Mnauel Paredes
En Venezuela la Asamblea Nacional Oficialista aprobó en primera discusión una ley contra el fascismo, que limita aún más la opinión en los distintos medios ya mediatizada por la ley RESORTE y la ley contra el odio. En las
sanciones establecidas en dicha ley se plantea la disolución de organizaciones políticas “que promuevan el fascismo”, asi como las inhabilitaciones y la impugnación de candidaturas que se consideren afines esta ideología..
Asimismo, plantea sanciones penales que van desde 8 a 12 años de cárcel, inhabilitación política y multas a los que se consideren infractores de la ley. Al definir como fascismo el articulo 4 de la referida ley lo descibe como “una postura ideológica o expresión basados en motivos de superioridad racia de origen étnico, social o nacional que asume la violencia como método de acción política, enarbola la cultura de la muerte, denigra de la democracia, sus instituciones y valores republicanos” (Subrayado nuestro).
Es obvio que cualquier critica al régimen por sus acciones pueden ser consideradas como denigración a la democracia , sus instituciones y valores republicanos, lo que hace que se mueva en arenas movedizas el derecho a la libre expresión y de opinión.
Contradictoriamente este régimen que acusa a la oposicion de fascista se caracteriza por practicar el fariseísmo y la mentira como sustento para hacer política. Siendo en este sentido extremadamente inescrupuloso. Su filosofía
política, que la tiene, descansa en el irracionalismo, casualmente una caracteistica del fascismo, que encuentra en el resentimiento la capacidad para hacerse de una base material concreta como lo es el lumpenproletariado, a la
cual hay que sumarle ahora algunos sectores del capital que ven en esta política una forma de sobrevivir.
Pero hablar del fascismo y de su promoción en Venezuela sin atender algunos aspectos que la caracterizan es por demás no percibir la realidad en la cual surge como lo son las contradicciones interimperialistas asi como la grave crisis económica, política y social existente en el comienzo del siglo XX.
En la Italia de Mussolini, la aparición del fascismo el cual se funda bajo elementos de exaltación de la nación y de la simbología. Siendo asi como el fasces, del que nace el término fascismo, era el haz de 30 varas que portaban
los lictores (escoltas de los pretores romanos) atadas con cinta roja a un hacha, y que simbolizaba el poder del Estado sobre la vida y la muerte. La bandera del Partido Nacional Fascista del Duce era aquel haz con hacha sobre fondo negro.
Asimismo, el fascismo sostiene que hay algo superior sobre los partidos y sobre las clases; algo de naturaleza permanente, trascendente, suprema: es la unidad histórica, llamada Patria, de manera que esa patria debe convertirse en el hegemon que someta a otras naciones para establecer su superioridad, anexando territorios y estableciendo su poder con ejércitos en los territorios sometidos. Aspectos que la oposicion venezolana no cuenta porque no controla el Estado y tanto carece de esa cualidad.
De igual manera, se cumple lo dicho por Mussolini en su folleto La dottrina del fascismo: “Para el fascismo, la tendencia al imperio, es decir a la expansión de las naciones, es una manifestación de vitalidad”.
Por otra parte, Carlos Hermoso en su artículo Chavismo y Fascismo en el Pitazo expresa que “el fascismo supone la expansión del mercado externo por la vía de la fuerza. De alli que las anexiones se convierten en el objetivo
primero de los Estados fascistas. Son las medidas de fuerza las que les permiten hacerse de las determinaciones que sirven para elevar la cuota media de la ganancia de las grandes inversiones, mientras incrementan la
composición de sus capitales.
La expansión les permite hacerse de mercados, materias primas y trabajadores en condiciones hasta de esclavitud, como aconteció durante la segunda gran guerra por parte de los nazis, por lo tanto, esta categoria no aplica en Venezuela para los sectores democraticos que luchan por un cambio politico por la via electoral.
De allí que esa ley contra el fascismo es solo una forma de incrementar el despotismo y la represión contra los que se opongan a los que detentan el poder en Venezuela. De allí que solo unidad para lograr el cambio puede
detener esta intención de contener estas medidas intimidatorias.
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