«El mundo no es tan peligroso para vivir por los que hacen el mal, sino por los que miran y dejan que ocurra»
ALBERT EINSTEIN
Luis Semprún Jurado
Conversaba con Anacleto cuando la gente comenzó a llegar y a situarse en una especie de semicírculo, con nosotros como la recta de base de éste. Luego de los saludos pertinentes, Anacleto apagó el cigarrillo que fumaba y dijo: “Espero que todos estén tan bien como se ven y que su espíritu rebelde se mantenga intacto. En estos días he recibido algunas llamadas criticando el que en nuestras últimas tertulias haya olvidado tocar temas de política regional o nacional, que los conflictos externos están muy lejos de nosotros y que las necesidades nos agobian. Bueno, si esas personas no han aprendido a comprender e internalizar lo que hablamos, y reflejarlo al proceder personal, sólo les puedo decirles que la ignorancia no es innata, sino que se cultiva. No hablamos sino de cosas que, aunque toquen sólo al aspecto humano, perfilan nuestro espíritu e ideal rebelde, indio, indomable y justiciero. En cualquier caso, expresa una idea interesante sobre la responsabilidad moral de las personas frente a las injusticias. Así tenemos por ejemplo, que transformación es cambiar de una forma a otra, es decir «trans- = al otro lado de», «forma = figura o imagen» y «-ción= acción y efecto» y podemos deducir que la transformación es algo que podemos hacer voluntariamente. Entonces, ¿es o no «regional?» ¿Será que tengo que hablar de Manuel o de la basura que ni Fernández en San Francisco, ni Ramírez en Maracaibo recogen? Eso lo saben sólo dos seres: zulianos y extranjeros. Los incumplidores de profesión siempre ofrecen un sinfín de alegatos para justificar su ineficacia e ineficiencia. Y como andan en «pre-campaña» no se ocupan de las últimas declaraciones de Trump respecto a las reales y rastreras intenciones de EEUU para con Venezuela. Sólo los prepagados opinadores de profesión tratan de demostrar su «pericia» y «experticia», no sus conocimientos, no su experiencia, no su sapiencia, con ataques a Trump alegando que no cumplió lo que le había ofrecido a la opudrición, que no logró tumbar a Nico, que no invadió, etc. etc., y nada sobre las ansias de apoderarse de nuestro petróleo y otros recursos naturales. Ah, y algunos tienen la cachaza de decir que las «ilegales y unilaterales sanciones» no eran para fuñir al noble y resistente pueblo venezolano sino sólo contra «Nico y sus secuaces». El fraude de las «democracias» que llevan mucho tiempo practicando el genocidio, la colonización y la agresión imperialista, tipo EEUU, Camaritas, ya no se sostiene tan fácilmente. Esas ilegales y unilaterales sanciones son una herramienta ilegítima e innecesaria para detener el cambio y el progreso de una nación soberana, y acomodar a un gobernante que responda a sus intereses. Jamás las intervenciones gringas han traído «democracia» a Latinoamérica. ¿Entonces? ¡Calvos y sin pelucas!”
¿Qué se puede decir de personas que, a pesar de haber nacido en un país, salen por el mundo a hablar mal de él y a pedir que lo invadan fuerzas extranjeras, por el sólo hecho de no estar de acuerdo con el gobernante de turno y sin importarles la suerte que puedan correr quienes allí viven? Apátridas es poco; yo le agregaría una cadena de improperios, sin hacer apología al odio y revanchismo, y hasta estaría de acuerdo en que se le revocara su nacionalidad. Porque se puede luchar contra un gobernante que no nos gusta, se puede combatir una ideología, se puede rechazar una manera de actuar, pero lo que no se puede hacer es irse del país alegando una gran mentira: “soy un perseguido político del régimen”, cuando jamás ha estado en una primera línea de combate o protesta, cuando jamás ha liderado una “actividad política legal” que lo haya expuesto a sanciones, ni cuando el supuesto “régimen dictatorial” ni lo conoce. Y lo primero que hacen es creerse sus propias mentiras, encerrarse en la fantasía que pasa a ser “su verdad” y empezar a despotricar de la tierra que lo vio nacer. Es decir…
Los prepagos de la información parecen no haberse dado cuenta de la importancia que tiene hoy la declaración de Trump, hace un par de días, al salir de un tribunal en los EEUU; no a la referente a si está libre o preso, sino a: “Cuando dejé la presidencia, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos hubiéramos apoderado de ella, nos hubiéramos quedado con todo ese petróleo. Ahora se lo compramos al dictador y lo hacemos más rico”. Noten que dice (txt) “Ahora se lo compramos al…”. ¿Será que lo que quiere decir es que era de ellos y ya no, o que podían tomarlo sin pagarlo y ya está? ¿Y el “Nos hubiéramos apoderado de ella” significa que pasaríamos a ser de su propiedad? Los “opinadores de oficio” alegan que interpretamos mal lo que quiso decir por culpa de la traducción, y que lo que hay que resaltar es donde expresa “hacemos más rico al dictador”. O sea, su “experticia” (no su experiencia, ni su conocimiento del área política, ni su perspicacia) le sugiere que sólo la sabiondez permite interpretar lo que el ex-presidente yanqui quiso decir. ¡Pa’l carajo los que creen que saben inglés!
Y esto es muy importante porque las ilegales y unilaterales sanciones de EEUU son solo excusas para justificar su injerencia basándose en los siguientes puntos: 1. EEUU tiene intereses económicos y geopolíticos que saciar en los países que sanciona, como el acceso a sus recursos naturales, el control de sus mercados o la influencia en sus regiones. 2. EEUU aplica un doble rasero en las sanciones, ya que ignora o tolera las violaciones de derechos humanos o las amenazas a la seguridad que cometen sus aliados o socios comerciales. 3. EEUU no respeta la soberanía ni la autodeterminación de los pueblos, y busca imponer su modelo político, económico y cultural a otras naciones que tienen visiones diferentes o contrarias. Esas sanciones pueden ser cuestionadas por el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, que establecen el principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos. Pero, si EEUU se cree con el derecho a amenazar a la CPI si investiga sus atrocidades a lo largo del planeta, y la asustó, ¿qué tribunal se atrevería a enjuiciarle?
Con sus sanciones, EEUU sólo busca apoyar a las violentas fuerzas antidemocráticas que luchan por desconocer la voluntad de los pueblos, para colocar un gobernante que le obedezca y vele por sus intereses. Por ejemplo: EEUU invadió Afganistán en 2001 para derrocar al régimen talibán y apoyar a un “gobierno democrático”. Salió de allí, luego de su fracaso, y el país sigue sumido en la guerra, la pobreza, la corrupción y la violencia; invadió a Irak en 2003 para derrocar a Saddam Hussein y “establecer una democracia”, con la mentira de las “armas de destrucción masiva” que no encontraron, la saquearon, y se robaron y roban su petróleo. El país ha sufrido y sufre una grave crisis política, social y humanitaria, con conflictos sectarios, desplazamiento masivo, insurgencia yihadista, y violaciones de derechos humanos; invadió a Libia en 2011 apoyando rebeldes opuestos a Gaddafi porque quería fundar un banco de naciones árabes y librarse del FMI. El país se convirtió en un Estado fallido, con múltiples facciones armadas, caos institucional, injerencia extranjera y crisis humanitaria. ¡Oh!
Ni hablar de las reservas internacionales en oro, mil millonarias, de esas naciones, que desaparecieron al igual que las deudas que Francia, RU y EEUU mantenían con ellas. Y los “opinadores de oficio” no mencionan la verdad sobre cuántos países ha intervenido EEUU porque no podrían explicar lo hecho en América Latina, ya sea de forma directa o indirecta, con el pretexto de defender la democracia, la seguridad o los derechos humanos, ya que ello también ha tenido motivaciones económicas, políticas o estratégicas, y han generado consecuencias negativas para los países afectados. Por ejemplo, podría mencionar: – Honduras: EEUU apoyó el golpe de Estado contra el presidente Zelaya en 2009, que fue condenado por la comunidad internacional. Desde entonces, ha sufrido una crisis institucional, social y de seguridad, con altos niveles de pobreza, violencia y corrupción. – EEUU invadió Panamá en 1989 para derrocar a Noriega, aliado que se volvió en su contra. Causó miles de muertos y heridos civiles, y daños materiales millonarios y mantuvo el control del Canal de Panamá hasta 1999.
– Entre 1980 y 1992 EEUU financió y entrenó al ejército de El Salvador durante la guerra civil que enfrentó al gobierno con la guerrilla del FMLN, buscando contener el “avance del comunismo” en la región, y contribuyendo a la violación de los derechos humanos y al desplazamiento de miles de personas. – Desde 1959, EEUU intentó derrocar al gobierno revolucionario de Fidel Castro en Cuba, mediante la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, el bloqueo económico desde 1962 y varios planes de asesinato contra su presidente. Buscaba restaurar el orden “capitalista y democrático” en la isla, provocando hasta hoy el aislamiento y el sufrimiento del pueblo cubano. – En 1992, EEUU apoyó al gobierno de Alberto Fujimori en Perú durante su autogolpe de Estado que disolvió el Congreso y suspendió la Constitución, avalando y propiciando violaciones de los derechos humanos y corrupción durante el régimen fujimorista. Ningún país americano se ha salvado de su intervención porque en su arrogancia creen que todas las naciones del continente son su patio trasero.
– En enero de 2019, EEUU reconoció al autoproclamado Guaidó como “presidente interino” de Venezuela, y lo respaldó con sanciones al “régimen” de Maduro y presión internacional a través del Cartel de Lima y la OEA; impuso un embargo petrolero a Venezuela en agosto de 2019, que ha afectado severamente la principal fuente de ingresos del país y ha agravado la escasez de combustible, alimentos y medicinas; buscó y busca asfixiar económicamente al gobierno de Maduro y forzar su salida del poder; apoyó el intento fallido de levantamiento militar contra Maduro en abril de 2019, liderado por Guaidó; participó en la operación Gedeón, mayo 2020, intento fallido de incursión armada en Venezuela para capturar o eliminar a Maduro, organizada por un ex-militar estadounidense contratado por Guaidó; amenaza con “todas las opciones están sobre la mesa”, incluyendo la opción militar. No he mencionado la traición a Argentina en el caso de las Malvinas, ni lo de Bolivia, Chile, Nicaragua ni Brasil.
Esto, a grosso modo, son puntos de temas que la “experticia” de los opinadores de oficio no se atreve a tocar porque dañan sus propios intereses, en detrimento de lo que el país necesita: claridad en la información y críticas bien sustentadas, tanto a los medios de comunicación nacionales como extranjeros. Si se controla o censura un medio en Venezuela, sale inmediatamente la majunchería a chillar por la “libertad de expresión” y callan cuando los países de la UE, EEUU y Canadá, cierran todo tipo de medios rusos y prohíben todo canal de información que provenga de ellos. Y nos tenemos que aguantar toda su propaganda belicista. “¡Heil EEUU, UE und freunde!” “¡Hay que acabar con el comunismo en todas sus expresiones!” En Venezuela nada de eso les servirá porque jamás volverán a gobernarnos. A los fascistas y a los nazis, tal cual como a nuestra opudrición, hay que cerrarles el paso para que jamás vuelvan. ¡O sea! Me iría demasiado.
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