la zona externa de playa todavía es materia de investigación de la autoridades.
Milton Cabeza y su familia de momento continúan en Santa Marta aportando la información que requiere la comisión técnica investigadora de la Aerocivil.
También se conoció que la aseguradora, que se encuentra analizando el caso, tiene aprobado un monto de 5 millones de dólares para cubrir los gastos del siniestro.
Sobre la empresa Helistar, que representa Milton Cabeza, también se estableció que ha tenido entre sus clientes a Alex Saab, recientemente extraditado a Estados Unidos; a la exsenadora Piedad Córdoba y al abogado Abelardo de la Espriella.
Tragedia: Familia De la Hoz dio sepultura al menor en medio del llanto
Al momento de colisionar, el avión atropelló a varias personas que estaban en la playa, entre ellas un niño de tres años que falleció y una niña de seis años que se debate entre la vida y la muerte.
Este martes, la familia De la Hoz dio sepultura al menor en medio del llanto, la tristeza y el desconsuelo. Los padres aseguran que siguen esperando una explicación de lo que sucedió.
El Pepazo/El Tiempo Colombia