Silvestre Arturo Ovalles
¿Que es aquello que nos empuja a hacer política?, yo diría que muchos factores. Para quienes piensan en la individualidad, les doy todo el espacio para que hagan un examen de conciencia y respondan ¿qué tal les ha resultado eso? Para quienes pensamos en colectivo, la política es una vía para conseguir la justicia social, o dicho en palabras de Bolívar: La mayor suma de felicidad para nuestro pueblo.
Por este camino de la justicia social, de la equidad, de la igualdad de oportunidades sin discriminación alguna, solo transita la Revolución Bolivariana. El legado de Chávez, está estrechamente vinculado a la sensibilidad humana, lo predicó con el ejemplo; nos mostró como actuar, como atender a un pueblo que arrastraba 40 años de tormento social; y que trataba de recuperar la dignidad y la identidad nacional.
Luego de su salto a la eternidad vinieron días terribles, pandemia, conspiraciones, guarimbas, atentados contra la paz de la república y las indignantes medidas coercitivas unilaterales, que sumadas al concierto de los empresarios y la derecha vendepatria con su guerra económica; pretendieron crear un ambiente de conmoción social propicio para una intervención militar extranjera.
Este pueblo ha resistido desde siempre estos escenarios y ha confiado en las capacidad de respuesta de la Revolución Bolivariana para atender la realidad social; sin embargo, pese al esfuerzo importante que se ha mantenido, aun arrastramos un importante pasivo social de la IV república y de nuestras imperfecciones. Hemos descubierto importantes tramas de corrupción y se han presentado ante la justicia. Pero ¿cómo se sanciona a aquel funcionario o funcionaria, que por las razones que sea, perdió la sensibilidad humana?
Aquell@s que asumieron, que el discurso del bloqueo era suficiente para su gestión institucional y de gobierno; como excusa todopoderosa y escudo para todo tipo de solicitud. Aquellos cuya voluntad aparece unicamente ante la presencia del capital público o privado; que dejaron de atender y de escuchar cuando se vaciaron las alforjas, que teniendo alguna responsabilidad, son incapaces de un acto de desprendimiento de lo propio, que prefieren vivir en la oscuridad, antes que aportar un bombillo a la comunidad donde viven, o por lo menos participar en la solución.
Sí bien es cierto el rentismo petrolero no ha sido superado, el individualismo tampoco y hace más daño en la percepción social de lo que estamos haciendo. El presidente Maduro viene orientando hace tiempo la necesidad de hacer más con menos, pero aún muchos hacen oídos sordos. Sabemos que no es fácil atender a todos y solucionar todo en la coyuntura actual, pero debemos convertirnos como partido en un gran musculo orientador y redoblar el esfuerzo, hacer la diligencia y acompañar para recuperar la confianza de nuestro pueblo.
Hoy conocí a Juanita*, ella es docente, tiene 60 años y no tiene casa, vive donde la puedan alojar de tiempo en tiempo, desde el 2015 ha gastado su fuerza física, energía y salud solicitando una casa por todas las vías. No tiene familia en el estado. Llegó a mi recientemente en la calle, solicitando que por favor la atendiera, alegando que NADIE en el partido la pudo atender, y otras cosas que por modestia me niego a transcribir.
Ella carga un expediente completo con copias de su solicitud de vivienda, al ministerio, al ministro en persona, gobierno regional anterior y actual, gobierno municipal anterior y actual, informe médico, social, declaración jurada de no poseer vivienda, postulación del Consejo comunal, exposición de motivos, solvencias, estado de cuenta de FAOV; un sinfín de papeles y documentos que cierto Director ministerial le pidió mantener actualizados, una resma ya con las grapas oxidadas por la intemperie y alguna lluvia inoportuna.
Le han dicho que no hay, que no se puede, qué todavía no, que hay 13 mil lozas pendientes y lo más vil aún: que «como no tiene hijos», no es prioridad, pregunto yo: ¿ya no ha parido suficiente? ¿Algún funcionario de gobierno puede negarle el derecho legítimo que tiene una adulta mayor a tener su vivienda?, ¿aún sabiendo que tiene toda su vida pagandole al estado por la misma? Es una falta de consideración y humanidad.
¿Qué hubiera hecho Chávez con una gotica de poder? A esa señora no le ha faltado la solidaridad de la gente, pero en su viacrucis ha conseguido funcionarios indignos de llamarse chavistas. Ella doblada por el peso de su carpeta y sus ojos diáfanos, con esa profunda huella que sólo deja el tiempo en las personas que la han pasado realmente mal, me recordó ¿por qué hago política? Y por qué el capital fundamental del revolucionario debe ser la sensibilidad humana, el don de atender, orientar, solucionar y empatizar.
Sí bien la sensibilidad social no se fabrica, puede educarse, el partido debe formar a sus cuadros en esta importante área de la atención; Chávez dejó miles de ejemplos, siempre fue coherente y no tuvo reparos en llamar la atención a ministros y a quien fuera en el escenario qué fuera. ¿Quien dijo que debíamos ser distintos?
Mi esperanza plena está en la vanguardia, en las bases, en los que no han tenido la oportunidad del poder, para poder hacer; en aquellos que atesoran la sensibilidad humana y la alimentan a diario en el territorio, en los que luchan toda la vida, en los imprescindibles. Debemos derrotar la sordera política y reconectar con las necesidades del pueblo, recrudecidas por la agresión imperialista, el partido debe sostener lo nuevo y eso solo es posible EDUCANDO A LA VANGUARDIA.
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