No existe documentación oficial sobre el origen de este fenómeno único en el mundo.
El gobierno de la antigua república soviética de Turkmenistán está pensando en apagar, de una vez por todas, el cráter de Darvaza, también conocido como ‘Puerta del Infierno’ o ‘La Puertas del Infierno’.
Las razones expuestas por el mandatario fueron la preocupación por la salud de las poblaciones cercanas al desierto de Karakum, ecosistema en el cual se encuentra el cráter, así como la pérdida de gas natural, principal recurso natural del país, debido a la combustión.
«Estamos perdiendo valiosos recursos naturales, por lo que podríamos obtener importantes beneficios y utilizarlos para mejorar el bienestar de nuestro pueblo”, aseguró el presidente turcomano, citado por la agencia AFP.
Así mismo, el periódico estatal ‘Neytralny Turkmenistan’ indicó que el viceprimer ministro del país asiático recibió la orden de reunir científicos y, de ser necesario, a consultores extranjeros para encontrar la forma de apagar el fuego.
El origen de las ‘Puertas del Infierno’
El génesis de este fenómeno ha sido adalid de la especulación, pues no se tiene claro de forma oficial cuál fue su origen. La creencia más difundida dentro y fuera de Turkmenistán surgió en la década de 1970, cuando el país aún hacía parte de la Unión Soviética.
Todo se originó, según esta versión, por un accidente ocurrido durante una exploración de petróleo en el desierto de Karakum: el suelo en donde estaban haciendo perforaciones sorpresivamente colapsó y cayó dentro de una enorme caverna de gas natural, de 70 metros de ancho y 30 de profundidad, exactamente.
Ante el peligro que representaba dejar todo ese material gaseoso a cielo abierto, decidieron prenderle fuego para que el impacto ambiental no fuera más grave. En ese momento los soviéticos no hacían reportes sobre los errores que se cometían, por lo que creían que no habría problemas en el futuro.
El historiador Jeronim Perovic aseguró ante el medio ‘BBC’ que todo el misterio alrededor del origen del cráter de Darvaza tenía lógica: “Es un reflejo de cómo funcionaban las cosas en la época soviética (…). En esos tiempos, solo se reportaban los éxitos, no las fallas. Así que si la gente local hacía algo mal, nadie quería que se supiera”.
Y es que la entonces Unión Soviética tenía una producción anual de 700 mil millones de metros cúbicos de gas natural al año, por lo que no tenía problemas de producción.
“Quemar 15.000 o 16.000 metros cúbicos por año, que es cuatro veces lo que usa Suiza al año, para ellos no era nada. Así que, en lugar de pensar en usarlo racionalmente o ponerlo en una tubería -lo que requiere construir infraestructura-, simplemente podrían haber decidido quemarlo”, apuntó.
Serias dudas
No obstante, esta versión carece de documentación oficial, tal como aseguró el explorador canadiense George Kourounis a la ‘BBC’ del Reino Unido: “Una de las cosas más llamativas y frustrantes sobre este cráter es que realmente no hay mucha información sobre él. (No se puede conseguir) ni siquiera visitando el país -explicó- Hice todo lo posible para encontrar algún informe oficial o registro, algún papel que mencionara el incidente (…) Pero, no hubo nada”.
La curiosidad de Kourounis lo llevó a visitar Turkmenistán, gracias a una expedición realizada por ‘National Geographic’ en el año 2013, para mirar de cerca -literalmente- a las ‘Puertas del Infierno’ y así apreciar su composición y sus dimensiones.
“Cuando pude verlo por primera vez y caminar hasta el borde, el viento desértico y caliente procedente del cráter me golpeó en la cara, sentí que aquel era el tipo de lugar del que podría salir el propio Satanás, con tridente y todo -mencionó a la ‘BBC’-. Pararse en el fondo con un traje protector, con el que pareces astronauta, rodeado de lo que llamo un coliseo de fuego, es una de las experiencias más cercanas a visitar otro mundo aquí en la Tierra”.
Este cráter, pese a que representaba un potencial peligro económico y de salud para el país de Asia Central, también tuvo un enfoque turístico, pues el Estado lo consideró un atractivo muy importante por su extraña naturaleza.
Esto, sin embargo, no quitó el hecho de que Turkmenistán, uno de los países más herméticos del mundo y conocido por las excentricidades de sus gobernantes, no supere el corto número de seis mil turistas que recibe, según cifras oficiales.
El Pepazo/El Tiempo