El MVP de la perseverancia, pide otra oportunidad en la NBA. El base de 35 años, muy castigado por las lesiones, busca un hueco en la Liga
Thomas arrastra problemas físicos desde la temporada 2016-17, que curiosamente fue la mejor de su carrera y la segunda en la que fue All Star. Jugando para los Celtics promedió 28,9 puntos y llegó a ser el quinto jugador más votado para el MVP. Pero en los playoffs de aquella campaña sufrió una lesión de cadera que le producía dolores insoportables.
Su rendimiento comenzó a decaer, jugaba cada vez y empezó a dar tumbos por la NBA. Siete equipos en cinco temporadas: Cavaliers, Lakers, Nuggets, Wizards, Pelicans, de nuevo Lakers, Mavericks y Hornets. En la campaña 21-22 pasó por estos tres últimos equipos acumulando 22 partidos en total. Nadie le ofreció un contrato al curso siguiente y en el 23-24 sólo los Suns se atrevieron a ficharle después de haber jugado a buen nivel también en la G League.
Aquellos seis partidos con la franquicia de Phoenix son los únicos que ha disputado en la NBA desde abril de 2022. Promedió 1,3 puntos y 0,5 asistencias en 3,2 minutos. No juega en la Liga desde abril de 2024, pero él lo sigue intentando. A lo largo de su carrera siempre tuvo que derribar las barreras que le suponía su reducida estatura. Ahora trata de luchar contra su castigado físico.
Durante tres años intenté jugar con los mejores jugadores del mundo con una sola pierna. Necesitaba la ayuda de mis hijos para ponerme los calcetines por la mañana
Thomas busca otra oportunidad, quizás la última, para demostrar que aún tiene baloncesto que ofrecer y poder despedirse de la NBA en la pista. Jugó 12 temporadas en ella y pasó por 10 equipos. Promedió 17,5 puntos y 4,8 asistencias a lo largo de 556 encuentros. Confía en que brillando en la G League pueda disfrutar de alguno más.
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El Pepazo/Marca