Más de 50 años de limpia trayectoria como reportero gráfico acumula Fernando Sánchez. En la Agencia internacional UPI inicia sus pasos por El Impulso, Últimas Noticias, Pnorama, El Nacional y El Universal. Paralelamente, funda –junto a su compadre Ángel Méndez– la revista salsera Swing Latino y es colaborador de La Prensa Salsera. En ese devenir estudia fotografía y, como guinda del pastel, obtiene la licenciatura en Comunicación Social de la UCV, por lo que se siente “orgullosamente ucevista”.
Luis Carlucho Martín
Cuando se abrió paso ante la eufórica multitud que rebosó el Nuevo Circo de Caracas el 7 de junio de 1974 para ver a la Fania All Star y se halló cara a cara con “puros caballos”, como Bobby Valentín, Ismael Miranda, Héctor La Voe, liderados por Jhonny Pacheco, no solo se estaba marcando los tiempos del concierto sino el destino profesional en la incipiente carrera del fotógrafo de la salsa, Fernando Sánchez, Fersan, quien con una “camarita prestada” se aventuró a recabar testimonios de aquel evento para reseñarlo en la agencia UPI.
Así rememora aquel momento de hace 50 años el avezado reportero gráfico Fersan, –como se le conoce en el medio periodístico– quien se confiesa 100 por ciento gremialista, agradecido ante Dios por la vida y orgullosamente ucevista, con una carrera profesional coronada de éxitos, aunque con algunos tragos amargos.
Sánchez, de padres llaneros de pura cepa, Indalecio González y Carmen Sánchez, de Guárico y Portuguesa, respectivamente, nace en la Maternidad Concepción Palacios el 29 de junio de 1947, porque la familia decide buscar nuevos rumbos en la capital, que aunque convulsa políticamente por el fin de la dinastía andina y los días preelectorales de Rómulo Gallegos, se imponía aquello de que Caracas es Caracas y lo demás es…
Visiblemente emocionado, agradece a Dios por todo lo que ha logrado y exhibiendo una genuina humildad, enaltece los valores de la ética, constancia, empatía y, sobre todo, el profundo amor familiar que desborda en retribución a su madre.
Miembro de una numerosa familia desde muy pequeño sale a trabajar porque, infortunadamente, doña Carmen, ya divorciada de Indalecio, enviuda de su segundo matrimonio y le corresponde a Fernando apoyar el hogar en el cual llegaron a ser 10 hermanos. Por menor de edad debe contar con la autorización de su madre. Se hace mensajero del diario Panorama, en donde fija sus raíces en el mundo periodístico.
Allí, además de conocer a quienes a la postre fueron sus compadres, amigos y guías en la fotografía, Rigoberto Trujillo y Julio “Canelo” García, tuvo encuentros fortuitos con “un colaborador muy especial que era columnista semanal en Panorama”. Se trataba de Luis Herrera Campíns –tiempo después Presidente de la República–, quien lo estimuló para que estudiara.
A Trujillo y “Canelo” se une el periodista Argenis Hernández, en cuanto a la influencia en la formación de Sánchez. La meta era prepararse. “Quería ser igual que ellos porque eran respetuosos y respetados, puliditos, bien vestidos y con experiencia en el periodismo”, confiesa.
Lleva en sus genes de fotógrafo los artilugios de sus maestros Trujillo y “Canelo” quienes “sabían mucho de los aspectos químicos para el revelado; no hay dudas de que eso me inspiró a hacerme reportero”, indica quien al salir de sus faenas laborales practicaba en su casa con “una camarita Kodak que llamaban Fiesta”.
De ellos, incluyendo a Hernández, desarrolla el instinto de gremialista. Fueron fundadores y ocuparon los máximos peldaños del Círculo de Reporteros Gráficos de Venezuela, el cual Sánchez llegó a presidir. “Soy 100 por ciento gremialista”, asevera.
En su empeño de crecimiento profesional, pasa de mensajero de Panorama a reportero gráfico en la agencia internacional UPI e inicia sus pasos por El Impulso, Últimas Noticias, El Nacional y El Universal. Paralelamente, funda –junto a su compadre Ángel Méndez– la revista salsera Swing Latino y es colaborador de La Prensa Salsera. En ese devenir estudia fotografía y, como guinda del pastel, obtiene la licenciatura en Comunicación Social de la UCV, por lo que se siente “orgullosamente ucevista”.
Padre de tres hijas –universitarias todas– exhibe con beneplácito la herencia trasladada a uno de sus tres nietos, Gabriel Pezzi Sánchez. “Aunque hace otras actividades tiene un apego por la fotografía, incluso con algunos trabajos que demuestran su calidad”, aseguró el orgulloso abuelo.
¿Por qué la salsa?
A su encuentro inicial con La Fania se une el hecho de que sus tíos maternos tenían en Portuguesa el trío “Los Madrigales”, y que su padre Indalecio era guitarrista. No obstante, Fernando Sánchez ubica sus orígenes por el gusto musical en su adolescencia en Hornos de Cal, San Agustín del Sur, acaso la parroquia caraqueña que acrisola mayor diversidad de ritmos.
Relata que los fines de semana el señor Alberto Monges, familiar del gordo «Albóndiga», colocaba música en su equipo que sonaba durísimo. “Ahí empecé a disfrutar del sonero cubano Miguelito Cuní. Se sembró en mi memoria la canción Convergencia. Y empecé a escuchar a otros artistas y orquestas de música tropical como Tito Rodríguez, Casino de La Playa, La Billos, Federico y su Combo, Los Melódicos y todos los que contribuyeron en lo que hoy es la salsa”. Además, se suma su humilde crianza, similar a un collage popular con sabor a Catia, La Pastora, 23 de Enero y, por supuesto, San Agustín.
Con respecto a Swing Latino –reconocida como la revista pionera de la salsa en el mundo– en la que se suman en una primera etapa los periodistas Diógenes Carrillo, Jorge Collazo y Germán Moreno, explica que no solo había que hacer fotos y periodismo. Era necesario buscar colaboradores y, lo más difícil, el financiamiento.
“Mi compadre Ángel Méndez y yo, renunciamos a la corresponsalía de El Impulso para fortalecer Swing Latino, pero era duro, a pesar de haber logrado cierto apoyo con la Dimensión Latina, Oscar De León, Los Dementes, Francisco Mendoza y algunas casas disqueras. También colaboraron logísticamente César Miguel Rondón y Cándido Pérez, Pedro Viloria, Coco Ortega, Carmelo Sánchez y desde la oficina Ana Parra, y tantas otras personas a las que pido disculpas por mi frágil memoria. Se hizo un gran esfuerzo, pero no pudimos seguir”, explicó Sánchez.
Pero Fersan, además prestó servicios en La Prensa Salsera, otra revista del género en la que laboraron los periodistas César Herrera, Kerrwitg Pérez y el “Paparazzi” Mauricio Tovar. “Eran días difíciles para la comercialización”, se lamenta.
¿Desdoblarse en la profesión?
Con más de 50 años en el ejercicio de su noble oficio, el click de su cámara ha crecido en paralelo con valores como la puntualidad, apego a la verdad y responsabilidad social, justamente la que lo ha enfrentado a desdoblarse entre el carácter del ciudadano común y el reportero gráfico, con dos ángulos diversos, dos ópticas, dos puntos de vista, ante un mismo hecho.
Fernando lo tiene muy claro. Cuando cubría esos grandes eventos de salsa, casi imposible emocionarse ante una constelación de artistas a los que además admira; pero con la tarea periodística de cubrir cada detalle noticioso, por supuesto, sin invadir intimidades ni asuntos de interés personal de los protagonistas del hecho. Ardua tarea pero se adaptó y lo logró.
Sin embargo, hay un hecho que lo marcó de por vida, justamente, cuando debió desdoblarse de ser humano a reportero gráfico. “Estaba al lado de mi compadre Jorge Tortoza cuando lo hirieron de muerte. Lo auxilié. Lo subí a la moto de los funcionarios para que lo trasladaran al hospital. Pero antes de arrancar le pedí permiso; compadre usted sabe que esta es la obligación. Déjeme hacerle un par de gráficas porque es la noticia. Lo hice y aún eso lo llevo en mi recuerdo”, expone atribulado, aunque consciente de haber cumplido con ambas responsabilidades, sin caer en amarillismos ni especulaciones innecesarias. (Tortoza fallecería un par de horas después en el hospital. Fue el reportero gráfico que se sumó a tantos caídos en las horas aciagas del 11 de abril de 2002).
Grosso modo así es Fersan, furtivo cazador de noticias con la agudeza de su obturador y la claridad de su ética, elementos claves en su trayectoria de más de medio siglo entre sucesos, deporte y salsa; sin abandonar jamás las funciones gremialistas porque a este portador de los carnets 124 CRGV, 713 CNTP y 1474 CNP, lo humano y lo periodístico lo llevan de la mano, tanto que «si volviera a nacer sería nuevamente fotoperiodista», evoca.
Agradece a Dios su permanencia en este plano porque a los dos años de edad fue desahuciado, pero la fe de su familia y “el poder de Dios me levantó y me puso en juego”, puntualizó quien acaba de recibir justo reconocimiento del Concejo Municipal de Caracas, con lo que suma otro logro a su amplia vitrina de periodismo del bueno.
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