Lo mágico-religioso se impone. Lo litúrgico se mezcla con lo pagano. La fe católica se vuelve consignas y los feligreses invocan a la madre de Jesús con el permiso del mismísimo Dios: “Por favor, que este año se cumpla lo que tanto te he pedido, virgencita”… o con variados y tediosos clichés.
Luis Carlucho Martín
Todos los 14 de enero se celebra un nuevo año de la Divina Pastora, virgencita sevillana-caraqueña-guara –divino mestizaje–, reina de esta manifestación mariana que por su abultada feligresía, nacional e internacional, es tercera en el ranking católico mundial. O sea, medalla de bronce tras las vencedoras, Fátima de Portugal y Guadalupe de México, con lo cual quedan fuera del medallero la patrona nacional, Coromoto y nuestra favorita, la popularísima margariteña Vallita.
Aunque cambien los protagonistas, las peticiones se reiteran. Lo mágico-religioso se impone. Lo litúrgico se mezcla con lo pagano. La fe católica se vuelve consignas y los feligreses invocan a la madre de Jesús con el permiso del mismísimo Dios: “Por favor, que este año se cumpla lo que tanto te he pedido, virgencita”… o con variados y tediosos clichés.
Unos pidieron continuidad. Otros, cambios. En todos los órdenes. Desde lo social, lo económico, lo comercial, lo individual, lo grupal y, por supuesto, lo político. De un lado y de otro. Porque, así como las religiones, la política es variopinta, y más aún cuando se tiñe de colores partidistas. Ahí el asunto se asemeja al arcoíris, que nada tiene que ver con el movimiento ese que se adueñó del abecedario y otros signos y símbolos. Tranquilos que Pastorita, incluyente como es, oye a todos.
¿Año electoral? ¿Qué pasará con el Esequibo? ¿Y los sueldos serán dignificados? ¿La Onapre existe? ¿Con 23 mil millones de dólares, puedes desaparecer? El pueblo, ungido en pura fe, se hace esas y otras preguntas. ¿Hasta cuándo el bloqueo criminal? ¿Por qué el Empíreo permite atropellos hegemónicos en esta tierra de gracia?…y cosas “vareas”.
El Poder de Pastorita
Cifras oficiales aseguran que en 2016 acudieron a su veneración en Barquisimeto más de 4 millones de personas. Este año aún se esperan las cifras del CNE…
Tantos seguidores no pueden estar equivocados acerca del poder de Pastorita, nacida en Sevilla, en 1700, cuando el cura capuchino Isidoro la visualizó en un sueño cuidando su rebaño de ovejas ante las fauces del malvado lobo. Así la hizo pintar por Alonso Miguel de Tovar, cuya obra se volvió escultura en las manos de Francisco Ruiz Gijón tres años más tarde. Y en 1706 llegó su figura a Caracas, para instalarse, desde entonces, en la tradicional iglesia donde tiempo después, todos los 6 de enero, comenzó a oficiarse la misa del Deporte. Esa zona pertenecía a Altagracia, pero por petición de la comunidad religiosa y con anuencia del presidente Juan Pablo Rojas Paúl, un siglo después de instalada en la esquina de Torrero, comenzó a llamarse La Pastora.
En la década de 1740 un brote de cólera arrasa con la población; sobre todo en Lara. Por ello, desde Barquisimeto piden a Caracas dos imágenes, La Inmaculada Concepción, para la parroquia Santa Rosa, y la virgencita sevillana para La Concepción. Un error humano cambió los destinos de tan divina entrega. Cuentan que, cuando trataron de enmendar, Pastorita se hizo tan pesada como imposible de mudar. Y tiempo después dio muestra de su poder, cuando su nicho sobrevivió a los embates del terremoto de 1812, y aún está intacto. Desde entonces se considera patrona del lugar.
Desde diversos ángulos la fe crece. “Ahora sí”, aseguran todos. Mientras, seguimos apostando a que cada decisión y acción sea un acierto, que cada milagro sirva, sin exclusión ni dogmatismos, al común: Que Pdvsa cumpla su promesa de aumentar la producción. Que el Arco Minero produzca lo justo sin asesinar a la Pacha Mama. Que la salud, la educación y la alimentación vayan en franca mejoría. Que reaparezca el HCM y se fortalezcan las cajas de ahorro de los casi 2 millones de trabajadores de la administración pública. Que muera Dólar Today y la malvada hiperinflación, inducida o no. Que la inseguridad cese y que haya justicia divina –anda Pastora, tú puedes– sobre quienes la vulneren. ¡Qué se vaya el dengue, el Coronavirus en sus diversas variantes y otras plagas más! Ojo, hay ciertas cosillas que la gente pide en silencio y que solo oye el entorno celestial. Veremos si Pastorita pone orden en medio de tanto “guararé”. (guararey).
PD: Aunque Tiburones se vé inmenso Pastorita tratará de imponer a sus Cardenales.
El Pepazo