10 minutos y dos ocasiones claras de Senegal. Comenzaba la frustración de Ecuador. Alassane Gueye tuvo la primera: balón fugaz sobre la línea del área, Ndiaye siente algo por detrás y la deja pasar con clase ante la mirada de los centrales andinos, pero el mediocentro es incapaz de embocar cuando solo se imponía Galíndez bajo palos.

La otra fue para Dia. El sustituto de Mane cruzó en exceso, solo en el área. Llegaban mucho y bien los africanos, pero les faltaba la pausa con la suerte final. Pasan los mundiales, los jugadores son captados desde etapas de formación por clubes europeos, pero las selecciones de África no consiguen esa pausa, pulir esos pequeños detalles que les permitan dotar de un estilo propio su juego.

A Ecuador todo le vino grande. Con Valencia renqueante por un esguince de rodilla y Plata, desaparecido en combate, su ofensiva era muy lenta y previsible, la pelota siempre al pie, sin capacidad de desmarque ni de filtrar un buen pase, sin opciones de superar a los centrocampistas y zagueros de Senegal.

Por detrás, los cimientos de su defensa eran de barro. En el 42 se vino abajo. Preciado, en una perdida de tensión imperdonable, regala un balón, Sarr corre e Hincapie en un intento por apagar el fuego, le atropella. Pocos penaltis más claros y gol de Sarr.

Todo a balón parado

El secarral andino siguió en el segundo acto. Ni las dudas de Senegal tras ponerse en ventaja animaban a los del profe Alfaro, sucumbidos por la presión e incapaces de trenzar su fútbol.

En jugada era imposible, pero el balón parado podía agitar el tablero. Así fue. Al filo del 70′ un mal despeje de Dia cedió el primer córner a Ecuador. Torres prolongó el lanzamiento y en el palo largo, Caicedo apareció para rematar a placer.

Tras ello llegó un obús de Dia, alguna patada fuera de lugar y una impotencia continua de Ecuador. La cita le vino grande a la Tri a la que le valía con empatar. África ya tiene un equipo en octavos.