Manuel Paredes
Durante los años 80 formé parte del Comité de Defensa de los Derechos Humanos (CDDH) en la ciudad de Mérida, cuando se luchaba por los libertad de los presos políticos en el Cuartel San Carlos y en La Pica, en esa etapa fundamos la Federación Nacional de Derechos Humanos (FENADEH), en esa época conoci a Alcedo Mora, quien también formaba parte de esas organizaciones, que luego en este régimen fue desaparecido en Merida,
En esa etapa conoci a un defensor de los Derechos Humanos, que estudiaba en Merida, que luego termino graduándose de abntogado, Tarek Willian Saab, lo conoci por medio de Douglas Bravo, ex comandante guerrillero del PRV RUPTURA, en ocasiones coincidimos después en Caracas en la parroquia Universitaria de la UCV en la lucha en solidaridad con el Salvador.
Seguimos coincidiendo y luego fue parte de la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Constituyente de 1999, en la cual también participe junto con Vladimir Villegas, recuerdo que en esta etapa el llego a formar parte
del Comité de Derechos Humanos que dirigía Enrique Ochoa Antich.
Traigo esto a colación porque en esa época en el que se defendió aspectos de derechos humanos como la libertad de los presos políticos, la solidaridad con el Salvadro, las masacres de Cantaura en Anzoategui, Yumare en Yaracuy y la de Apure con los campesinos que fueron asilados en Mexico y que luego el Estado venezolano se viera obligado a indemnizarlos, para estos personeros si era valido la lucha por la libertad de los que se oponían al gobierno, si era valido solicitar la libertad frente a las dictaduras como el caso del Salvador.
Hoy dia, el luchar por el respeto a la voluntad popular puede ser considerado como ser parte del terrorismo y acusados de fascistas. El respeto por la Declaracion Universal de los Derechos Humanos no existe. Llegar a la
violación de jucios amañados sin el debido proceso como la sentencia a 30 años de un joven con autismo es la mayor crueldad posible, de igual manera el mantener detenidos a más de 100 jóvenes entre 13 y 17 años acusados de terrorismo cuando solo manifestaban por el respeto a la voluntad popular.
Sin embargo, esta situación de amedrentamiento y de persecución política no mha amilanado los deseos de lucha de la población que sigue exigiendo que se muestren las actas, que se respete el derecho humano del voto, qenue se liberen todos los presos políticos.
Todo ello es parte de lo que en el mundo se entiendo como el respeto y la vigencia de los derechos humanos, sin menoscabar el respeto por la llamada autodeterminación de los pueblos, existen declaraciones, tratados,
convenciones y documentos que son de fiel cumplimiento por los países firmantes de los mismos, como el Estatuto de Roma de 1998. El Estatuto dispone la creación de una Corte Penal Internacional permanente con
competencia sobre crímenes de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.
De tal forma que tales actos contra los derechos humanos no pierden vigencia, aunque con acuerdos se puede llegar a un ley penal transicional que repare los daños causados como es el caso de Colombia, donde por cierto, es bueno recordar que para solucionar tal conflicto hubo intervención internacional, tanto de veedores como de garantes y acompañantes del acuerdo, de manera que la justicia internacional esta presente en esos casos.
Pretender que la comunidad internacional no intervenga no es posible, tanto por la realidad de los instrumentos jurídicos internacionales como por la geopolítica, que se expresa en las contradicciones interimperialistas.
Sin embargo, es la situación interna,es decir, la lucha de los pueblos, su voluntad, la que puede lograr los cambios, y hpy el pueblo venezolano ya decidio por el cambio y nada detendrá el mismo.
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