Ing. Golfredo Dávila
El contrapeso principal para ponerle frenos al uso perverso del lenguaje y la comunicación por parte del poder, es la propia sociedad. En razón de ello, presentamos las siguientes reflexiones y sugerencias a los ciudadanos, a las organizaciones sociales y al liderazgo político, para su consideración.
Para Vicente Romano, el antídoto contra la intoxicación lingüística es el desarrollo de un pensamiento crítico e independiente. Académicos de la UCAB y cómo contrarrestar el neolenguaje: cuidar el lenguaje es celar la comunicación. Las palabras como vehículos del pensamiento requieren una sobria precisión, por tanto no pueden ser toscas, burdas, ni groseras. Antonio Pasquali, decía que había que volver a la esencia de la convivencia y la sociabilidad humana. Si reducimos la comunicación al medio tecnológico, las mayorías quedan incomunicadas.
Kohn W. en Cuadernos de Filosofía Política, Ética y Pensamiento Filosófico Latinoamericano (2001), cita a Hannah Arendt: el poder comunicativo debe configurarse, como una práctica emancipadora sustentada en la solidaridad, el respeto mutuo, el ejercicio de la crítica, así como en la valoración de la racionalidad comunicativa del discurso propio y del ajeno y como el medio facilitador para la incorporación activa de los ciudadanos a la vida pública, eso conlleva a democratizar las relaciones humanas. Y cita a Gadamer, quien fundamenta la acción comunicativa en: “mantenerse abierto hacia el otro, hacia puntos de vista distintos y más generales, (…) en la posibilidad de trascender la inmediatez del presente y adentrarnos en la comprensión de nuestra propia historicidad…”
Del mismo libro, Daniela Gallegos Salazar, Hacia una política deliberativa, la propuesta de la ética comunicativa. “toda decisión normativa debería acordarse partiendo del respeto de la dignidad humana, al derecho que tienen todos de ser considerados como seres libres e iguales.” Agrega, “La propuesta teórica de la ética comunicativa aboga por un procedimiento alternativo para la búsqueda del consenso, para el acceso a la universalidad…” allí encontramos el criterio ético que legitima los procedimientos públicos para construir las normas que rigen la convivencia.
El 30/08/2019, publicamos un artículo referido al libro Los cuatro acuerdos, del escritor mexicano Miguel Ruíz, lo retomamos por estar vinculado, en algún sentido, al tema tratado; 1ero. Sé impecable con tus palabras. Cuando fallamos en algo decimos palabras duras en nuestra contra, nos auto flagelamos y sin darnos cuenta sufrimos. Las palabras deben ser utilizadas apropiadamente, para compartir el amor. Cuando insulto, ocasiono repulsión del otro, por tanto cuando envío veneno con mis palabras se revierten en mi contra. 2do. No te tomes nada personal. Si el otro te insulta, es recomendable asumir que no tiene nada que ver contigo. 3ero. No hagas suposiciones. Hacer suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan, o peor, asumir que lo que suponemos es cierto, nos genera problemas. Y 4to. Haz siempre lo máximo que puedas. Si te gusta lo que haces y haces lo máximo que puedes sin esperar recompensa, entonces disfrutas cada cosa que realizas.
El ejercicio de lo público debe ser transparente, abierto y participativo. Nelson Chitty la Roche en, Breves sobre el discurso para el cambio, (12/08/2022) “debe construirse una comunicación real y veraz entre la palabra y la acción” el discurso debe ser integral e íntegro, pulcro, moral y ético, además de abordar lo económico, lo social y lo institucional.
Algunas ideas adicionales para el vivir democrático en medio de una dictadura: 1. Promover una comunicación asertiva, afectiva y eficaz, es decir, abierta, honesta y directa; que valora, escucha y respeta al otro (empatía); que resuelve problemas; que logra armonizar la razón y la emoción y lo educativo con lo motivacional; que busca expresar lo que queremos decir, sin herir los sentimientos del otro; que induce a la confianza, la credibilidad y execra la arrogancia; 2. El hombre debe controlar a los medios y no al revés. 3. Colocar siempre la verdad por delante, ello coloca frenos a la manipulación y a las Face New usadas por los aparatos de inteligencia para confundir y dividir; 4. Desestimar la diatriba estéril, el insulto y los mensajes dirigidos a siquitrillar al otro. El poder se regocija cuando usamos las redes sociales para la intriga; 5. Nos conectamos con la gente cuando hay autenticidad, firmeza y convicción en el discurso; y 6. Auspiciar el debate franco, profundo, respetuoso y construir redes conversacionales para acordar proyectos comunes de convivencia.
Esperamos que los luchadores sociales y políticos tomen en cuenta estas ideas. Construir la nueva Venezuela requiere de unión, reconciliación, trabajo y producción; darle una orientación ética a la comunicación y a la política y sobre todo, exige de sus ciudadanos un esfuerzo cultural y educativo dirigido a recuperar el alma de la Nación.
El Pepazo