La escudería de Il Cavalino Rampanti tumbó a McLaren con una genialidad. Impresionante victoria de Leclerc, que con una parada menos superó al inesperado Piastri, que arruinó desde la salida a su compañero Norris. Sainz roza el podio, 4º y Alonso los puntos, 11º.
MIGUEL SANZ
Monza
Sorpresas te da la F1, Ferrari se la jugó a un coche superior como McLaren y se sacó una victoria del pozo de los deseos, y cuando McLaren decía que no había número 1 y número 2, en boca de Andrea Stella, jefe del equipo, era así, por increíble que parezca con un título de por medio y un piloto muy destacado. O Piastri no se enteró de que quien puede ganar la corona es Norris o se hizo el orejas convenientemente, pero el ‘Norriscidio’ en Monza por no priorizar las opciones de Lando, además ‘poleman’, pueden costar muy caras en la lucha por el título. Va camino de repetir lo de 2007, con el mejor coche, tirar el título. Y veremos si no repite también las trifulcas internas.
Pero todo eso poco importaba a los 80.000 tifosi que se encontraron, de forma casi inesperada y un punto histérica, con una victoria con la que pocos contaban, y que no lograban en casa desde 2019 con el propio Charles. Hoy la jugaron de maravilla, Charles fue muy regular y seguro, esas gomas aguantaron sin necesidad de las dos paradas de McLaren, envueltos en sus propias peleas, y se llevaron el gato al agua.
La salida no fue de las peores de Norris, aseguró la primera plaza en la primera curva mientras que por ejemplo Russell se pasaba de vueltas y cedía plaza con Verstappen, Leclerc o Sainz, de repente en un sabroso cuarto. Lo que Lando no imaginaba es que en la primera variante le metería el coche su supuesto aliado, Oscar Piastri. Tuvo que frenar para evitar una colisión y el momento lo aprovechó Leclerc para ganar en tracción también la segunda plaza al británico, que no tiene una salida normal, desde luego. Sólo cumplió su labor Hamilton, que frenó un Max furioso que pedía sanciones por radio.
Pero el holandés pronto sonrió ante la disparo en el pie de los de Woking: con Lando tercero y él sexto en el primer stint, una vez más contenía la hemorragia de puntos que se avecinaba horas antes. De hecho solo ha cedido 7 puntos con su sexto puesto, ni tan mal. Lando no podía con Leclerc en esos primeros compases, pero tampoco perdía tiempo ni ritmo, con lo que de ir líder se hubiera ido igual que Oscar. Así, adelantó su parada al giro 14, y de hecho le ganó la plaza al de Ferrari y montó duros dando brillo al ‘undercut’. Paró Leclerc en la siguiente, enfadado o haciendo teatrillo, quién sabe, como luego hizo Hamilton, y otra más tarde el líder de la carrera. Solo Carlos se quedó dentro hasta la vuelta 20, con los dos Red Bull, que ya salían con duras y su parada era más tardía, en la 23.
Los nervios, bajo presión, también llegan incluso a Red Bull, que perdió 6 segundos con Max, que no da crédito a la caída líbre de los energéticos, y al regreso ya estaba Norris tras Piastri, segundo y primero, con evidentes ganas de vendetta. «Permitido pelear con él, pero se aplican las reglas papaya», le dijeron a Lando en la radio, escuchada por todo el planeta, para darle emoción total a esto. Tanto corrieron que fundieron ambos las gomas mientras Maranello acariciaba el gato de hacer solo una parada. Leclerc aguantaba el tirón, tercero y Carlos se descolgaba a 10 segundos sin ritmo con el juego de duros.
A Lando no le dio tiempo a cazar a su enemigo-compañero, se quedó sin gomas al no rodar en aire limpio, y cuando caía a 4 segundos paró en la 33 a colocar otro juego de duros para el stint final. A Piastri le duraron más, hasta la 39, paró reguleras, pero al regresar seguía líder, y lo peor para Norris, caer detrás de un Max que tenía que parar, pero se entretuvo en frenar a su rival por el título. Le costó hasta la 41 pasarle. Demasiados enemigos para el joven piloto británico.
En ese punto, Ferrari daba el golpe de mano y avisaba por la radio a los equipos que los de Maranello iban a intentar una parada, visto que los neumáticos aguantaban por los pelos. Iban primero y segundo, pero no era virtual, sino real. Pueden ser 20 segundos más lentos que McLaren, pero si ahorran una parada… Sainz no pudo resistir con la embestida de Piastri, que le pasó en la vuelta 45, ni con Norris, que le pasó como un avión en la 47 y encima soportando por radio mensajes técnicos: «déjame en paz», fue la respuesta.
Leclerc aguantó por los pelos, por dos segundos: «Grandìsimi, grazie, mamma mia, gracie mássima», decía por la radio el monegasco, en una de sus mejores victorias en F1, sino la mejor, por sentimental, improvisada y celebrada.
ALONSO, BUENOS PUNTOS
Fernando Alonsio paró pronto, en apenas 12 vueltas, para cambiar de medio a duro mientras rodaba 10º, en los puntos, tras la salida. Le salió bien la jugada porque se pudo construir una merecida novena plaza y puntuar a la espera de trofeos mayores, lo que logró en la vuelta 27 al superar en limpio interior a Ocon en la recta de meta. Paró para montar el duro en la 37.
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