¿Qué dicen los últimos estudios?. Los beneficios del deporte son superiores a sus riesgos. Los problemas pueden surgir cuando se practican de forma intensiva y sin protección. Nuevos estudios arrojan luz sobre la relación entre fútbol de élite y demencia.
María Sánchez-Monge
Los boxeadores y los jugadores de fútbol americano tienen un riesgo superior de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Así lo demuestran numerosos estudios científicos. En los últimos tiempos también han emergido evidencias sobre la relación entre el fútbol europeo (soccer para los estadounidenses) y una mayor probabilidad de sufrir demencia y Parkinson.
Conviene aclarar que el fútbol americano y el boxeo conllevan un mayor peligro porque son disciplinas deportivas más agresivas, pero en todos los casos la causa es la misma: el daño cerebral ocasionado por los golpes repetidos en la cabeza.
Riesgo de Parkinson y demencia con cuerpos de Lewy
Un equipo del Hospital Clínic de Barcelona acaba de publicar un estudio en la revista Journal of Neurology que revela que jugar al fútbol de forma profesional es un factor que predispone a la aparición de un trastorno del sueño que, a largo plazo, desemboca casi siempre en la enfermedad de Parkinson o un tipo de demencia.
El coordinador de dicha investigación, Álex Iranzo, neurólogo del hospital Clínic Barcelona y jefe del grupo de neurofisiología clínica del Idibaps, ha explicado a CuídatePlus el germen de estos resultados: la constatación por parte de su grupo de que el denominado trastorno de conducta durante el sueño REM constituye la primera manifestación de ciertas enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy.
“El trastorno de conducta de sueño REM habitualmente se da en personas de más de 50 años y es más frecuente en hombres que en mujeres”, señala. “Son individuos que vienen a la consulta y explican que por la noche sueñan y tienen pesadillas en las que les atacan, les persiguen o les roban y se tienen que defender”. Hasta ahí, todo normal, ¿quién no ha tenido más pesadillas? Lo que se sale de lo habitual es que estas personas se mueven, gritan, dan puñetazos o se caen de la cama durante esas pesadillas, ya que ejecutan los movimientos que corresponden a sus acciones durante el sueño. En condiciones normales, indica Iranzo, “cuando soñamos, el cerebro dice a los músculos que no se muevan; si alguien sueña que juega al fútbol, no da una patada, y si sueña que está hablando con alguien, no habla”.
Esta enfermedad indica que hay una parte del cerebro que está funcionando mal. “Lo que nosotros hemos visto -y lo hemos publicado durante 15 años en más de 30 artículos- es que esto no es simplemente un trastorno del sueño, sino que en la gran mayoría de los casos suele ser el principio de una enfermedad neurodegenerativa”. De hecho, han descubierto que el 25% de los pacientes con un trastorno de sueño REM desarrollan la enfermedad de Parkinson o demencia con cuerpos de Lewy al cabo de 5 años. A los 10 años, la cifra asciende al 75%, y a los 14 años, al 92%.
Todo apunta a que, en realidad, estas dos patologías neurodegenerativas son diferentes manifestaciones o formas de la misma enfermedad. Las principales diferencias radican en que “el Parkinson se asocia más a rigidez, lentitud y temblor y en la demencia con cuerpos de Lewy predomina el deterioro cognitivo”, resalta Iranzo.
Trastornos del sueño en jugadores de primera división
El neurólogo del Clínic empezó a atender en su consulta a dos pacientes mayores de 65 años con trastorno del sueño REM que habían sido futbolistas profesionales y habían jugado en primera división y en la Selección Española de Fútbol.
Iranzo comentó los casos de estos dos pacientes con un compañero que, a su vez, estaba atendiendo a otro ex futbolista con trastorno del sueño REM. Decidieron ampliar la búsqueda y constataron que, de las 228 personas con esa enfermedad a las que estaban siguiendo, 6 habían sido jugadores profesionales, con una carrera de 13 años de media.
En todos los casos, entre el momento de la retirada del fútbol y el diagnóstico del trastorno del sueño REM habían pasado cerca de 40 años. El grupo de estudio se comparó con un grupo control de 228 hombres de la misma edad, en el que resultó que ninguno había sido futbolista profesional.
También se comparó con la población general, en la que el porcentaje de hombres que han sido futbolistas es del 0.062%. Por lo tanto, había un porcentaje mayor de futbolistas profesionales en el grupo con trastorno del sueño REM que en el grupo control y la población general. Las cifras de afectados en cada uno de los tres grupos fueron Las siguientes: 2,63%, 0% y 0.062%, respectivamente. “El porcentaje de futbolistas profesionales con trastorno del sueño REM es estadísticamente significativo cuando se compara con los controles y la población general; es prácticamente un 3%”, subraya Iranzo.
Estudio sueco sobre Alzheimer en futbolistas
Recientemente se ha publicado otra investigación que incluyó a más de 6.000 futbolistas de la primera división sueca (entre 1924 y 2019) que revela que tenían 1,5 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa en comparación con la población analizada que no se dedicaba al fútbol profesional. Los porteros no presentaban un riesgo superior al de la población general, lo que apoyaría la hipótesis de que los impactos leves y repetidos en la cabeza al golpear el balón serían los causantes. El estudio se ha publicado en Lancet Public Health.
En declaraciones a Science Media Centre, Marc Suárez, neurólogo e investigador del Grupo de Investigación en Fisiología de la Cognición y Prevención del Alzhéimer del IMIM-Hospital del Mar, señala que los resultados de este trabajo “nos deben hacer reflexionar sobre la necesidad de minimizar los cabezazos y los golpes repetidos con la cabeza en el deporte, aunque sean de poca intensidad”. Esto es especialmente importante “en la infancia y la adolescencia, donde el cerebro está en desarrollo”.
¿Se puede prevenir el riesgo de demencia?
Iranzo coincide en señalar la necesidad de prevenir los traumatismos de cabeza en el fútbol profesional, pero también en el amateur. Tanto los golpes entre jugadores, como contra el suelo o el poste, así como los remates de cabeza contribuyen a la muerte de neuronas, lo que hace que se depositen las sustancias características del Alzheimer o la demencia con cuerpos de Lewy, que son tóxicas para el cerebro. Por esta razón, cada vez son más los países en los que las federaciones infantiles de fútbol prohíben a los menores de 12 años dar a la pelota con la cabeza. “Es un primer paso”, apunta.
El neurólogo advierte sobre la importancia de evitar el sensacionalismo, ya que ni todas las personas que tienen trastorno del sueño de fase REM son futbolistas, ni todos los jugadores profesionales de fútbol van a desarrollar demencia.
Además, los beneficios de practicar deporte siempre van a ser superiores a los posibles riesgos. En términos generales, “los futbolistas viven más que otros profesionales y tienen mucha menos incidencia de cáncer -porque fuman menos- y de enfermedad cardiovascular”. La práctica de ejercicio también tiene indudables efectos positivos sobre la salud cerebral.
En busca de un tratamiento farmacológico
El estudio del Hospital Clínica abre la posibilidad de desarrollar, en el futuro, un tratamiento farmacológico para evitar que el trastorno del sueño siga su curso y acabe desembocando en una enfermedad neurodegenerativa.
En el momento del diagnóstico, todos los futbolistas retirados a los que evaluaron los investigadores tenían biomarcadores relacionados con los depósitos de la proteína alfa-sinucleína, que se acumula en los cerebros de los pacientes con Parkinson y demencia con cuerpos de Lewy. Cinco de ellos acabaron desarrollando estas patologías cuatro años después del diagnóstico del trastorno de sueño REM.
Se han probado fármacos para frenar la acumulación de alfa-sinucleína en pacientes con enfermedad de Parkinson, pero los resultados no han sido satisfactorio debido, probablemente, a que es demasiado tarde y la patología ya está muy extendida en el cerebro.
El grupo de Iranzo cree que la administración de esos medicamentos a pacientes con trastorno del sueño de fase REM, que es un estadio anterior de la enfermedad, podría frenar la neurodegeneración y evitar -o, al menos, ralentizar- tanto la demencia como el Parkinson. La idea es realizar, cuando cuenten con apoyo económico y de la industria farmacéutica, un ensayo clínico para probar esta hipótesis.
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El Pepazo/Marca/Cuídate