El chocolate es un alimento hipercalórico, con un alto contenido en grasa y azúcares, con lo que parece que su consumo debería ser muy limitado si se quiere mantener o reducir el peso corporal. Sin embargo, un nuevo estudio ha encontrado un efecto en principio inesperado asociado a la ingesta de chocolate. Harvard lo ha encontrado
El chocolate es uno de los alimentos que más pasiones despierta, que entusiasma a los niños y sigue siendo irresistible para casi todo el mundo y a cualquier edad. Sin embargo, uno de los temores que se suscita sobre su consumo es que pueda estar contraindicado cuando de mantener o reducir peso se trata debido a que es un alimento hipercalórico.
Valor energético
El valor energético del chocolate es elevado por su alto contenido graso (31 g/100 g, aproximadamente) junto con la presencia de azúcares (56 g/100 g). De hecho, 100 gramos de chocolate aportan unas 500 calorías.
Un nuevo estudio que tenía como objetivo comprobar los efectos del chocolate sobre el metabolismo ha arrojado conclusiones sorprendentes. La investigación fue llevada a cabo en un grupo de mujeres en etapa postmenopáusica. El estudio, dirigido por la catedrática de la Universidad de Murcia (UMU) Marta Garaulet, doctora en Farmacia y catedrática de Fisiología y Bases Fisiológicas de la Nutrición en la Universidad de Murcia, y el doctor Frank A.J.L. Scheer, del Brigham and Women’s Hospital y profesor en la Universidad de Harvard, y que forma parte de la tesis doctoral de la doctoranda de la UMU Teresa Hernández-González, ha sido publicado en la revista de la Federation of American Societies for Experimental Biology (FASEB).
Y es que si los efectos positivos del cacao, ingrediente principal del chocolate, son ya conocidos por contener compuestos vegetales bioactivos, entre ellos los flavonoles, este nuevo estudio ha encontrado que el consumo de chocolate no se asoció a un incremento de peso en la población estudiada.
Estudio en mujeres en etapa postmenopáusica
Las conclusiones se han obtenido después de un estudio cruzado y aleatorio entre mujeres en etapa postmenopáusica que durante un periodo de 14 días tomaron chocolate con leche durante la primera hora tras levantarse (mañana), durante otros 14 días lo tomaron durante la hora antes de dormir (noche) y también mantuvieron un tercer periodo de 14 días en el que no tomaron chocolate, de forma aleatoria, y con una semana de descanso entre cada condición experimental, según explica Marta Garaulet.
Durante el estudio, todas las participantes consumieron 100 gramos de chocolate con leche en la hora indicada, lo que supone 542 kilocalorías extras sobre su dieta habitual. Se eligió este tipo de chocolate porque es el más consumido y ser menos amargo que el chocolate negro, según explica la experta. El chocolate negro tiene en general propiedades más saludables por contener en general más proporción de cacao y menos de azúcar.
El chocolate con leche contiene también cafeína, teobromina, polifenoles y taninos, que son principios activos con efectos antioxidantes beneficiosos propios del chocolate negro, pero que también se encuentran en esta otra variedad de chocolate.
Una de las primeras conclusiones es que no se produjo ninguna diferencia en el peso o la composición corporal, independientemente de en qué periodo del estudio estuvieran las mujeres. Y ello teniendo en cuenta que las mujeres en etapa posmenopáusica tienen un factor de riesgo para la obesidad y tendencia a acumular grasa en el abdomen y que la cantidad de chocolate que ingirieron las participantes en el estudio suponía unas 540 kilocalorías, «que es una cifra relevante», señala Garaulet. Pese a esto y sorprendentemente esa ingesta de chocolate diaria durante 14 días no les hizo engordar.
Menos hambre y deseo de dulce
Lo que sucede es que, tanto si el consumo de chocolate es por la mañana como si es por la noche, disminuye el hambre y el deseo por el dulce durante el día, explica Garaulet. Esto supone que la ingesta de alimentos se reduce en 300 kilocalorías si el chocolate se consume por la mañana y en 150 kilocalorías si se toma de noche.
Estas cifras en ningún caso compensan las 542 kilocalorías ingeridas con el chocolate, por lo que el efecto de no engordar seguramente se debía a otros factores, indica Garaulet.
Entre los factores observados y que podrían explicar el hecho de que no se produjera un aumento de peso se incluyen un aumento de la actividad física espontánea, un efecto termogénico, es decir, de disipación de calor tras la comida, de modo que con la misma ingesta se acumula menos energía, y también aumento en la oxidación de carbohidratos.
Este estudio, según esta experta, va en la línea de lo que han visto algunos metaanálisis realizados con chocolate negro y que concluyen, aunque aún es un tema controvertido, que este alimento no se asocia a un incremento de peso, como cabría esperar a partir de las calorías que aporta, ni tiene el efecto sobre los lípidos y sobre la glucemia que en principio sería esperable.
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