Leonardo Núñez Martínez
La frustración que sentían nuestros viejos y viejas se reflejaba en esta expresión con la cual imaginaban encontrarse al frente de una situación que no cambiaba, dada la ineptitud demostrada por quien debía hacerlo. Quien no solucionaba, se inhibía o actuaba con torpeza provocaba la reacción de un desafiante al decir que «en sus manos» eso no ocurriría.
«En manos mías» ese fundo no se quemaría, el jagüey no secaría ni el yucal se perdería, decían. «En manos mías» ese gallo llegaría a «marote», las vacas se «apoyarían» y los chivos se «devolverian», expresaban. Nos dejaron ese dicho que tiene la fuerza de un reto imaginario, nosotros lo heredamos, lo copiamos para seguirlo diciendo.
Quizás, de haber estado «en manos de otros», el Poder no hubiese servido para humillar, favorecer a los más ricos y excluir a la mayoría. A lo mejor, si castigar el delito estuviera «en manos» de autoridades y jueces con probidad no prevaleciera la impunidad. Si le parece, la Democracia Participativa fuese más real si estuviese «en manos» verdaderamente del pueblo.
Pensando en voz alta: «En manos mías», siendo presidente, denunciaría a todas las empresas israelitas que apoyan a sus Fuerzas de Defensa.
«En manos mías», siendo Jefe de Estado, convocaría a los presidentes y primeros ministros de la CELAC, UNASUR, ALBA-TCP, CARICOM, Grupo 77 +China, de la Unión Africana y a los Movimientos Sociales de América y el mundo para buscar su apoyo en la defensa de nuestro Esequibo.
«En manos mías», siendo un presidente obrero, no dejaría pasar el año 2023 sin Descongelar los Salarios y aplicaría todas las disposiciones constitucionales y legales que los protegen.
«En manos mías», hace tiempo se supiera de Tarek El Aissami y demás ladrones de PDVSA.
¡ORGULLOSAMENTE MONTUNO!
El Pepazo