«A nuestros familiares los secuestraron y están vivos», dice Jenfry García, familiar de cuatro zulianos que están desaparecidos desde el 17 de diciembre al embarcar en la isla de San Andrés hasta la isla de Los Maíz.. Sus familiares están desesperados y preocupados por la suerte que hayan podido correr.
Nosotros tenemos la convicción que nuestros familiares se encuentran vivos, pero que están secuestrados en algún lugar de Colombia o Nicaragua, por lo que le pedimos a las autoridades de esos dos países que desplieguen sus mayores esfuerzos por encontrarlos.
Quien así se expresa es Jenfry García, tío de Sofía Valentina García, de un año de edad, y quien es una de los 21 venezolanos desparecidos desde el 17 de diciembre del 2022, cuando abordaron una lancha desde la Isla de San Andrés, Colombia, hasta la Isla de Los Maíz en Nicaragua.
García, trabajador de Empresas Polar, y quien reside en el barrio La Polar, de la ciudad de Maracaibo, Venezuela, sustenta su esperanza en informaciones concretas que ha recibido de personas que contactaron de forma particular en Nicaragua y por los datos que le han dado los dos coyotes colombianos que fueron los encargados de llevar a su familia de Maracaibo hasta la isla San Andrés.
Entre las evidencias que le ha mandado un coyote colombiano, a quien sólo conocen con el nombre de Ángel, se encuentra la partida de nacimiento su sobrina Sofía Valentina García Padilla, algunas pertenencias como sus pañales, toallas, un termómetro, un bolso y una foto de una supuesta lancha.
A Jenfry le llama la atención que la partida de nacimiento se encuentra totalmente intacta, las otras pertenencias, así como unos billetes de dólares de baja denominación que, según ellos, fueron rescatados en alta mar, dando a entender que la embarcación zozobró.
Las evidencias fotográficas enviadas por Ángel tampoco concuerdan con las investigaciones realizadas por lancheros en Nicaragua, que no dan cuenta de ninguna información oficial de una embarcación siniestrada para esa fecha, ni de restos que ellos hayan podido constatar.
“Nosotros estuvimos en contacto con mi cuñada Elibeth Yohana Padilla Rincón, 32 años, desde que salió de Maracaibo. Ese 17 de diciembre, cuando estaba en la lancha a las 2.08 de la madrugada nos envío un mensaje de voz, donde dijo que le parecía que algo andaba mal y que le mandaron a apagar el teléfono, esa fue la última vez que supimos de ellos, y de eso hacen 24 días», relata Jenfry.
También cuenta Jenfry que a su hermano Franklin García, quien se encuentra en Estados Unidos al igual que Anthony Portillo, esposo de Nelsimer Carmelita Rojas García, 35 años, los han llamado pidiéndoles, primero 20 mil dólares de rescate y después 50 mil dólares, pero se les ha exigido fe de vida que no han dado.
Para Jenfry García, éstas son evidencias suficientes para que las autoridades, tanto de Colombia como Nicaragua, inicien una profunda investigación que nos pueda dar las respuestas de lo que ha sucedido con nuestros familiares.
Tenemos encima todas las tragedias del mundo
Jenfry García relata que la familia nunca estuvo de acuerdo en que su hermano Franklin García se fuera a Estados Unidos junto con Anthony Portillo.
“Ellos se fueron prácticamente escondidos, cruzaron la Selva del Darién y se instalaron en ese país. Su principal prioridad fue traerse a sus respectivas familias, por lo que una vez que reunieron el dinero se lo enviaron a sus esposas, dice García”
Elibeth-dice García-se encargó de todo y conoció a un coyete venezolano que estaba enlazado con los colombianos y le cobró un paquete de 8.500 dólares por las dos familias: Nelsimer Carmelita Rojas García, 35 años, Aarón Jesús Portillo Rojas, 10 años, Elibeth Yohana Padilla Rincón, 32, y Sofía Valentina García Padilla (1 año).
El periplo del viaje arrancó el 8 de diciembre por la frontera de Maicao hasta Cartagena. De ahí se trasladaron vía terrestre a Medellín, donde arribaron el día 10 a las 8:45 de la mañana. Luego abordaron un vuelo a isla de San Andrés a las 10:45 y arribaron 11:45. Los hospedaron en una casa hasta el 17 de noviembre, cuando abordaron la lancha hacia la isla de Los Maiz de Nicaragua.
«Desde el perturbador mensaje de Elibeth, que algo no andaba bien, se nos vinieron encima todas las tragedias del mundo a la familia. El sufrimiento es inenarrable. Sólo Dios nos mantiene de pie», dice con optimismo Jenfry García.
El Pepazo