Se trata de un Ferrari F430 Spider que el piloto alemán compró en 2005 con una placa que lleva su firma grabada. Se vende en Suiza, donde reside el ex piloto con su familia.
Los admiradores de Michael Schumacher siguen sin tener noticias de su estado, ahora que se han cumplido 10 años de su trágico accidente (fue el 29 de diciembre de 2013). Solo Jean Todt, el que fuera su Jefe en Ferrari, además de amigo, suele hacer alguna insinuación cada vez que visita al alemán y a su familia en Suiza, donde viven.
Las últimas declaraciones las realizó hace muy poco al diario L’Equipe, en las que reconocía que «Michael está aquí, así que no le echo de menos. Simplemente, ya no es el Michael que solía ser». Y añadía: «Es diferente y está maravillosamente guiado por su esposa e hijos, que lo protegen».
14 millones por un monoplaza
Todo lo relacionado con ‘el káiser’ se salpica en cierta forma de su leyenda. Y esto es algo que pasa con sus coches de Fórmula 1 (en 2022 se subastó un monoplaza de 2003 por 14 millones de euros), y con todo aquello que le ha pertenecido, sobre todo cascos, monos, guantes, botines…
Lo que ha aparecido ahora en el mercado es el Ferrari F430 Spider que la marca entregó al alemán (no se sabe si gratis o a ‘precio de amigo’) en 2005, el año en que a Michael le tocaría ceder la corona de campeón del mundo a Fernando Alonso.
Rojo, beige y negro
Se trata de un modelo con volante a la izquierda y con la popular combinación en Ferrari formada por el exterior en rojo y el interior en beige (a excepción del salpicadero, que es negro para evitar reflejos), complementado por una capota en negro.
El F430 había salido al mercado en 2004 como evolución del menos exitoso 360, al que sustituía, por lo que ponerlo en las manos de Michael resultaba una buena herramienta de marketing en un momento en el que instagram probablemente todavía no estaba ni en la mente de sus creadores.
311 km/h
Equipaba un V8 atmosférico de 4,3 litros que entregaba 490 CV, y asociado a un cambio automático de seis velocidades con enormes levas tras el volante era capaz de hacer que esta versión Spider pasara de 0 a 100 en 4,1 segundos y alcanzara 311 km/h.
Y, también como novedad, fue el primer Ferrari en llevar el ‘mannetino’, que permitía cambiar la respuesta del motor, del cambio, del control de estabilidad y del funcionamiento del diferencial mediante un selector en el volante que a Michael le recordaría a los que tenía su Fórmula 1.
Dos firmas, a falta de una
Pero Marca Coches ha podido saber que el coche en realidad nunca (o casi nunca) lo utilizó él, sino que se lo entregó como regalo a su padre. De hecho, está todavía registrado a nombre de Rolf Schumacher (así es como se llama su progenitor, y no Ralf).
Como suele suceder con estos coches, el deportivo no ha acumulado muchos kilómetros. En este caso solo 29.300. Y así ha aparecido en Suiza (no es casualidad que esté donde reside la familia), con el pedigrí de haber pertenecido a la familia ‘Schumi’ para elevar muchísimo su precio. Tanto, que en Gallery Aaldering (donde se encuentra a la venta) piden 299.500 euros por el coche, cuando un precio normal para este deportivo en este estado (impecable) y de ese mismo año suele ser algo menos de la mitad como mucho. Pero, claro, los otros no fueron un encargo personal de Michael Schumacher.
El Pepazo/Marca