Manuel Paredes
He venido asistiendo a distintas reuniones, charlas, talleres y encuentros en donde se debate la posibilidad de un cambio por vía electoral y en donde se evidencia la esperanza de transformación del país. Sin embargo, la duda sobre el papel que realizaran los que detentan el poder y los obstáculos que pondrán para hacer posible el triunfo el 28 de Julio.
En primer lugar se debe tener confianza en los deseos de cambio en la sociedad, en la calle se siente en los ciudadanos la disposición de votar para cambiar los gobernantes de turno, se oye en los mercados, en las paradas de autobuses y carritos, en las colas de los bancos, en cualquier lugar donde se aglomere gente la conversación sobre el tema està a flor de piel.
Se siente en las movilizaciones que nacionalmente realiza la dirigente Maria Corina Machado por distintos puntos de la geografía nacional, sin movilización de autobuses la gente sale a su encuentro en forma masiva. Algunos pueden decir que las movilizaciones de Capriles en el 2012 fueron más numerosas, es verdad, pero era otro país, no se había producido la diáspora de mas de 7 millones de personas.
No se había generado tanta persecución a los que se atrevieran a relacionarse con MCM y la oposición como ejemplos palpables los cierres de los hoteles donde se alojó o realizó actividades proselitistas, pero eso no se quedo allí, hasta las señoras que le vendieron las empanadas el SENIAT les cerró su pequeño negocio y a los canoeros que la trasladaron le quitaron sus embarcaciones y los persiguieron, de igual manera a los que les alquilaron el camión para la tarima y el sonido los pusieron presos.
Y todo ello genera más indignación y rechazo, lo que se traduce en voto castigo y la incapacidad de los que detentan el poder de amedrentar al pueblo. La tendencia del cambio es irreversible, la gente ha perdido el miedo, un ejemplo ocurrió el 1ro de Mayo donde los colectivos llegaron a amenazar a los manifestantes y fueron repelidos por los manifestantes.
Pero si bien esa tendencia se siente y es la esperanza de un cambio, es preciso contar con la organización en diversas modalidades y en diferentes formas de lucha que van en lo electoral con buscar los miembros de mesa para capacitarlos, tener testigos en todas los centros de votación, capacitar a todos los que cumplirán esa labor el 28 de Julio.
Aunque se prevé un voto espontaneo, es importante entender que en estas elecciones hay un vasto sector de los electores que son adultos mayores, de los cuales muchos de ellos deben ser trasladados, además de garantizarles
hidratación y hasta sillas para la espera que puede ser larga en los centros donde se han reducido el número de mesas y aumentado el numero de electores en cada una de ellas. Este apoyo logístico es posible si los vecinos
participan del proceso ayudando con sus vehículos para el traslado o llevar envases de agua, café como ejemplo.
Pero otra tarea importante es acercarse a los centros de votación para apoyar a los que se encuentran en las mesas defendiendo el voto, manteniéndose allí, es especial en el conteo de los votos para consolidar el triunfo. A la vez, estar en las calles realizando diversas actividades como juego de domino, cartas, o sencillamente conversando para convertir esta jornada en una fiesta electoral y salir a festejar el triunfo de una manera cívica y firme.
En cuanto a la lucha social se debe mantener la lucha a favor de un salario digno, denunciar en forma permanente la miseria a la cual han postrado al pueblo venezolano, de igual manera pensiones dignas, a las cuales se niega el gobierno a pesar del aumento de la producción petrolero y la venta de minerales como oro, coltan ,torio, entre otros, a la par del aumento de la recaudación fiscal que ha realizado. El papel de las organizaciones sindicales, gremiales y sociales es importante para articular estas luchas.
Exigir servicios públicos de calidad como la electricidad, agua, asfaltado, transporte público, entre otros para desmentir que no se ha hecho por el bloqueo cuando se ha evidenciado la terrible corrupción denunciada por el
propio gobierno en el caso de Tarek El Aisami, de manera que hay que mantener la denuncia y el desenmascaramiento de esa política neoliberal.
De igual manera, la esperanza debe traducirse en que vamos hacia una transición en la cual es necesaria la reconciliación entre los venezolanos, lo cual no implica impunidad, sino que no se puede caer en la persecución ni la retaliación. Es el momento de la unidad de todos los venezolanos por el
cambio, sin exclusión.
El Pepazo