Un partido que firmaríamos en junio devolvió a cada uno a su estatus mostrado durante todo el curso. El, digno de final de la NBA, choque entre Milwaukee Bucks y Golden State Warriors (128-111) colocó a los de Giannis Antetokounmpo (30+12) dónde se merecen, las cotas altas de la tabla. Y bajó de la nube a los de la Bahía de San Francisco tras haber pasado por encima de los líderes, Boston Celtics, en la reedición de la última lucha por el anillo. Porque solo hubo un color, el local.

Claro está que si entre tus tres generadores de juego se firma un 18/52 en el tiro es complicado todo lo demás. Entre Stephen Curry (20 puntos con 6/17), Jordan Poole (18 puntos con 6/17) y Klay Thompson (16 con 6/16) condenaron a unos Warriors sin fondo de armario competente. Por su parte, los Bucks pisaron el acelerador desde muy pronto, abriendo fronteras de mas de 10 antes del primer cuarto (38-27) construidas entre Bobby Portis -el jugador con más dobles-doble desde el banquillo- (25+11) y Brook López.

Cada intento de los Warriors por cerrarla renta era contestando con dureza. Tras el descanso, Antetokoumpo pudo abrir gas y encontró a Middleton (20) para hacer daño abriendo el campo (69-52, 26′). Los Warriors no tuvieron más respuestas entre los fallos, y concedieron un 16-7 en cuatro minutos, Giannis fue la causa. Entre sus penetraciones, y esa capacidad de atracción que abrió el campo para Middleton y Grayson Allen desde las esquinas (85-59, 31′).

Antetokounmpo será su todo. Sus 30 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias en tan sólo 30 minutos son el mejor ejemplo. Camino de luchar por otro anillo y de ser aún más legendario en una franquicia en la que es campeón, MVP, líder en puntos, tapones, tiros libres, triples-dobles y minutos en su historia. Tiene 28 años.

OTROS RESULTADOS