Con motivo de la rumba de octubre, «Yo sí voy para mi fiesta de Halloween…»
Luis Carlucho Martín
1.- Yo sí voy a celebrar Halloween. A lo mejor hasta me empato con una bruja. Así mismo piensa una vecina. Aunque ella va disfrazadita, con un grupo de amigas, a desestresarse y a ver si pescan unos brujos. Y lo que menos les importa es la hipócrita defensa de lo autóctono. ¿Acaso nuestra cultura y tradiciones no son una sumatoria de costumbres que vienen casi todas de Europa o de otros lados?
2.- Entiendo tu punto de vista. Me cuestionaron por no estar de acuerdo con esa fiesta importada, aunque empiezo a darte la razón. Venezuela es un crisol de esa maraña de modas que adquirimos, por imposición o con consentimiento y gusto pleno. Como sea, es muy difícil que algo sea netamente propio de una región. Ya sabemos que Halloween es una fiesta pagana de origen celta, traspasada a Norteamérica y ahora adquirida como nuestra. Pero lo que preocupa es que se le dé mayor preponderancia que a las fiestas típicas como los Diablos de Yare, San Juan o qué sé yo…
Autóctono vs importado
1.- ¿Y esas tradiciones no son importadas también? Recuerda que un señor llamado Marshall Mc Luhan habló sobre La Aldea Global, y ello aplica en la propagación de costumbres y situaciones que achican distancias y siembran en regiones lejanas tradiciones como si fuesen propias.
2.- Claro, es que lo calificado como «nuestro» también es importado. Crecemos como nación y absorbemos «culturas» en un intercambio que pudiera favorecer (o no) la integración del mundo y derribar fronteras.
1.- Sé que nos hemos nutrido de culturas indígenas originarias y milenarias provenientes de una amalgama de creencias de sus grupos dominantes. Luego llegaron los europeos y nos impusieron sus religiones y costumbres que (aunque forzosamente) formaron simbiosis con las creencias nativas.
2.-Algunos estudiosos le dicen sincretismo a gran parte de ese fenómeno social. Por ejemplo, vemos cómo crece cada día la santería y toda la industria inherente a ella, y nadie lo critica. Eso no es nuestro. Eso viene de África, y se respeta porque además hay libertad de cultos…
1.- Claro, es que desde lejos llegaron culturas que pasaron a formar parte de una estructura en la que se moldeó la idiosincrasia venezolana, que se sigue modificando con el devenir del tiempo.
2.- Además de esa religión yoruba y otras creencias en lo sobrenatural, son un aporte de las culturas africanas, no sólo una piel más oscura, sino también ritmos, música, palabras, códigos de comunicación y todo un bagaje que resultó en los seres que caminamos hoy por estas calles y que vamos a rumbear tanto Santa Bárbara el 4 de diciembre, como La Candelaria (que es Oyá) el 2 de febrero, o Halloween a finales de cada octubre, en vísperas del día de todos los santos. Eso somos. Una mezcla y mejor si ese menjurje implica rumba, fiesta, porque así somos.
Una mezcla de todo
1.- Incluso, esa adoración importada a lo extraterrenal no es pura. Viene de África a través de los esclavos, que eran mano de obra en regiones como Cuba, Brasil o Jamaica, o en comunidades estadounidenses. Cuando llegó acá, trajo de todo un poco. Así mismo es Halloween y las otras celebraciones que implican una serie de ritos mágico-religiosos, que no son nuestros.
2.- Por supuesto. Es que en Venezuela somos producto, entre otros, de la cultura caribe, que era una raza fuertemente dominante, invasora, proveniente de lo que hoy conocemos como Brasil.
1.- Ah, entiendo. Quizás por eso no se sabe quiénes vivían por estos lares antes de los caribes, porque ellos, al imponerse, se encargaron de borrar todo vestigio de las culturas anteriores.
2.- Así es. Parecido a lo que hizo Aníbal Barca cuando invadió Europa o el mismísimo Genghis Khan en Asia… O como trataron de hacer los españoles durante la conquista. Por eso tenemos una historia cuestionada (según la historiografía) que genera dudas acerca de la autenticidad de tradiciones que pretendemos presentar como nuestras, aunque su génesis está muy lejos de estas tierras…
Mucha filosofía por Halloween
1.- Se sabe que la historia de la humanidad ha sido la historia del más fuerte sobre el más débil; por ello, acá, incluso desde antes de la conquista, ha quedado el sello de la imposición de costumbres y tradiciones, a través de diversas manifestaciones.
2.- Claro, pero mientras seguimos en esta disertación la fiesta ya está encendida. La gente sigue consumiendo y estrenando disfraces, incluyendo calabazas, caretas y escobas…
1.- Visita Las Mercedes (innegable centro de derroche y disfrute caraqueño) para que veas, sin prejuicios, que la cosa va más allá de estas discusiones. Halloween está inscrito en el calendario rumbérico nacional, regional y local, con el carácter crematístico propio de una industria en una sociedad de consumo a la que poco le importan las raíces históricas.
2.- Luce así indetenible la invasión de costumbres foráneas de las que nos hemos nutrido para crecer como país en este constante intercambio cultural, que ojalá algún día sirva para la integración y derribe fronteras, con respeto y libertad plena.
1.- Uniremos este Halloween con el tema del calentamiento global y la defensa de la Pachamama, (por cierto, costumbre proveniente del pueblo boliviano), porque la causa es noble y nos involucra a todos.
2.- Rumbear es justo y necesario, pero también debemos instruirnos en la búsqueda de la verdad, apartarnos de tendencias y buscar cambios a favor de la justicia e igualdad de oportunidades… actuar en pro de la libertad y el desarrollo pleno sin perjudicar el ciclo natural para lograr un mundo más vivible. Y si no, le pediremos a Jack El Tacaño o cualquier otro espíritu que nos ayude.
El Pepazo