Leonardo Núñez Martínez
Eso lo saben los campesinos, granjeros, matereros y hacendados, sus mujeres, sus hijos y todo el que se desempeña en el medio rural.
Distinguir buenas tierras, fértiles, «trabajables», de aquellas que son infértiles, improductivas y de difícil dominio, es elemental en el conocimiento del hombre y la mujer dedicados al agro. Todos ellos son agrólogos en cierta manera, dado el saber que poseen acerca de las tierras cultivables.
Sin embargo “no hay tierras malas”, decían los viejos perijaneros, les oí muchas veces esa lapidaria frase. Todo es cuestión de sembrar “lo que se da” en cada pedazo de tierra, recomendaban en consecuencia.
A nadie se le ocurriría sembrar paja “paez” en la sabana arenosa de La Villa ni “guinea” en suelos ácidos del río Socuavó. Es “perder los cobres” y el esfuerzo. Los granjeros de Mara y casi toda la planicie de Maracaibo aprovechan los suelos francos de abundante materia orgánica, poca arcilla y mucha arena para sembrar yuca, níspero, aguacate, ají, guayaba, melón y frijol.
Los perijaneros y montunos de todo el país escogen así: Los “bajizales” para el pasto, las tierras altas o “bancadas” para frutales y los valles para el café y maíz, como hacen aquí los Yukpas y Baríes. Los suelos ácidos de la Machiques-Colón son sembrados de pajas “braquiarias”. En Cabimas y Monte Pío las “veras” se dan como arroz y éste en cualquier charco. Todo ello, según la arena , humus y limo de la tierra. Además, la presencia en el suelo de elementos variables como el nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, hierro magnesio y otros, aunado a la capacidad de filtración de aire y agua, determinan los cultivos que le son adaptables.
Así somos las personas y los proyectos políticos: No todos somos egoístas, ostentosos, corruptos, ambiciosos, embusteros, lujuriosos, fafareros, farfullos y de “pacotilla”; no todos tenemos precio y nos dejamos “mojar la mano”, tentar y sucumbir ante la presión de los malvados y mafiosos; no todos somos “brutos” o “escasos”, desinformados o ignorantes; no a todos nos da igual que se pierda el patrimonio público, los dineros del Estado, ni procuramos robarlos; no todos se visten de un color para hacer lo que aprendieron de otros o se aprovechan de nueva oportunidad para “enchufarse” simplemente.
Pero tampoco la propuesta de un cambio social, la independencia y la búsqueda de una verdadera democracia conducen necesariamente de nuevo a lo que queremos suplantar. No es lo mismo Socialismo que Capitalismo, soberanía y subordinación, cooperación y trampa, la Patria y la traición a ella.
La crítica que los Derechistas hacen a los Izquierdistas se reduce a indicar que somos iguales a ellos, que en el fondo todos tenemos los mismos valores y objetivos en la vida, que nada nos distingue de ellos y que al final todos sucumbimos a las tentaciones del Capitalismo. ¡Muy difícil!, como dice mi primo Coroto.
La yuca en tierra suelta se “arifuca”, el mangle en la orilla se “afinca”.
¡ORGULLOSAMENTE MONTUNO!
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El Pepazo