Sus contemporáneos, y más si gana el Mundial, sitúan a Leo en el ‘olimpo’, pero un debate serio amplía la baraja a otros cracks históricos
El debate es complicado, desigual -cada época tiene sus particularidades incomparables- y algo falso, pero vamos a intentar arrojar algo de luz. Es falso porque, al menos en España, poca gente ha visto -existen pocas imágenes completas de la época de Pelé o Di Stéfano- a estos jugadores en su dimensión verdadera, en directo y con, por tanto, elementos de juicio creíbles.
Juzgar desde lo que hemos visto desde los 80 no es serio. Pepo es cierto que, si Leo gana el Mundial el domingo, los argumentos para que Leo sea considerado el mejor de la historia crecen de modo exponencial, para algunos.
Messi y Maradona
Con un subcampeonato en 2014 y el Mundial de Qatar, si lo conquista, Messi se pone a la altura mundialista de Diego Maradona, al que supera, en cantidad, en número de títulos de clubes, si bien los entorchados maradonianos con el Nápoles tienen un especial y evidente mérito.
Pelé es el Rey
Empatado ese debate en términos cuantitativos, y si juzgamos sólo la historia mundialista, el Rey es Pelé, con tres títulos con Brasil (58, 62 y 70) y un fútbol que cautivó a esa generación. Referentes como César Menotti -campeón mundial en el 78 y procér del fútbol- o el uruguayo Toto Da Silveira -segundo periodista en la historia con más Mundiales (15)- tienen clara su elección: Pelé. Eso sí, si gana Leo en este Mundial tan excepcional para el argentino, habría que repreguntarles a ambos profesores.
El debate, por tanto, está servido y engloba a, al menos, otros tres futbolistas, descontando a cracks tipo Garrincha, Zidane u otros que podrían meterse en esta mesa tranquilamente.
Los otros tres son Johan Cruyff -subcampeón mundialista con Holanda en el 74-; Alfredo Di Stéfano -pentacampeón de Europa con el Real Madrid pero apenas vencedor de una Copa América (1947) con Argentina y nada con España-; y, por supuesto, Cristiano Ronaldo, al que, por su poder goleador y por respeto contemporáneo, no se le puede excluir de esta ecuación, aunque su ausencia de brillo mundial (no europeo) con Portugal le penaliza en este debate tan complicado que les ofrecemos.
Los ‘modernos’ o contemporáneos de esta generación dirán que Leo tiene siete Balones de Oro y seis Botas de Oro, pero esta vara de medir es relativamente nueva, en términos mediáticos, e injusta con la época primitiva, pues el Balón se creó en 1956 y antes de 1995 (el africano Weah, del Milan), los no europeos no entraban en concurso del preciado Balón.
El Pepazo/Marca