Lucidio Quintero rinde homenaje al Centenario del sabio zuliano Humberto Fernández Morán con la composición musical número 70 de su carrera. Con el maestro Lucidio recordábamos que la música es “el arte de la influencia”.
Alexis Blanco
La composición musical número 70 en la carrera del maestro Lucidio Quintero rinde homenaje al Centenario del sabio zuliano Humberto Fernández Morán. “Si hay algo que tiene esta música es realismo mágico”, admite el laureado compositor, quien de manera exclusiva conversó con Alexis Blanco y para Noticia Al Día, acerca de este estreno mundial de “Fanfarria a la Universalidad”, el próximo jueves 22, a las 10:30 de la mañana, en el Teatro Baralt.
Allí, en el sobrio espacio de la librería y café, transcurrió parte de esta conversación acerca de la obra consagrada a honrar para siempre a Humberto Avelino Fernández-Morán Villalobos (Maracaibo, 18 de febrero de 1924/ Estocolmo, 17 de marzo de 1999), sabio una y mil veces, zuliano una y un millón de veces. Con el maestro Lucidio recordábamos que la música es “el arte de la influencia”, entendida ésta como esa “capacidad de una persona o líder de alterar, moldear o transformar las opiniones (convencer) y los comportamientos o acciones (persuadir) de otras personas sin tener necesariamente una autoridad formal sobre ellas”.
Desde las emociones de su propia zulianidad ha tallado el maestro Quintero esta “Fanfarria a la Universalidad”.
1.-¿Como es la historia que le lleva a componer esta pieza?
-En primera instancia, yo fui convocado por Gabriel Ferrer, el secretario regional de educación, para plantearme la idea. Conmemorar los cien años de un hombre universal y ejemplar. Para mí fue un inmenso honor escucharlo. En principio hablamos de un tema corto. Una fanfarria.
Sin embargo, yo le dije que eso se quedaba corto para una figura de esta dimensión y le dije yo más bien quiero que así como Dios dijo que el verbo se haga hombre, quisiera que el verbo se haga música. Propuse buscar a un poeta e historiador capaz de proporcionar, en una cuartilla, un texto significativo que pudiera hablar de las grandes aportes de Fernández Morán. Así fue como contacté al doctor Rafael Molina Vílchez, Rafito, y, en una tarde de café, parece que el dios platónico de la creación nos iluminó e hicimos una pequeña cuarteta donde reflejábamos muchas cosas maravillosas que hizo este hombre egregio.
2.-¿Por qué la tituló así?
La titulé así porque estamos hablando de un hombre universal. (Recordemos a Aaron Copland y su Fanfarria por el hombre común, de 1946). La obra encara el tema de una vida que, como la de Fernández Morán, estuvo plena de pequeñas grandes dimensiones que yo asumo como una gran cantata donde La Musa increpa al genio y le obliga a admitir su propia grandeza y sus aportes para beneficio de la humanidad.
3.-¿Cuáles cree usted que serían esas músicas que más seducían o gustaban a FM…Cuan melómano pudo haber sido el?
-Fernández Morán llega a Europa en el tiempo justo donde la música estaba en su apogeo, con profundos y revolucionarios cambios, como por ejemplo, la atonalidad y la dodecafonía. Pero no tengo la menor duda que además llevó a otras latitudes la música dd de su entorno, porque, por supuesto se te queda la música de tu país y de tu pueblo. Pero también tuvo que haber convivido con los grandes de la música universal en su tiempo, así como los clásicos. Estoy seguro que él tenía la tendencia de entender el arte de la música como un científico también universal. Es obvio que la ciencia y el arte, a través de la música, es donde mejor se encuentran y reflejan cómo un binomio superior. Muchos compositores, como Anton Webern o Arnold Schönberg, fueron de la época de juventud de nuestro magno sabio, aplicaban conceptos extraídos desde las profundidades cartesianas de la matemática.
4.-¿Cuáles, dentro de esas probables emociones y estados de ánimo, tanto del hombre de ciencia como del ciudadano, que Fernández Morán sintió, le interesó más reflejar en su composición musical?
-Consideremos que tres elementos básicos para fomentar y crear esta etapa de universalidad. Y son fundamentales en una fanfarria: trata de una oda al héroe, a través del tambor y el metal, pero, en mi caso, fusionados con elementos de la música antigua griega, lo que sirvió de base para luego hacer un desarrollo, desde el mismo tema, con elementos como la agregación de valores, es decir, tratar todos los temas; pero también hay una parte donde la solista, también heroína, quiero decir, la musa, es quien le canta. Ella le instiga e inspira a hacer todas esas creaciones y le habla y le dice de sus virtudes, de su condición humana. Si, es muy desde Aristóteles esta lectura.
5.-¿Que tal la relación de trabajo con el doctor Rafael Molina Vílchez…Qué cosas o detalles le recalcó más cuando le entregó el texto de la obra?
-Considero que el doctor Rafito Molina es un músico prestado a la medicina y mucho más si asumimos sus procesos de investigación y, por supuesto, de su alto nivel en la literatura. Pero también es una persona sumamente erudita, con experiencia e intelectualidad plenamente vinculada a nuestra gran música, tanto académica como popular. Él redactó los textos que años atrás inspiraron a Juan Belmonte Guzmán para componer sus piezas sinfónicas y donde tú mismo participabas como narrador. Pues bien, nos citamos en un café, trabajamos en la idea y el redactó, manuscrita, el texto. Pensamos en el Coquivacoa y el relámpago del Catatumbo como elementos vinculantes. Toma, por favor, una fotografía y publícala. Es historia, jejeje.
6.-¿Como se siente con este formidable equipo de voces e instrumentistas que le acompañan en este momento de estreno mundial?
-Estoy sumamente contento por dos razones fundamentales. Primero, porque el Zulia sigue teniendo grandes profesionales de la música, a pesar de toda la gente que se nos ha ido. Maestros como Héctor Pérez, al frente del Orfeón Universitario de la Universidad , así como los integrantes del Grupo Lírico de la Secretaría de Cultura. Siempre dando la batalla, tal como todos y cada uno de los miembros de la Banda de Conciertos Simón Bolívar, ahí, de frente y al pie del cañón. Me encantaría que este estreno pueda abrir la ventana para que se vuelvan a reunir las organizaciones institucionales de nuestra cultura y de la música, algo que ha sido mi clamor desde siempre, y que se reactiven ya definitivamente. Sería genial.
7.-¿Podría esbozar las claves, dentro del gran lenguaje de la música, que le permiten definir técnica e interpretativamente esta nueva obra suya?
-La obra, en general, es un conglomerado de ideas basadas en una sola forma, es decir, en un solo movimiento. Pero contiene elementos de la música tradicional, porque van a escuchar sorpresas. No me quieto adelantar. Desde los griegos a la extensión armónica, a fin de proporcionar una notable cantidad de contrastes, porque es una obra emocional, música plenamente subjetiva. Los espero, el jueves 22, a las diez de la mañana, aquí, en el Teatro Baralt.
Imágenes de Alexis Blanco.
El Pepazo/Fuente: NAD