Magomed Ankalaev (19-1-1) vivió un 2023 de película. Fue, durante unos instantes, un peleador de moda. Tras caer ante Paul Craig en su debut en la UFC encadenó nueve triunfos. Era un legítimo aspirante al semipesado y la compañía le premió con pelear por el cinturón. De ahí a tener que reinventarse en pocos meses. Un extraño tipo al que le ocurren extraños sucesos.

Porque batalló con Jan Blachowicz por ser rey del semi-completo y tras una extraña batalla empataron. Empezó sufriendo por las patadas a las piernas del polaco y consiguió levantar su combate. Dieron empate y el ruso vivió un gran enfado. Prometió que se retiraría. No ocurrió. Y regresó en el UFC 294 de Abu Dhabi, donde lo raro no se terminó.

Se citó con Johnny Walker (16-8) y tras muy poco de combate lanzó un rodillazo ilegal al brasileño. El médico revisó al de Río de Janeiro y tras preguntarle qué donde estaban, Walker dejó una frase cómica. «En el desierto», dijo. El médico decidió parar la batalla por miedo y Ankalaev encadenó otro combate sin saber el ganador. Debería haber sido descalificado, con lo que se libró de una caída aún mayor.

Pereira no necesitará luchar

Magomed Ankalaev

Algo extraño siendo de Daguestán, hogar de luchadores en el suelo. Ankalaev prefiere de pie y en el segundo asalto conectó un golpe tremendo de derecha que envió a la lona a Walker. De ahí no se levantaría y el ruso, un aspirante que vivió un año dramático, había resurgido. 12 combates sin perder y un mensaje al campeón Alex Pereira. «No necesitará pelear en el suelo. Voy a ir a por él y plantarme ahí», dijo. Ha vuelto.