Luka Doncic regresó a la NBA en el mismo punto que lo dejó. Salió con la cabeza alta de sus primeras finales, en las que los Boston Celtics fueron muy superiores. Lo habrían sido ante cualquiera, y el esloveno se vació hasta el límite, terminando completamente destrozado en lo físico. Meses después es el mismo. Un líder, un candidato a todo desde el día 1.
Había muchas esperanzas puestas en el Dallas Mavericks-San Antonio Spurs que abría la temporada regular por confrontar a Victor Wembanyama, el jugador programado para reinar, con el canterano madridista. Y se notó que la franquicia del condado de Béxar tiene algo más, aunque Dallas no dejó espacio a la duda (120-109). Porque a partir del tercer cuarto rompió la igualdad y Doncic mandó ante el galo.
Doncic tomó el mando de las operaciones y aunque no fue su día perfecto en acierto, encontró a dos recursos que ya hicieron daño el último curso y siguen subiendo enteros, Daniel Gafford y Dereck Lively II. Además de su poder en la definición, cosa que sigue definiéndole. Wembanyama, bastante opacado por su compañero Champagnie, no se mostró a esa altura.
El punto definitivo llegó en el amanecer del último cuarto, donde una racha destrozó el partido. Doncic metió tres triples prácticamente seguidos y su nuevo socio, Klay Thompson, colocó otro para marcharse a la barrera de los 20 (92-112, 43′) puntos de diferencia. 1-0 a la temporada, el último campeón del Oeste vuelve donde lo dejó.
Luka, de alguna forma, desafía eso [cuando somos mejor jugador, corres más, saltas más…] y juega a su propia velocidad
Wembanyama, por otro lado, se quedó en 17 puntos, pero con un bajo porcentaje de acierto: 5/18 en tiros de campo, 1/8 desde la línea del triple. Además de perder en cuatro ocasiones el balón. Su curso no empieza al nivel de Doncic.
El Pepazo/Marca