Los informes técnicos de Arsene Wenger, director de fútbol de FIFA, reflejan una tendencia de juego en el Mundial que es la contraria a la que adoptó Luis Enrique.
Aritz Gabilondo
Al término de la primera fase compareció Arsene Wenger ante los medios junto a Jurgen Klinsmann, su ayudante como Director Técnico de la FIFA. Tras analizar todos los partidos hasta ese momento y acudir in situ a la mayoría de ellos, sacaron una conclusión muy clara que compartieron con el mundo: habían detectado mucho atasco en las zonas centrales y la vía de escape eran las bandas y los centros.
De hecho, existía, según dijeron, un llamativo incremento de goles por balones laterales colgados al área. Es más, pusieron el ejemplo de uno de Asensio a centro de Jordi Alba en el primer partido ante Costa Rica. “Quien tenga las mejores bandas será campeón”, llegó a decir Wenger. Todo lo que no hizo España ante Marruecos -o hizo tarde-. Este es el análisis.
Atasco
Se cargó el campo contrario de pases en zonas inofensivas. Se acumularon futbolistas donde más había. No hubo cambios que alterasen el guion. Scaloni, en una situación parecida ante Australia, quitó un volante para meter un central más y jugar con tres atrás, dar amplitud a las bandas y vaciar la medular. Luis Enrique, no.
Bandas
Inexistentes hasta que salió Nico. Sin profundidad, sin uno contra uno, sin desdoblamientos suficientes ni superioridades. Los bandas se dedicaron, como en balonmano, a recibir en el costado de laterales o centrales y a devolver la pelota hacia atrás. Tampoco dieron amplitud, especialmente Dani Olmo por la izquierda cuando su tendencia es claramente ir hacia dentro.
La entrada de Nico Williams fue una bendición, pero se había perdido una hora de partido. Incluso de manera aturullada, fue capaz de descubrir que había terreno virgen tras los laterales. Lo que no había hecho Ferran Torres en todo el tiempo en el que estuvo sobre el campo.
Centros
Venia de marcar Morata de cabeza en una jugada así ante Japón, pero cuando se retiró en ese partido y en la hora hasta que saltó frente a Marruecos desapareció la opción del centro. Sin un 9 referencia, el área no existió. Asensio jugó a mover la defensa en vez de a fijarla en el área, quizá lo más sensato ante las dudas por arriba que mostraron los centrales en las pocas opciones en las que se les probó.
De hecho, una falta en el último minuto del tiempo reglamentario casi supuso el gol sin que nadie lo tocase. La sola presencia de Morata en el área, por sus centímetros, intimidó a Aguerd y Saiss más que antes Asensio. En el Mundial con más goles de central laterales España jugó de inicio sin extremos encaradores y sin delantero centro. Toda una incoherencia.
El Pepazo/AS