“Sigo creyendo en los finales felices como en las películas. Si vives para tu nación, tu nación vivirá para ti y te convertirás en la verdad.
ALGUIEN
Luis Semprún Jurado
Al llegar a nuestra cita de costumbre, encontré un alegre Anacleto, que fumaba como siempre y conversaba con la gente a su rededor. Al verme me saludó con un ademán y se dirigió a mí diciendo: “Carajo, camarita, necesitamos lobos para salir de las ratas. Les comentaba a los amigos que las ratas no es que tienen la memoria corta, sino que cuando les interesa se hacen las sordas o las desmemoriadas. Contrario a lo que muchos creen, no son brutas… no, son astutas, pero ¿inteligentes? Queda la duda, aunque es bien sabido que la duda es el veneno más peligroso que existe porque hay muchas preguntas sin respuestas. Y esa falta de respuestas a veces trae la vida y a veces trae la muerte. Quizá buscando esas respuestas se abre una puerta a la muerte. Pero como todos los casos, esperaré que llegue el momento apropiado” le dio un jalón al cigarrillo y continuó: “Hace poco salió a la luz pública el escándalo del momento, el de PDVSA, y no bien llegó a la calle cuando la opudrición apátrida criolla, haciéndose la desmemoriada, comenzó a coro, unida a sus presstitutas, su ataque a Nico y al gobierno. Nadie puede señalarnos de apoyar a corruptos, ni tan siquiera de simpatizar con alguno. La coherencia en los principios morales e ideológicos no se adquiere de la noche a la mañana, sino en un largo trajinar. Indudablemente el país tiene problemas, pero estos hacen más fuerte a los que tienen entereza y luchan por encontrarles la solución. ¿No es así? Y el que hoy estemos conversando sobre hechos de corrupción en el país y haciendo un paseíto por el pasado es para recordarle a las ratas lo que dice el refrán: «el que tiene rabo’e paja no se acerca a la candela». Los más sonados en los años de la cuarta eran: «no me des, ponme donde haiga», «con los adecos se vive mejor porque roban y dejan robar». Otra frase popular a nivel internacional era: «Funcionarios del gobierno venezolano se tragan millones en sobornos cada año», ¿recuerda? A finales de los años 70 nadie quería prestarle medio a Venezuela porque los politiqueros, dentro y fuera del gobierno, lo desaparecían. Ah, y no existían sanciones ni bloqueo, ni intentos de golpes de estado. Y ni hablar de las damas que mandaban más que presidentes y ministros, y hasta se vestían de Generalas. Recuerdo que a «Diputados y Senadores» de la República, y/o a sus familiares y testaferros, les adjudicaban contratos de obras y/o servicios que nunca realizaban y cuando los empezaban no los terminaban, ¿verdad Henry? El mammothreptus más representativo fue El Helicoide. ¿Recuerda los buses de CEMSA con el piso de cartón, o, por nombrar alguno, a Eleazar Pinto, Ex-Presidente del BTV y Presidente de la Corporación de Crédito y Ahorro para la Vivienda Popular? Bueno, un paseíto de conocimientos por alguno de los casos mencionados por Jorge Rodríguez en la AN no cae mal para ilustrar el panorama y refrescar la memoria a muchas ratas. ¡O sea!”
Desde los albores de la República, la corrupción ha sido una constante en la vida política de Venezuela. La historia está íntimamente ligada a la traición de unos pocos individuos que, en lugar de servir al país, han buscado enriquecerse a costa del pueblo venezolano. Su actuar ha generado un profundo resentimiento social y desconfianza, y una gran pérdida de credibilidad en las instituciones. Aunque la corrupción es un fenómeno que se ha dado en todas las épocas y en todos los países, es una de las principales enfermedades que han afectado a Venezuela a lo largo de su historia. En una época ese mal se incrementó de tal manera que la propaganda electoral más acorde al momento rezaba: “Con los adecos se vive mejor porque roban y dejan robar” y la gente no pedía trabajo sino un puesto “donde haiga”. Y el colmo es que llegó a tal extremo que fue considerada como la norma, y no como la excepción. A medida que la crisis económica y social se ha agravaba, también lo hacía la corrupción. Pero no era el pueblo el beneficiado, sino los poderosos. ¡El pueblo, que se muera de hambre!
La corrupción no es sólo un fenómeno económico; también es un fenómeno político. Se convirtió en un tumor que fue creciendo a vox populi hasta que estalló y metieron preso al chinito de RECADI. Pero la historia de la corrupción en Venezuela es la historia de un país plagado de una vieja y rancia aristocracia que se cree con el derecho de ser los «únicos» que deben gobernar al país como les da la gana. Desde la independencia, esta élite se ha dedicado a saquear el país, apropiándose de sus recursos y reprimiendo a la población cuando ésta intentaba denunciarlos. Hace poco, durante una sesión ordinaria de la AN, su presidente, Dip. Jorge Rodríguez, exigió (dixit) “castigos ejemplares y draconianos para los corruptos”, calificó las respuestas de Nico, como Presidente de la República, y de Diosdado, como Vicepresidente del PSUV, como dignas y no dejó pasar la ocasión sin recordarle a los escuálidos 30 de los más sonados casos de los últimos 14 años de la IV ¿Presos?. Pinto del BTV y el chinito de RECADI. ¿Lo robado? ¡Bien! En el patrimonio familiar. ¡Sinvergüenzas!
El paseíto “correptular” lo haremos cronológicamente y no es que en los gobiernos de Rómulo, Caldera y Leoni no existiera la corrupción, sino que era “mejor tapada”. Bueno, Caldera hasta quemó los expedientes de sus funcionarios para que no los persiguieran. Bueno, Lusinchi refinanció la DEUDA EXTERNA por 30.000 millones de dólares (ah, la banca lo engañó); su Ministro de Estado, Leopoldo Sucre Figarella, el Zar de Guayana, Presidente de la CVG negoció un contrato por 35 mil millones de dólares y se embolsilló 11 mil millones. Luis Herrera puso a Pedro Tinoco como Presidente del BCV y éste forró sus bancos privados con bonos “cero cupón”, que “beneficiaron” a otras entidades financieras a costillas de un pueblo que venía de protagonizar el ”Caracazo”; Vinicio Carrera, Min. de Transporte y Comunicaciones, se robó el dinero para la construcción de la carretera Chuspa-Osma y para la adquisición de aviones para las Fuerzas Armadas; Leopoldo Díaz Bruzual, el “Búfalo”, ¿recuerdan el “viernes negro”; el caso del maíz africano por 100 millones?
¿Recuerdan el Barco Sierra Nevada por 400 millones, el Banco Progreso y Banco Latino, representado por Gustavo Gómez López, con un auxilio financiero de 90 mil millones, todos dólares; a José Ángel Ciliberto, Ministro del Interior del gobierno de Lusinchi, peculado y desfalco de los fondos del ministerio (fuente: archivo de El País de España), por el caso de 65 jeeps entregados a militantes de AD para campaña electoral; a Eleazar Pinto, presidente del BTV, que se le detuvo por el delito de estafa agravada en perjuicio del banco, en complicidad con Carlos Ortega (a Ortega lo salvaron); a Ledezma, que contrató por 8.000 millones de dólares a una empresa fantasma para que administrara el Cementerio Sur; al “inocente y decente” Diego Arria y los 72 autobuses marca CEMSA, con los pisos de cartón, por 200 millones; a “Sir” William Dávila: mil millones con Cemento Andino? Puedo seguir, la lista es muy larga e interminable. Jorge también dijo que en el gobierno de CAP, él y Cecilia Matos (ascensos a Generales) tenían cuentas mancomunadas por 1.200 millones de dólares.
No es la intención de este artículo justificar la corrupción ni a los corruptos de hoy, sólo señalar la diferencia entre la de ayer y la de hoy: hoy el gobierno persigue a los corruptos bajo el lema «caiga quien caiga», mientras que en el pasado los gobernantes se hacían la vista gorda para con los corruptos, en especial para con sus familiares, ministros y allegados. Es cierto que algunos traidores “y que chavistas”, y algunos corruptos, han escapado por no detenerlos a tiempo. Esperemos que eso no suceda con el pelanalgas autoproclamado y su banda, y que paguen por todo el mal que han hecho a los venezolanos. Es necesario garantizar la protección a los denunciantes y testigos, pues la mayoría teme represalias. La lucha contra este flagelo es un desafío de largo plazo que requiere compromiso y colaboración de todos los actores sociales y políticos del país. La solución pasa por una profunda transformación política y social que desafíe el poder de las élites corruptas y ponga en práctica políticas de justicia social y transparencia. Ah, la comunidad internacional que ponga su granito de arena.
Es fundamental fortalecer la capacidad de los órganos de control y fiscalización, así como impulsar reformas para aumentar la transparencia y la participación ciudadana en la gestión pública. Además, es necesario promover una cultura de ética y probidad en la sociedad, fomentando la educación ciudadana en valores y principios de integridad y respeto a la ley. La corrupción es un flagelo que afecta negativamente a toda la sociedad, contribuyendo a la desigualdad, la pobreza y falta de oportunidades. Por ello, su erradicación es fundamental para el fortalecimiento de la revolución y el desarrollo sostenible del país, tal y como proponía nuestro Gigante Hugo Rafael. A pesar de las sanciones internacionales y el bloqueo, la corrupción es uno de los mayores desafíos a los que el gobierno de Nico ha tenido que enfrentar. Es importante destacar que no se trata sólo de una responsabilidad del gobierno y que es necesario el compromiso de toda la sociedad para denunciar y combatir la corrupción a todos los niveles y sectores. Recuerda: No hay corrupto sin corruptor. Ambos merecen cárcel.
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