El mejor jugador de baloncesto de la historia no es invencible en sus sueños, en los que a veces afloran sus mayores miedos. Uno de ellos lo sufre despierto, la acuafobia
La figura de Michael Jordan (Nueva York, 1963), el mejor jugador de baloncesto de la historia, trasciende al mundo del deporte. Desde el inicio de su carrera le acompañó un aura de estrella que él se encargó de llevar a otra dimensión con su fantástico juego, su fantasía y sus innumerables éxitos deportivos: campeón de la NCAA, 6 anillos de campeón de la NBA, 5 veces MVP de la temporada, 6 veces MVP de las Finales, 14 veces All Star, 10 años incluido en el mejor quinteto, entre otros.
Hasta ahí un currículo que le sitúa como uno de los mejores deportistas de la historia, pero a diferencia de otras leyendas tan exitosas como él, su magia no se fue evaporando con el paso de los años tras su retirada. Más bien lo contrario. Fuera de la cancha siempre siguió cultivando ese aura de mito viviente que aún le acompaña a sus 60 años. Cuando jugaba pocas veces se dejaba ver en público fuera de la cancha, y en su vida privada sigue siendo así. Eso explica el halo de misterio que siempre le ha rodeado, el de un personaje por encima de lo divino y lo humano. Casi un ser de otro planeta.
Una fortuna de 1.900 millones de dólares
Jordan trasladó su éxito deportivo al ámbito empresarial, creando una multinacional en torno a su figura con marcas tan emblemáticas como Nike, Gatorade, Hanes, Upper Deck, 2K Sports, Presbyterian Healthcare o Five Star Fragancias. Incluso llegó a ser accionista mayoritario de los Charlotte Hornets, uno de sus pocos fracasos. Su fortuna según la revista Forbes ronda los 1.900 millones de dólares, lo que le sitúa entre las 1.500 personas más ricas del mundo.
Todo lo que toca lo convierte en oro, pero tras esa montaña de millones y aunque a muchos les cueste creerlo se esconde un ser humano de carne y hueso, con sus achaques y sus miedos. La leyenda de los Chicago Bulls, que se pasó su carrera infundiendo pánico a los equipos rivales, también siente inquietud y hasta pavor en algunos momentos de su intimidad. Es el precio de mantener esa imagen de mito que lleva cultivando durante años y que, no pocas veces, le quita el sueño.
A veces me despierto en medio de la noche por malos sueños. Siempre es algo que he hecho: He robado un banco. O he consumido cocaína. He sucumbido a las presiones de las drogas. O sentí la presión de beber
Michael Jordan (Exjugador de la NBA)
Jordan se sabe el ídolo de millones de personas por todo el planeta y le preocupa poder dañar esa imagen y defraudar a la legión de seguidores que le idolatran. Él mismo confesó ese temor en una entrevista en profundidad con GQ: «A veces me despierto en medio de la noche por malos sueños. Siempre es algo que he hecho. He robado un banco. O he consumido cocaína, o he sucumbido a las presiones de las drogas. O sentí la presión de beber. Todo esto son pesadillas», reveló.
Son pesadillas en las que me sucede algo terrible que destruiría un montón de sueños de muchas personas o la concepción que tienen de mí; esa es la pesadilla más grande que vivo todos los días
La leyenda profundizó aún más en por qué sentía tal pavor ante algo que sólo eran situaciones negativas que pululaban por su pensamiento, sólo eso. «Son pesadillas en las que me sucede algo terrible que destruiría un montón de sueños de muchas personas o la concepción que tienen de mí; esa es la pesadilla más grande que vivo todos los días. ¿Qué pasa si cometo un error? ¿Cómo podría verse eso? Todo el mundo cree que es fácil ser Michael Jordan con todas las cosas buenas que me suceden, pero las cosas que más me asustan son las cosas malas, las cosas que derribarían a Michael, la imagen de Jordan. Ese es el mayor temor al que me enfrento», declaró.
Todo el mundo cree que es fácil ser Michael Jordan con todas las cosas buenas que me suceden, pero las cosas que más me asustan son las cosas malas, las cosas que derribarían a Michael, la imagen de Jordan. Ese es el mayor temor al que me enfrento
Todo eso sucede en su imaginación, pero el mayor de sus temores lo vivía despierto y era y sigue siendo real como la vida misma. Lo sacó a relucir por primera vez su biógrafo, Sam Smith, periodista y autor del libro ‘The Jordan Rules’. «¿Le pregunté una vez si había algo que incluso Jordan temiera? Él se quedó pensando un momento y me confesó su miedo a nadar debido a una trágica razón», reveló el escritor, que no mencionó el grave trauma que sufrió ‘Air’ con el agua. Y por partida triple.
El origen de su acuafobia
El propio Jordan se encargó de desvelarlo pocos años después, en 1992, en la revista Playboy. El hecho que marcó su fobia hacia el agua ocurrió cuando era un niño: «Un día fui a nadar con un muy buen amigo y nos divertíamos atrapando olas. En un momento, la corriente era tan fuerte que se lo tragó y él me agarró para no hundirse. Se llama ‘bloqueo de la muerte’, es cuando alguien puede morir y se aferra a lo que tiene al lado. Prácticamente tuve que romperle la mano porque me arrastraba y me iba a llevar con él. No pude salvarle y murió», confesó.
Un día fui a nadar con un muy buen amigo y nos divertíamos atrapando olas. En un momento, la corriente era tan fuerte que se lo tragó y él me agarró para no hundirse… no pude salvarle y murió
«Tenía siete u ocho años. Ahora ni siquiera me acerco al agua. No nado, no me llevo bien con el agua. No me subo al barco si no tengo un chaleco salvavidas y no voy en botes pequeños. Me importa un bledo lo que piense la gente de esto. Todos tienen fobia a algo, y la mía es el agua. Ya no me meto en el agua, intento mantenerme alejado», reconoció el mítico alero de los Bulls.
No fue un suceso aislado ya que cuando tenía 11 años, durante un campamento de béisbol para niños, se llevó otro gran susto durante una actividad en una piscina. Entró en pánico y tuvo que ser rescatado por el socorrista.
Una exnovia suya murió en una piscina
Y aún sufrió un tercer incidente traumático con el agua. Fue en su época de universidad, cuando durante un receso de vacaciones, cuando todos se habían ido a casa, la que por entonces era su novia, también murió ahogada en el agua tras caer un rayo en la piscina. Esa fue la desgracia que terminó de forjar su odio al agua. Hasta tal punto que llegó a reconocer que alguna vez había sentído miedo al meterse en la bañera en su propia casa.
Ahora ni siquiera me acerco al agua. No nado, no me llevo bien con el agua. No me subo al barco si no tengo un chaleco salvavidas y no voy en botes pequeños. Todos tienen fobia a algo, y la mía es el agua. Ya no me meto en el agua, intento mantenerme alejado
Un superyate para superar su miedo
El último superyate que se compró recientemente se llama ‘Joy’, y se estima que su valor ronda los 80 millones de dólares. tiene 230 pies de largo y 9.78 pies de largo. ‘Joy’, la ‘alegría’ de Jordan, se volvió viral en las redes sociales tras una fiesta navideña de los Charlotte Hornets, cuando algunos invitados compartieron fotos del yate en las redes sociales. Seguro que llevaban chalecos salvavidas para todos, por si acaso, pero ‘Air’ parece haber superado ese miedo.
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El Pepazo/Marca