“Majunches y escuálidos: Contad con que la revolución no se para porque seáis indiferentes, así que obrad activamente en obsequio de la recuperación económica.
Chavistas: Contad con que la revolución no se hace sola; así que a echarle un camión pa´ superar la crisis.”
LUIS SEMPRÚN JURADO
Luis Semprún Jurado
Llegué apurado a nuestro café, porque iba retrasado. El saludo de mi querido amigo Anacleto no tardó en escucharse: “Camarita, espero que el Niño Jesús le haya traído muchas cosas buenas este año” y soltó una carcajada: “jajajaja, muchos escuálidos aún están esperando la llegada de su Santa Claus o Papá Noel, como otros prefieren llamarlo. Bueno, usted sabe que hasta a ellos siempre les hemos deseado lo mejor a pesar de su odio incesable. Lo que ocurre, camarita, es que el mundo capitalista ha transformado la «Navidad» en un arma económica en contra de las clases B, C y D. Ya en la Navidad no se experimenta el fervor religioso de otrora; ahora el comercio se lleva los poquitos reales que al trabajador le dan como «aguinaldos», con la compra de los «famosos regalos» que «debe» traer el Niño Jesús, o en su defecto el filantrópico Santa Claus. Pero no les es suficiente, porque le terminan de exprimir el bolsillo con aquello de los «estrenos» de fin de año, para toda la familia. Es decir, camará, una celebración religiosa y el fin de año se convierten en un circo económico. Pobre del pobre, como dice la canción… Bueno, pero así serán las cosas que hasta inventaron la celebración del «Espíritu de la Navidad» pa´ sacarles todos los reales. Y si usted los oyera con eso de las resoluciones de fin de año… bue… hasta se comprometen en no llevar a la familia a Cancún para descansar en Enero. ¿Y sus deseos? Bueno, el más popular es que por fin puedan salir de Nico, porque ellos «son mayoría». Los mismos, con su perenne arrogancia y desenfado, su artera intención golpista, sus sempiternos errores que los han conducido de fracaso en fracaso, su negativa a un sincero diálogo por el país, y sus solicitudes a bloqueos e invasión a nuestra nación. Se han olvidado que el pueblo les dio una oportunidad de demostrar cuánto servían un fatídico diciembre del 2015, oportunidad que convirtieron en polvo cósmico, o mejor dicho en «burusas», como diría el filósofo del Zulia. Ojo, camarita, que hasta andan pregonando que ahora con lo de Chevron y el reimpulso petrolero, es «necesario y urgente» que regrese la golpista «gente del petróleo». ¡No digo yo! De lo que puede estar seguro es que todos quieren ser candidatos, así sea de la junta de condominio del edificio en el que viven; todos quieren «volver». Como decía Shakespeare: «Después de un tiempo aprenderán que el sol quema si se exponen demasiado». ¡O sea!”
La majunchería niega todo lo que diga el gobierno o quién le huela a aliado a éste, sin importar qué. Jamás ha presentado un argumento creíble del porqué de esa actitud ni se han detenido a pensar sobre lo que piensa el pueblo de ellos, ni qué opina de las revelaciones sobre la participación del gobierno gringo en planes de desestabilización de nuestra amada patria, sobre todo en el deterioro de nuestra economía y del poder adquisitivo de la masa trabajadora. Pero ellos no, “ellos no tienen la culpa, la culpa es de Nico que está peleado con Diosdado porque lo quiere tumbar”. Ellos mismo le han dado al pueblo las herramientas para desenmascararlos al apoyar a un pendejo que se autoproclamó en una plaza y que con lo del “interinato” lo que hizo fue robar al país recursos que estaban en el exterior. No lo digo yo solamente, sino senadores gringos lo han confesado públicamente en su propio senado: “Da vergüenza que EEUU haya colocado y apoyado a un títere como presidente de Venezuela que sólo ha logrado fracaso tras fracaso”. Espero que la semana que viene rectifiquen su proceder.
El vampiro, los ex-alcaldes, el asesino de niños, el pelanalgas autoproclamado, los “diputados en el exilio» de la extinta Asamblea Nacional electa en el 2015, los magistrados prófugos, el que le compró a España un curul en el seno de la UE, el niño bomba, los amnistiados, las “presstitutas”, los “perseguidos políticos”, las borrachitas y los “consumidores” que hacen vida en “los Miami”, no pegan una. Claro, ellos viven de lo que les paga el gobierno de EEUU a través de diferentes agencias y no quieren que les quiten esa teta; por eso se oponen a que se levanten las sanciones, a las mesas de negociaciones y a cualquier cosa que signifique mejoría para el pueblo venezolano. Su vida en el “autoexilio” elegido sólo es financiada si laboran para EEU atacando todo lo que huela a chavismo y odian especialmente a la “chavidad”, que es la Navidad con Chávez. Es que las mentes inferiores siempre temen lo que no entienden y en este caso, ¿cómo hizo Chávez para multiplicarse y que ahora existan muchos? Porque “yo también soy Chávez” se escucha por doquier.
El verdadero pueblo criollo resiste heroicamente y sale todos los días a trabajar para tratar de construir una Venezuela mejor y darle a su prole un futuro de esperanza; ese conforma la verdadera mayoría. Para la cipaya criolla el pueblo es «ignorante, tierrúo y pata’en el suelo» y su opinión no vale nada. De ahí que éste vea a la majunchería como lo que son: sus verdugos de siempre. Yo sé que parte del pueblo está arrecho con el gobierno porque aún no ha logrado estabilizar el poder adquisitivo del salario y por haber prometido anclarlo al Petro y no lo ha hecho. Pero una cosa es que esté arrecho con el gobierno para que cumpla y otra cosa es saltar la talanquera al mejor estilo de Ismael. Sabemos que hay organismos que deben protegernos del abuso con los precios… peros esos ni se ven. A los hombres y mujeres que manejan esos organismos les llegará su día así como a los que están encargados de que el Clap llegue a tiempo y completo a todos los estados y no cumplen. Cuando menos se lo esperen el pueblo organizado les pasará por encima y les hará rendir cuentas.
Dicen que se pueden curar las heridas del cuerpo con ungüentos, pero que las heridas del alma se curan compartiéndolas. De ahí el refrán “En la unión está la fuerza”. Tenemos que estar claros en nuestros principios y deseos. Dejemos que el sueño de nuestra revolución viva en nosotros. Que nuestro camino esté lleno de victorias y nuestras convicciones permanezcan incólumes, que nuestros enemigos se rindan y que nuestras mujeres y niños duerman en paz. ¿Es eso mucho pedir? Sabemos que la majunchería desea oro y propiedades, puestos y títulos, poder y garrote, y que para eso necesitan sacar a Nico de Miraflores. La pregunta que todo el mundo se hace, excepto sus secuaces, es: ¿Cómo lo lograrán si allí lo puso el pueblo y ellos han sido siempre un grupito minoritario? Además, ¿de qué viven en el extranjero?, ¿Quién los mantiene y financia sus perennes viajes? ¿Por qué llaman a la gente a tumbar a Nico desde lejos? ¿Creerán en las bombas “sólo mata chavistas”? Ah, es que como ahora el mundo necesita nuestro petróleo y gas, empiezan a levantar algunas sanciones.
Lo acontecido en los últimos meses parece estar afectando a la majunchería criolla. Sin embargo al escuchar sus resoluciones de fin de año nos damos cuenta que siguen desvariando: impulsar la mentirosa campaña de la “ayuda a los venezolanos”, crear un expediente oscuro para el país, hacer unas primarias, acentuar el grave problema económico que atravesamos, atacar los muñecos “Cilita” y “El Superbigote”, pedir libertad de los “presos políticos”, solicitar el regreso de la gente del petróleo a PDVSA, apoyar la continuación del “interinato”, evitar que levanten las sanciones y el bloqueo, solicitar la renuncia de Nico, y otra cuerda de sandeces que no voy a mencionar. Ah, quieren alarmar al pueblo con lo de la invasión yanqui porque ahora SI VA, ya que el imperio necesita nuestro petróleo. Debemos estar alerta; pero una cosa es estar alerta y otra alarmarnos, pues camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Ya sabemos que no hay imperio que nos doblegue y seguimos siendo punta de lanza de los movimientos mundiales antiimperialistas aunque eso nos coloca en el ojo del huracán.
De nuevo les recuerdo las palabras de Shakespeare: “Siempre encontraremos gente que te quiere culpar de sus fracasos. Por eso hay que ser fuertes y levantarnos de los tropiezos que nos pone la vida para avisarnos que después de un túnel oscuro y lleno de soledad vienen cosas muy buenas. Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro”. Recordemos con amor, la última proclama de nuestro eterno Chávez: ¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!
¡Feliz año 2023!
El Pepazo