La contracrónica del Argentina-Francia (vista desde la óptica francesa)
Francia cayó de pie en la final de todos los tiempos. Se levantó hasta dos veces y solo los penaltis le apartaron de la gesta. Deschamps, superado por Scaloni, se estrellaba con el once que le había llevado hasta la final, pero llegaron los olvidados, los del banquillo, para meter al país en la final. Y con el penalti que suponía el 2-1 despertó la bestia, Kylian Mbappé, hasta hacer tres goles, nada más y nada menos, y cerrar su cuenta en 8 en una Copa del Mundo. La reacción de Francia, sin embargo, no debe tapar una realidad, que este equipo de Deschamps no fue superior en la mayor parte de los partidos: ni contra Inglaterra, ni ante Marruecos ni sobre todo frente a Argentina, que le pasó literalmente por encima hasta el minuto 80. Le salvó su pegada, pero eso no siempre basta.
¿Alguien puede explicar lo que hizo Mbappé?
No traten de entenderlo. El partido de Mbappé estaba confirmando su cuesta abajo en el Mundial. Tras marcar cinco goles entre la fase de grupos y los octavos, el delantero del PSG se fue apagando hasta mostrarse en casi todo los cruces ausente. Pero apareció como lo hacen los cracks, cuando nadie ya lo espera. Anotó el penalti y empató con un golazo. Para colmo, marcó de nuevo de penalti. Y tampoco falló el de la tanda. Y con 23 años. Estamos ante el fenómeno del fútbol Mundial. No sabemos de lo que será capaz cuando se tome todo un partido como si fuera el último. Sin ataduras, en el cuerpo a cuerpo entre las dos selecciones, dio toda una exhibición.
Esta selección de Francia necesita un nuevo impulso
Esta selección de Francia va sobrada de jugadores. Ayer se vio que los suplentes lavaron la cara al once titular. Lo que se vio en todo el partido obliga a replantearse si esta selección necesita un nuevo impulso. Deschamps ya es una leyenda y se ha ganado la renovación por contrato al alcanzar la semifinal, pero la sombra de Zidane va a ser alargada hasta que no se confirme si el seleccionador renueva o se va. Les Bleus, cierto que ha tenido muchas bajas, han vivido de la efectividad y de un monstruo como Mbappé, pero por juego no se han ganado a nadie. No da la sensación desde fuera de que ese grupo sea una piña comparado con Argentina.
Wenger y la adaptación de la inmigración
Wenger hizo un análisis muy acertado ayer sobre el secreto de Francia, que lleva cuatro finales desde 1998. El que fuera entrenador del Arsenal y un caza talentos destacó los centros de formación de su país, pero respaldados por una integración de la inmigración perfecta. La realidad es que si Les Bleus llegaron hasta los penaltis fue por la energía, el músculo y el fútbol que imprimieron muchos de sus jugadores con descendencia africana. Deschamps, con la marcha de Griezmann y Rabiot, acabó con los once jugadores con alguna raíz de otro continente y ellos llevaron a Francia a los penaltis. Solo quedaba Lloris en la portería. Argentina sufrió y mucho para igualar la batalla física frente a futbolistas que salían de refresco y cuya velocidad y fuerza les desbordó por ocasiones hasta casi perder la final en el tiempo reglamentario.
Camavinga es el mejor revulsivo
Camavinga tiene ángel. Deschamps debería hacérselo mirar. Solo le ha sacado un partido ante Túnez de lateral izquierdo y ayer en la final de un Mundial le salvó la cabeza. Entró en la segunda parte y su equipo igualó un partido que tenía perdido. Y eso ya no puede ser casualidad porque también lo ha hecho ya en más de una ocasión con el Real Madrid. Ancelotti lo vio bien y le usa mucho como revulsivo. Camavinga ya ha aprendido que en esto del fútbol nunca sabes cuando llega tu momento. Se veía ya de vuelta a París sin dejar casi nada y le vino lo mejor del mundo auque la noche acabara amarga.
Giroud y Dembelé se ganaron el cambio a pulso
De una selección sin alma y sin dirección a rozar la proeza
Las bajas, que son muchas, y el virus que ha afectado a los jugadores tienen que ver en la imagen que dio Francia ayer durante casi toda la final, pero eso es solo una pequeña parte y no puede ser una excusa. La realidad es que a Deschamps se le había caído el equipo y su plan inicial fue un fracaso. Ya estuvo a merced de Polonia en la primera parte, Inglaterra propuso mucho más, Marruecos le ganó la posesión y también en juego y en ocasiones y Argentina le bailó casi todo el partido. Deschamps, que apenas ha cambiado en todo el Mundial, le entraron las prisas anoche y empezó a sacar a todo el banquillo, olvidado por el seleccionador y que por cierto se reivindicó. No solo Camavinga, también Kolo Muani, que metió al equipo en el partido con el penalti, Thuram o Coman.
El Pepazo/Marca