Rosa Bronstein
TEL AVIV (Sputnik) — Ocho huevos de avestruz de 4 milenios de antigüedad se encontraron en el desierto del Néguev y los arqueólogos dicen que, gracias a este importante descubrimiento, entenderán mejor a los nómadas del desierto.
«Los huevos de avestruz en la antigüedad eran usados como fuente de alimento, naturalmente: ¡Un huevo de avestruz tiene el valor nutritivo de 25 huevos normales de gallina!», explicó el arqueólogo Amir Gorzalczany, de la Autoridad de antigüedades de Israel (AAI) y especializado en esta materia, en un comunicado oficial.
El experto también dijo que se sabe que los huevos de avestruz eran usados en diferentes tipos de ceremonias, sobre todo funerarias, como objetos de lujo, cuencos, adornos o también como recipientes para líquidos o como cantimploras, se han encontrado cáscaras con incisiones y dibujos, sin embargo, señaló que es «muy interesante comprobar que, aunque los huevos de avestruz no son poco comunes en las excavaciones arqueológicas, no se han encontrado huesos de este gran pájaro».
Gorzalczany concluye que tal vez esto indique que en el mundo antiguo evitaban cazarlos y se contentaban con recoger sus huevos, para usarlos, decorarlos y, preparar deliciosos y grandes revoltillos de huevos, suponemos.
De hecho, estos ocho huevos recién encontrados estaban cerquita de los restos de una hoguera y uno de ellos incluso dentro de ella.
Campamento y revoltillo prehistórico
Los arqueólogos de la AAI hacían un trabajo rutinario de antes de la construcción de una zona agraria en la población de Beer Milka, en el desierto del Néguev. Allí, entre las arenas de las dunas, se encontraron con un campamento prehistórico.
«Este es un hallazgo muy importante que, con la ayuda de métodos científicos modernos, nos podrá enseñar mucho sobre la gente nómada del desierto en tiempos remotos», dijo Lauren Davis, directora de la AAI.
En el campamento había restos de una hoguera, piedras quemadas, herramientas de pedernal y piedra y fragmentos de cerámica, lo que llevó a los arqueólogos a concluir que los huevos eran cocinados por aquellas personas que habitaron el desierto hace 4.000 años. Davis señaló que, al ser nómadas, no construyeron estructuras permanentes, pero que las piedras quemadas, herramientas y fragmentos hallados «nos permiten sentir su presencia en el desierto».
El sitio arqueológico de Nizana fue hallado, como tantos otros descubrimientos, por causalidad: la arena de las dunas había cubierto el campamento prehistórico y así permaneció oculto durante milenios. Fue redescubierto por el movimiento de la arena a lo largo de los milenios, que en su migrar, dejó al descubierto los restos en la superficie, nuevamente.
La excepcional preservación de los huevos se debe a la acción de la arena de las dunas, según señaló Davies, y ese movimiento fortuito les dio a los investigadores la oportunidad de acercarse y apreciar cómo vivían aquellos nómadas del desierto. Y a imaginar sus almuerzos.
Avestruces en el Medio Oriente
A decir de los zoólogos, los avestruces eran animales comunes en esta zona desértica en aquella época remota. Y precisamente por no tener tantos datos de la especie de avestruz en particular que puso esos huevos recién encontrados, los arqueólogos explicaron que su siguiente misión es reconstruir los huevos, como si se tratara de un rompecabezas.
El objetivo es investigar a las aves y los usos que aquellos homínidos hacían de ellas.
La arqueóloga jefa Davis asegura que, para ella ,»¡cada cascara de huevo vale su peso en oro! Estoy deseando que comiencen los trabajos de análisis en el laboratorio, ¡lo mejor está por venir!».
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El Pepazo/Sputnik