ManuelParedes
Desde el 22 al 24 de agosto representantes de los gobiernos del bloque económico BRICS compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica se reunieron en el distrito financiero de Sandton, en Johannesburgo,
incorporando a este bloque a Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopia, Emiratos Árabes e Irán.
El gobierno de Venezuela estuvo invitado a esta cumbre. Sin embargo, no fue admitido, lo que hace pensar que el régimen deberá atender algunos asuntos para ganarse el puesto y dar mayores muestras de genuflexión frente al bloque imperialista que lidera China. Por lo pronto, el interés fundamental de este bloque es controlar la explotación de las riquezas del país y afianzar su condición de área de influencia propia.
Esta reunión es muestra del avance del bloque liderado por China en medio de las contradicciones interimperialistas por el control geopolítico y económico en el mundo. Se da en medio de la guerra en Ucrania. Se ha especulado que Putin no asistió por la orden de captura que tiene de la Corte internacional de
La Haya. Lo cierto es que su asistencia se realizó mediante video conferencia. Además, se da la cumbre en el contexto del golpe de Estado en Níger con una dictadura favorable a los intereses rusos y en contra de Francia, que evidencia una creciente influencia de Rusia en la región, lo cual plantea una amenaza de
guerra generalizada en África occidental.
Asimismo, incide en el control por el uso del uranio nigerino. Material esencial para la generación de electricidad mediante energía nuclear, que representa alrededor de 70% de la producción total de electricidad en Francia. Lo cual abona a la profundización de la crisis de energía en Europa, iniciada con los elevados costos del gas y del petróleo, dado el bloqueo en contra de Rusia.
El otro aspecto es la lucha por la desdolarización que propugnan quienes integran el bloque. Por lo que Putin saludó el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, como alternativa a las instituciones financieras occidentales, y predijo el declive del dólar estadounidense.
«El proceso objetivo e irreversible de la desdolarización de nuestros vínculos económicos está ganando impulso, se están haciendo esfuerzos para desarrollar mecanismos eficaces para las operaciones mutuas y el control
monetario y financiero. Como resultado, la cuota del dólar en las operaciones de exportación e importación en el marco de los BRICS está disminuyendo», manifestó el mandatario ruso en su discurso.
De manera que los países emergentes agrupados en el BRICS+ cuentan con una población de 3000 millones de personas, se sitúan ahora por delante de las naciones del G-7, en términos de poder adquisitivo, con una previsión para 2023 del 31,5 % frente al 30 %.
Pero es China el hegemón principal de este bloque, el que tiene la capacidad de establecer una estrategia de dominación con sus socios. El desarrollo de China, la “fábrica del mundo”, es de tal magnitud que se convierte en la principal determinación de la agudización de la crisis general del capitalismo y de sus crisis cíclicas.
Es que allí es donde se produce el mayor volumen de producción. Es de tal magnitud, que contribuye a que se supere con creces la capacidad de demanda social a escala mundial. Asimismo, las exigencias para la rotación de
capitales y ampliación del mercado, explican en buena medida las aspiraciones chinas de realizar el proyecto de la nueva ruta de la seda en tiempo perentorio.
La producción china, unida a la de las otras potencias industriales, en el marco de la agudización de la competencia, conduce a que se afiance la diferencia entre el volumen de la producción y la capacidad de demanda social. Se cumple con el principio de que en el capitalismo se produce en forma ilimitada.
Pero esa capacidad productiva no va acompañada con una capacidad de demanda en correspondencia. De allí sobrevienen las crisis. Los nuevos desarrollos de la IA, 5G y 6G, afianzarán estas tendencias. Se cumplirá aquella
sentencia según la cual las crisis tienden a ser cada vez más graves y profundas.
Por otro lado, Estados Unidos no se rinde y su actitud luce cada vez más desafiante, lo hemos visto en la defensa de Taiwán y el reconocimiento a este gobierno, a pesar de que anteriormente reconoció a una sola China. Por tanto,
Estados Unidos viene mostrando una mayor agresividad frente a China, desafiándola en el plano político, económico y militar. Apoyándose en una política proteccionista, por lo que aprueba una ambiciosa legislación para fortalecer la industria de EE.UU. para reducir la dependencia estratégica frente a China.
Por otra parte, Estados Unidos busca mantener y conquistar nuevos mercados y control de materias primas como el petróleo. Por ello, le interesa buscar acuerdos con el régimen chavista, lo que permite negociar la rebaja de
sanciones de la petrolera Chevron y la posibilidad de vuelos comerciales hacia Estados Unidos, para mantener esa disputa por el control de Venezuela.
Entender esta situación es fundamental para comprender las determinaciones de esta confrontación interimperialista y cómo debe ser aprovechada para lograr una unidad nacional a favor de una salida democrática, con autonomía frente a estos bloques de dominación.
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