«Nuestro campeón fue liberado y ya nadie lo detiene». Así de rotundo se mostró Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, una vez que se confirmó que Oleksandr Usyk, el supercampeón de los pesos pesados, había sido puesto en libertad tras su detención en el aeropuerto de Cracovia.

«Me decepcionó esta actitud hacia nuestro ciudadano y campeón. He dado instrucciones al Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, y al Ministro del Interior de Ucrania, Igor Klymenko, para que investiguen inmediatamente todos los detalles del incidente en el aeropuerto de Cracovia», apuntó Zelenski en sus redes sociales.

La esposa de Usyk publicó en su redes sociales un vídeo en el que se veía a agentes de policía polacos paseando con el boxeador esposado. De momento, no ha trascendido el motivo oficial de esta detención.

El portal Onet, que hace referencia a la versión dada por el promotor polaco Andrzej Wasilewski, señala que Usyk cuestionó la actuación de los servicios de seguridad polacos, que no quisieron dejar subir a su amigo al avión. Otras versiones hablan de que se le negó el embarque, junto con su esposa Kateryna, y su entrenador, Sergei Lapin, porque no se encontraba en condiciones para viajar.

«Todo Se resolvió rápidamente. Gracias a todos los que se preocuparon. Gracias a los diplomáticos ucranianos por el apoyo. Y respeto a la policía polaca por cumplir con sus obligaciones sin tener en cuenta la altura, el peso, el alcance ni las insignias”, escribió Usyk, una vez liberado.

El ucraniano, que tiene casa en Marbella, buscó un lugar que le garantizara privacidad para entrenarse ya para su anterior duelo con Fury. Lo encontró en Gandía (Valencia). Allí montó su propio gimnasio en el que acudieron sparrings que fue reclutando a través de su aplicación Ready to Fight.